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Urticaria ‘a frigore’ y otros efectos colatelares de las bebidas (muy) frías

Aplacar el calor con alimentos y bebidas heladas podría poner en riesgo tu vida

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El contacto con objetos congelados como los cubitos de hielo favorece las reacciones cutáneas. (Foto: Getty Images)

En verano es frecuente sufrir reacciones alérgicas y urticarias frecuentes que pueden surgir como consecuencia de estímulos como los baños en agua fría o la ingestión de alimentos o bebidas demasiado frías.

“Se caracteriza por picor, ronchas e hinchazón en la zona al entrar en contacto con temperaturas bajas. Aparece de forma inmediata y desaparece entre 30 minutos y dos horas siguientes a la reacción, cuando la piel se calienta de nuevo”, explica la doctora Mercedes Escarrer, experta en Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

Un estudio publicado en junio en la revista Pediatric Allergy and Immunology confirma que la urticaria ‘a frigore’ se produce con más frecuencia durante o después de la inmersión en el agua y que incluso puede suponer una amenaza para la vida.

En estos casos se aconseja evitar los cambios bruscos de temperatura y llevar la medicación adecuada. “Deben evitarse situaciones de riesgo como zambullirse de golpe en agua fría, lanzándose a la piscina o al mar, y no tomar bebidas frías, cubitos de hielo o helados”, aconseja la Dra Escarrer.

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Esta especialista explica que si “el agua se encuentra a más de 25º no suele haber problemas pero siempre es importante comprobar primero su temperatura introduciendo un miembro del cuerpo durante cinco minutos para ver si se produce reacción”.

Hay que tener mucha precaución si uno padece este tipo de urticaria ya que se podría provocar un edema de glotis al tomar bebidas frías, cubitos de hielo o helados. En los casos en que la urticaria por frío sea intensa no conviene sumergirse de golpe en agua fría lanzándose a la piscina o al mar porque al estar toda la superficie corporal en contacto con frío se produciría una reacción generalizada (anafilaxia) por la liberación repentina y masiva de histamina o la muerte por ahogo.

No obstante, los expertos aseguran que estas reacciones extremas son poco usuales. “Es muy raro que la primera manifestación sea una anafilaxia al tirarse a la piscina o bañarse en el mar. Es más fácil darse cuenta del problema cuando llega el invierno y sale a la calle, las zonas expuestas al frío (cara, cuello y manos fundamentalmente) se le enrojecen o le salen ronchas; o por ejemplo que cuando coge cosas de la nevera le pican las palmas de las manos o le salen habones”.

Para su diagnóstico, la prueba más utilizada es el test del cubito de hielo que consiste en aplicar hielo, de manera controlada y envuelto, en el antebrazo del niño durante 5 minutos y pasados 10 observar si se produce reacción.

“La prueba es sencilla, pero debe realizarse de manera controlada y en la consulta del especialista, ya que es él quien debe interpretar de manera correcta la reacción y evitar que se produzcan quemaduras con el hielo”, advierte. Para el tratamiento se utilizan antihistamínicos como hidroxicina o cetirizina.

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Si se te pegan las manos al coger el hielo y te pican podrías tener urticaria ‘a frigore’. (Foto: Flickr)

Asimismo, los pediatras alergólogos recomiendan utilizar un buen protector solar y aplicarlo de manera adecuada, así como no sumergirse de golpe en agua fría para evitar reacciones cutáneas propias en estas fechas. De hecho, este tipo de urticarias son un motivo muy frecuente de consulta en urgencias ya que los síntomas son molestos y visualmente alarmantes.

De hecho, la urticaria solar afecta a un 2% por ciento de los niños que se exponen al sol y produce ronchas en brazos y piernas, incluso en zonas cubiertas del cuerpo. “Este tipo de lesiones suelen empezar entre uno y diez minutos después de la exposición solar con picor y enrojecimiento y ronchas en las zonas de exposición al cabo de media hora”, comenta la doctora Nuria Marco, de la SEICAP.

Los síntomas suelen desaparecer en un plazo de entre una y tres horas y se repiten siempre que haya exposición al sol. (Foto: Getty Images)

También puede aparecer una erupción rojiza como consecuencia de una reacción fotoalérgica, conocida como fotosensibilización, debida a la exposición al sol de la piel después de la aplicación de cremas, perfumes, desodorantes y cosméticos o la ingesta de algún medicamento.

Por ello los expertos advierten que es fundamental extremar las precauciones pues “la mayoría de reacciones se deben a la propia acción del sol por sobreexposición, tomar el sol a horas poco adecuadas o por no usar cremas fotoprotectoras”, indica la Dra Marco.

Conviene usar cremas y lociones de protección solar específicas para bebés o niños pequeños, ya que no están perfumadas y su base de formulación es más suave. (Foto: Getty Images)

Por otro lado, “como la piel infantil posee menos melanina, es más sensible a las radiaciones y tiene menos mecanismos de defensa, por lo que conviene utilizar productos que contengan óxido de cinc o de titanio”, añade la experta.

Deben usarse los protectores solares de amplio espectro, que bloquean tanto los rayos ultravioleta A, como los ultravioleta B, con un índice de factor de protección solar como mínimo de 30 para los más pequeños.

“Su eficacia dependerá de su aplicación correcta, ya que hay que cubrir toda la piel extendiendo la crema, especialmente la cara, las manos y los pies, y aplicarla 30 minutos antes de salir de casa, incluso los días nublados, pues no empiezan a hacer efecto en la piel hasta 20 minutos después de aplicarla”, concluye.

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