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Valerio Pino: su declive del lujo a la precariedad económica

MADRID, SPAIN - APRIL 11:  Valerio Pino attends the premiere of El Profeta Loco at Galileo Theater on April 11, 2014 in Madrid, Spain.  (Photo by Pablo Cuadra/Getty Images)
MADRID, SPAIN - APRIL 11: Valerio Pino attends the premiere of El Profeta Loco at Galileo Theater on April 11, 2014 in Madrid, Spain. (Photo by Pablo Cuadra/Getty Images)

El modelo italiano Valerio Pino conquistó nuestro país gracias a un programa al que muchos todavía le asocian “Supermodelo”. Sus exigencias para con las chicas aspirantes a modelo (de ahí salió, por ejemplo, Alba Carrillo) y su determinación por enseñarlas le hicieron famoso enseguida.

Elegante, buena persona (siempre ha sido un encanto al entrevistarle) y muy disciplinado, Valerio Pino se labró un nombre televisivo y fue también colaborador de ‘El programa del verano’ conectando con una audiencia que le quería por su histrionismo encantador, aunque suene contradictorio.

Pino también participó en ‘Supervivientes’ pasando algunas penurias y, recordemos, desmayándose sobre el único canto que había en la playa, el de la caja de los víveres que le propinó un golpe en la cabeza.

Personajes como Carlos Latre o Los Morancos le imitaron y eso es, sin duda, indicativo de su fama. Estaba en la cresta de la ola, vivía en el lujo y era consciente. Su fama no fue por enchufe, como él dice “fue meritocrático” y se lo curró el solito.

Atrás quedaron esos años de gloria televisiva, fiestas con famosos y dinero a raudales. En una entrevista con ‘El Español’, Valerio explica que su situación económica actual es muy precaria y que gran parte de culpa la achaca al dineral que se gastó en contentar a su ex colombiano.

En su testimonio con el citado medio, Valerio relata que: “Yo llegué a Madrid y a los dos días salí a una discoteca y conocí al chico que sería mi novio durante diez años. Fui yo quien le entró, le hablé y esa misma noche nos fuimos juntos. Ese chico trabajaba en un restaurante, era encargado de un VIPS. A mí nunca me ha importado el estatus.”

Y respecto al dinero gastado en su chico, el cual ahora es su exnovio con el que no se habla, comenta: “Estábamos muy enamorados, lo que pasa es que yo me excedí con mi generosidad. Es de lo único que me arrepiento porque esto ha provocado que yo esté hoy en una situación económica muy mala. Fui un gilip****. Es muy feo hablar de dinero, nunca me ha gustado, pero también es importante reconocer los errores, lo que uno ha hecho mal.”

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La verdad es que es natural que Valerio se arrepienta porque no se habla de calderilla sino que “Me gasté 100.000 euros en mi ex, no tengo trabajo y mi situación económica es muy mala”, asegura.

Si a esto le sumamos que su academia de danza tuvo que cerrar a causa de la pandemia y todavía no ha vuelto a abrir, es normal que Pino no genere ingresos y esté desesperado. Además de esto, el modelo cuenta sin reparo que tiene abogados que pagar por dos juicios pendientes en Italia.

Uno hace referencia a una casa en Roma por la cual dice que le intentaron estafar y el otro a la herencia de su padre, que falleció inesperadamente sumiendo a Valerio en una depresión que tocó fondo con el adiós de su “hija” de cuatro patas, su querida perrita Ágatha.

Todo aquel que tenga animales sabe que se les ama como a hijos o, al menos, así debería ser. El dolor de Valerio Pino es totalmente comprensible aunque, afortunadamente, la terapia le ayuda mucho con su salud mental y espero que pronto recupere también esa estabilidad económica que debería tener si hubiese ahorrado con todos los años de duro trabajo televisivo.

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