¿Qué veo? Bienvenidos al Wrexham cuenta el operativo rescate de Hollywood para salvar a un venerable equipo de fútbol galés

Bienvenidos al Wrexham, serie documental disponible en Star+
Bienvenidos al Wrexham, serie documental disponible en Star+

Bienvenidos al Wrexham (Welcome to Wrexham, Estados Unidos/2022). Creadores: Ryan Reynolds y Rob McElhenney. Disponible en: Star+. Nuestra opinión: muy buena

Nadie lo dice, pero es muy posible que buena parte de la “culpa” de todo lo que se cuenta en Bienvenidos al Wrexham la haya tenido Ted Lasso. Hay más de una coincidencia entre la peripecia que vive el ficticio AFC Richmond de la exitosa serie de Apple TV+ y todo lo que rodea al verdadero Wrexham FC, que juega en la quinta división de las ligas británicas.

Algo parecido — aunque un personaje sea inventado y los otros reales — notamos entre Lasso y el dúo Ryan Reynolds-Rob McElhenney. En la serie, el primero es un entrenador de fútbol americano contratado por los dueños del equipo inglés para que mantenga al Richmond en la Premier League, la máxima competencia futbolística de clubes de todo el planeta. En este divertido, curioso y muy logrado reality documental que acaba de estrenar Star+, el astro de Deadpool y una de las figuras de la longeva serie It’s Always Sunny in Philadelphia (disponible en la misma plataforma) adquieren al Wrexham, vieja gloria del fútbol galés, con la idea de devolverle algo del prestigio perdido entre varios descensos y el ocaso económico de la pequeña ciudad con la que se identifica plenamente.

Wrexham se empeña en mostrar que no es un punto más en el mapa futbolístico. Allí está emplazado el estadio más antiguo del mundo de todos los que mantienen hasta hoy actividad profesional. Sus aficionados son los accionistas del club. Viven y trabajan en un lugar que siempre se enorgulleció del equipo que los representaba, hundido en un pozo sin fin luego de sucesivos fracasos de los encargados previos de su manejo. Hasta que llegaron Reynolds y McElhenney con mística ganadora y un primer objetivo: lograr que el golpeado Wrexham consiga el ansiado ascenso de categoría.

Este reality documental está lleno de curiosidades. La primera de todas es que Reynolds y McElhenney no se conocían personalmente hasta el momento en que aceptaron unirse en este atípico proyecto. Se habían hecho amigos a través de las redes y ese contacto a la distancia luego se hizo esencial para presentar los planes de rescate, someterse al veredicto de los socios (abrumadoramente a favor) y empezar esta nueva etapa. La pandemia primero y la distancia después (los actores en los Estados Unidos, la comunidad del Wrexham en su hogar galés) multiplicaron el uso del Zoom.

El segundo detalle llamativo es que la idea de contar esta historia a través del documental estaba decidida desde el momento en que los actores se propusieron este objetivo. O quizás antes. Lo entendemos al escucharlos hablar de las razones que los llevaron a esta decisión. McElhenney creció en Filadelfia en un hogar de clase trabajadora y su padre alentó especialmente su compromiso con el deporte y la conexión que éste tiene en la vida comunitaria, actitud que expresa hoy como entusiasta seguidor de los Eagles, el equipo de fútbol americano de esa ciudad alguna vez ganador del Super Bowl.

Reynolds, en tanto, admitirá en un momento su simpatía por causas valiosas que siempre quedan escondidas, olvidadas o en segundo plano. Mientras tanto, notamos que quiere volcar a este nuevo emprendimiento la intuición que lo convirtió en empresario exitoso. Es muy divertido verlo una vez más hablando muy en serio de cosas que en definitiva son gigantescas bromas y mucho más comprobar que no tiene demasiada idea de cuáles son las reglas del fútbol y cuál es la lógica de funcionamiento profesional de ese deporte en el Reino Unido. Prefiere dejarse llevar por el instinto de su vocación ganadora y tomar decisiones a partir de esa guía.

Rob McElhenney y Ryan Reynolds, los nuevos dueños del Wrexham, al costado de la cancha
Rob McElhenney y Ryan Reynolds, los nuevos dueños del Wrexham, al costado de la cancha

El documental es la crónica de un proyecto imposible (e inverosímil por donde se lo mire) que todos los involucrados quieren hacer realidad. Los planes de los nuevos dueños y su equipo de management se alternan con relatos en primera persona de quienes aparecen ligados al club de distintas maneras: desde los hinchas (jóvenes o viejos) enojados y cansados de resignarse a la derrota hasta los jugadores que además viven en la ciudad y sienten una identificación especial con la camiseta. Es muy atractiva la descripción de los muchos puntos de contacto entre la vida cotidiana de los habitantes de Wrexham (con sus lugares de encuentro, como el hermoso pub The Turf, situado junto a la cancha) y el equipo que los representa.

El documental avanza mientras retrata el acercamiento entre dos mundos distantes, uno instalado en Los Angeles y otro en Gales, pero nunca deja de mostrar que hay entre ellos un acuerdo no escrito en la búsqueda de un sueño compartido. Los galeses dejan muestras constantes de su entusiasmo (y también de sus dudas, después de tantos reveses) a través de testimonios que incluyen la obligatoria inclusión de subtítulos en inglés, de tan cerrada que es su manera de hablar.

Bienvenidos al Wrexham habla todo el tiempo de valores como la confianza, el reconocimiento, la capacidad de adaptación a realidades desconocidas y el sentido de pertenencia. También cuenta sin necesidad de tensar la cuerda emotiva algunas historias de vida fortalecidas de verdad gracias al amor por una camiseta y hasta funciona como ejemplo de cómo es posible (y hasta saludable) para algunas estrellas salir de la jaula dorada impuesta desde Hollywood mientras se utiliza una parte de ese mismo poder al servicio de otra clase de ideas muy bienvenidas.