La vieja guardia de la Liga Norte pide la cabeza de Salvini tras el varapalo electoral

Roma, 27 sep (EFE).- La vieja guardia de la Liga Norte, la formación secesionista creada por Umberto Bossi en 1991 que se reconvirtió en la Liga cuando Matteo Salvini pasó a ser su líder en 2013, criticó hoy con dureza a su secretario general, después del descalabro de la formación en las elecciones del pasado domingo, que han dejado a su histórico fundador fuera del Parlamento italiano después de 35 años.

"El pueblo del Norte expresa un mensaje claro e inequívoco que no puede dejar de ser escuchado", dijo Bossi, de 81 años, en un claro mensaje a Salvini tras los resultados electorales, pues la Liga no llegó al 9 % de los votos respecto al 28 % alcanzado en los pasados comicios generales de 2018.

Bossi, una figura histórica en el Parlamento a pesar de sus problemas de edad, añadió que no se quería presentar, pero que lo hizo "por respeto a la militancia", en otro dardo a Salvini. Al final se quedó fuera del Senado porque en el colegio de Varese donde se presentó no se consiguieron escaños con el sistema proporcional.

También el exministro e histórico exponente de la Liga Roberto Castelli, de 76 años, se mostró "enfadado, triste y furioso" tras la no reelección de Bossi, que consideró "una verdadera injusticia" y fruto de "la debacle".

"Soy muy crítico con la secretaría de Salvini, la Liga actual no tiene nada que ver con la nuestra, es un partido centralista con aspectos de derechas. Cuando uno copia el original, al final la gente vota por el original. Te conviertes en un duplicado de (Giorgia) Meloni que, sin embargo, al menos ha sido coherente", dijo con rotundidad en referencia a la futura primera ministra.

Otro destacado dirigente "leguista", el exministro Roberto Maroni, de 67 años, pidió abiertamente la dimisión del secretario del partido: "Es hora de un nuevo líder", dijo, aunque Castelli aseguró que era improbable después de que Salvini dijese este lunes que comenzará un proceso de escucha entre los militares, pero que no tiene intenciones de dejar su cargo y que está "dispuesto a trabajar más que nunca".

En repuesta a las críticas, el consejo federal del partido, reunido este martes en Milán, aseguró que "la Liga será una parte fundamental del Gobierno de centro-derecha" y achacó la debacle de resultados "a la convivencia forzada con el Partido Demócrata y el Movimiento 5 Estrellas", en alusión a su inclusión en el Gobierno de "unidad nacional" de Mario Draghi.

Los ultras Hermanos de Italia (FdI) de Meloni, el único partido que no se integró en el Ejecutivo de Draghi, se ha convertido en el primero del país con un 26 de los votos y dirigirá el Gobierno de coalición en la que también figuran la Liga y Forza Italia, de Silvio Berlusconi.

El varapalo de la Liga no se ha limitado al centro y sur del país, sino también en el norte, el histórico bastión de la formación y donde FdI se ha convertido en el más votado: incluso en Lombardía y Véneto, los feudos tradicionales de la Liga, el partido de Giorgia Meloni dobla el de Salvini.

"El pueblo te delega para representarlo, cuando ya no lo representas te quitan ese poder. Es innegable que el resultado obtenido por la Liga es absolutamente decepcionante, y no podemos estar de acuerdo con ello encontrando simples justificaciones", atacó el presidente de la región de Veneto y miembro de la Liga, Luca Zaia.

Marta Rullán

(c) Agencia EFE