Anuncios

7 situaciones en las que hay que estar alerta ante la Hepatitis C

Hacerse un piercing o un tatuaje, someterse a tratamientos estéticos o médicos sin garantías y compartir artículos de cuidado personal podría ser un riesgo si no se hace bien. Los expertos cuentan cómo protegerse y los pasos a dar para erradicar esta enfermedad

Tatuajes y <em>piercings</em> sin esterilizar y, sobre todo, el sexo no seguro son las situaciones a evitar; también en los pacientes que han sido tratados y curados. (Foto: Getty)
Tatuajes y piercings sin esterilizar y, sobre todo, el sexo no seguro son las situaciones a evitar; también en los pacientes que han sido tratados y curados. (Foto: Getty)

La tasa de curación de la hepatitis C alcanza el 95 por ciento, y España es el país líder en eliminación de este virus, pero aún hay personas portadoras y otras que pasan por alto el riesgo de contagio en ciertas situaciones, y, por lo tanto, están en riesgo de desarrollar a medio-largo plazo una cirrosis hepática y sus complicaciones asociadas como el cáncer de hígado o la necesidad de un trasplante hepático

Por eso la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), la Fundación Patología Dual y expertos de la Sociedad Española Patología Digestiva (SEPD) nos cuentan las claves de esta enfermedad.

Un reto global

La eliminación de la infección por virus de la hepatitis C (VHC) es uno de los objetivos de la OMS para el año 2030. La prevalencia de VHC es más alta en población con trastornos de la personalidad, afectivos y de ansiedad, y consumos intravenosos, especialmente opiáceos.

De hecho, el 80 por ciento de los pacientes adictos a drogas por vía parenteral (a través de una vena) presentan infección por este virus. No obstante, muchos enfermos de hepatitis C pueden sufrir una patología leve durante mucho tiempo y no ser conscientes de que tienen hepatitis C, o descubrirlo tras hacerse unos análisis que dan un resultado positivo.

La hepatitis C es un virus que afecta el funcionamiento del hígado de una persona. Puede causar infecciones agudas y crónicas, cuya gravedad varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas, y una enfermedad grave de por vida. (Foto: Getty)
La hepatitis C es un virus que afecta el funcionamiento del hígado de una persona. Puede causar infecciones agudas y crónicas, cuya gravedad varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas, y una enfermedad grave de por vida. (Foto: Getty)

También existe la posibilidad de que se enteren porque la enfermedad ha progresado rápidamente; entonces el diagnóstico se realiza en una fase de cirrosis hepática o de cáncer de hígado.

Y es que aunque el virus de la hepatitis C es de ‘transmisión hemática’, lo que significa que las personas se infectan por contacto directo sangre-sangre, hay situaciones que se consideran de alto riesgo en las que hay que estar alerta.

Cómo se contrae

La mayoría de los pacientes se enteran de que son portadores del VHC de manera casual ya que no presentan síntomas específicos que destapen la enfermedad.

Las formas más frecuentes de transmisión de la hepatitis C consisten en recibir sangre o hemoderivados infectados (por ejemplo, transfusión de sangre antes de 1992) y compartir agujas y jeringuillas al inyectarse drogas. Pero también puede transmitirse en otras situaciones de riesgo.

Es decir, puede producirse una transmisión si la sangre de quienes portan el virus y no presentan síntomas entra en contacto con la sangre o los tejidos de otra persona.

Da la cara muy tarde

Las personas infectadas con hepatitis C desarrollarán una infección crónica que se manifiesta con fiebre, orina oscura, pérdida de apetito, ictericia, dolor en las articulaciones, náuseas, dolor de estómago y vómitos

Corres el riesgo de contraer si...

Podría suceder en caso de las operaciones o intervenciones quirúrgicas si el equipo no se ha esterilizado o limpiado debidamente o en caso de que se contamine accidentalmente con sangre, por ejemplo, durante:

  1. Hemodiálisis

  2. Acupuntura

  3. Realización de tatuajes o perforaciones

  4. Afeitado

  5. Intervenciones odontológicas

  6. Tratamientos de belleza, manicura o peluquería

  7. O al tener relaciones sexuales sin protección con una persona infectada o compartir artículos de cuidado personal como el cepillo de dientes, la maquinilla o la cuchilla de afeitar si estuvieron en contacto con la sangre de una persona infectada.

Por eso, siempre que vayas a ponerte en las manos de otra persona debes acudir a profesionales y centros que cuenten con todas las garantías sanitarias.

La Hepatitis C se transmite a través de la exposición de sangre a sangre infectada. Sin embargo, una persona también puede contraer hepatitis C a través de relaciones sexuales. El riesgo podría ser mayor cuando una mujer tiene la menstruación o cuando uno de los miembros de la pareja presenta lesiones genitales, y en general en todas las prácticas sexuales que implican presencia de sangre. (Foto: Getty)

Qué pasa con el sexo

La transmisión sexual del virus de la hepatitis C ha sido un tema controvertido durante mucho tiempo. El VHC es fundamentalmente una infección sanguínea, por lo que las relaciones sexuales en las que pueda haber contacto con la sangre son las que entrañan el mayor riesgo de infección.

Aunque el VHC se ha detectado en el semen, las secreciones rectales y el fluido vaginal, se desconoce si estos fluidos resultan infecciosos porque, por lo general, las concentraciones del virus suelen ser bajas. No obstante, algunos estudios recientes están arrojando más evidencia sobre la transmisión sexual del VHC, mostrando que las concentraciones del virus pueden ser elevadas en semen y que no siempre coinciden con los niveles en sangre.

Por otro lado, existen factores facilitadores, como las prácticas sexuales con mayor riesgo de sangrado, como el fisting o el uso de juguetes sexuales, el sexo asociado al consumo de drogas (chemsex) y la presencia de infecciones de transmisión sexual que pueden cursar con ulceraciones genitales.

Las consecuencias del Chemsex

Así las cosas, el riesgo de transmisión sexual del VHC es bajo en el caso de la penetración vaginal en parejas monógamas. Sin embargo, desde hace más de una década, destaca el aumento de la prevalencia del uso intencional de sustancias psicoactivas en contextos sexuales para facilitar, potenciar y prolongar los encuentros sexuales. Un patrón de consumo que se ha asociado con el aumento del riesgo de transmitir y adquirir la hepatitis C.

En la actualidad, según recoge la guía ChemSex and hepatitis C: a guide for healthcare providers elaborada por la clínica de salud sexual londinense 56 Dean Street, en Londres (Reino Unido), los tres grupos de población en situación de alto riesgo de adquirir el VHC son las personas usuarias de drogas inyectables, las personas con el VIH y los hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH).

Si has estado expuesto al virus

Se recomienda que las personas que hayan consumido drogas esnifadas o inyectadas, o recibido productos sanguíneos antes de 1990 se hagan la correspondiente prueba. También deberían hacérsela quienes se hayan sometido a intervenciones sanitarias, tatuajes o piercings sin el correspondiente control o que hayan mantenido relaciones sexuales de riesgo.

Tampoco se deben olvidar aquellos pacientes en hemodiálisis o con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana o el virus de la hepatitis B y las personas internas en centros penitenciarios así como el personal sanitario expuesto a procedimientos que supongan riesgos biológicos.

En definitiva, la prevención es clave en el abordaje de la infección. Por ello, es importante seguir insistiendo en las campañas de sensibilización, programas de reducción de daños, así como estar atento al cumplimiento de las normas de los centros de estética, tatuajes, piercing y micropigmentación.

La situación en España

En la actualidad, somos un país referente en el tratamiento de la hepatitis C. Desde la implementación del PEAHC (Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C) en el SNS en enero de 2015, se han tratado y curado a más de 130.000 pacientes, hecho que nos ha convertido en líderes europeos y segundos a nivel mundial en la lucha contra esta enfermedad.

“Gracias a la puesta en marcha del PEAHC y también a los avances que se han producido en el último lustro desde la aparición de los antivirales de acción directa, entre ellos los fármacos basados en Sofosbuvir, se han podido curar a miles de pacientes, lo que ha revolucionado el manejo y el tratamiento de la hepatitis C”, nos cuenta la doctora Inmaculada Fernández, del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.

Sin embargo, se estima que aún están sin diagnosticar alrededor de 80.000 personas que, de ser tratadas, otorgaría a España el privilegio de eliminar la hepatitis C de su sistema sanitario. Esta brecha en la detección se debe a la naturaleza asintomática del virus y la falta de conciencia pública, lo que complica los esfuerzos en su eliminación.

Una oportunidad histórica

Los expertos coinciden en que, ahora más que nunca, es necesario hacer un llamamiento para que la eliminación de la hepatitis C sea una realidad en un futuro cercano en nuestro país.

“Hemos pasado de tratar y curar a nuestros pacientes, a la posibilidad real de conseguir la eliminación de la enfermedad, en un período muy corto de tiempo, añade el doctor Juan Turnes, del Hospital Montecelo de Pontevedra. Ello ha sido posible porque actualmente disponemos de fármacos sencillos y pangenotípicos como EPCLUSA, que nos han permitido simplificar el manejo y tratamiento de la enfermedad”.

“La enfermedad más importante del hígado, causante de la mayoría de los casos de cirrosis grave y de los trasplantes hepáticos, tiene ahora un tratamiento que cura y elimina el virus causante, lo que representa una oportunidad que pocas veces se da en la historia de la medicina y que debemos aprovechar”, afirma el doctor Manuel Romero Gómez, director gerente de los hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío (Sevilla) y experto de SEPD.

Así lo ha expresado durante su intervención la doctora María Buti, del Hospital Universitario Vall d’Hebrón de Barcelona, "debemos seguir trabajando en disminuir los diagnósticos tardíos, en el acceso al diagnóstico y tratamiento de poblaciones vulnerables, y por último, en medir y reportar nuestros datos para evitar estimaciones y poder medir mejor nuestros resultados”.

En este sentido, el doctor Manuel Hernández Guerra, del Hospital Universitario de Canarias, pone el foco sobre los pacientes que en algún momento tuvieron un diagnóstico positivo de la hepatitis C, pero no están en manos del especialista ni han recibido tratamiento.

Según el experto, el porcentaje de estos pacientes supondría en torno al 60 por ciento en mayores de 35 años, por lo que ha destacado la necesidad de implementar sistemas de rescate tales como las alertas electrónicas y de aprovechar otros herramientas como el uso de la telemedicina para el abordaje de los pacientes de hepatitis C.

Por último, entre los avances y tratamientos, los especialistas destacan la aparición de los antivirales orales de acción directa, que permiten curar a más del 97 por ciento de los pacientes afectados, ha convertido la eliminación de la hepatitis C (VHC) en una posibilidad real.

¿Tomas precauciones frente a esta enfermedad? ¿Conocías las conductas de riesgo?

Más historias que pueden interesarte:

Cirrosis hepática: claves para prevenir el cáncer en el aparato digestivo

Hepatitis C: el nuevo plan para 'llegar' a las personas que desconocen la enfermedad

Las 'orgías de cristal' (de 72 horas) que preocupan a los expertos en salud sexual

Las 10 vacunas 'de repesca’ que todos deberíamos ponernos