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Tu voz podría mejorar la detección de tumores malignos de tiroides

(Foto: Getty)

Una nueva técnica en investigación permitiría evaluar nódulos tiroideos mientras los pacientes utilizan su voz. La prueba se llama 'Elastografía Pasiva Vocal' (Vocal Passive Elastography, VPE) y podría mejorar la detección de tumores malignos, que a veces se pasan por alto con ecografía y biopsia, según investigadores franceses.

La prueba consiste en sostener una sonda de ecografía lineal en la garganta del paciente, al que luego se le pide que vocalice un sonido ("eee") a 150 hercios (Hz), guiado por un altavoz que reproduce la frecuencia. La sonda detecta las vibraciones vocales que se generan, llamadas ondas transversales, a medida que atraviesan la glándula tiroidea.

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Más del 80 por ciento de los nódulos tiroideos son benignos y pueden no necesitar ningún tipo de tratamiento si no presentan síntomas, pero es fundamental realizar controles periódicos y establecer un protocolo de seguimiento. (Foto: Getty)

Los investigadores -de Universidad de Tours, CHU Dijon-Borgoña y Université Bourgogne Franche-Comté- han desarrollado un programa informático para calcular la velocidad de las ondas transversales, que se mueven más rápido al atravesar tejidos más rígidos. Es probable que las ondas transversales atraviesen el tejido canceroso con más rapidez porque es más rígido que el tejido sano y que los nódulos benignos.

Basado en ultrasonido, podría determinar la salud de la tiroides

Usando imágenes de ultrasonido para medir la velocidad de estas ondas, los investigadores pueden determinar la elasticidad del tejido tiroideo. Este método, que los autores llaman elastografía pasiva vocal (V-PE), es una extensión de la elastografía pasiva, una técnica de seguimiento de propagación de ondas transversales utilizada para estudiar terremotos

De este modo, la prueba resalta las áreas que presentan cierta rigidez como motivo de preocupación. Es decir, que al emitir sonidos, las vibraciones de la voz crean ondas en el tejido cerca del tracto vocal llamadas 'ondas de corte'. Si hay un tumor en la tiroides, la elasticidad del tejido circundante aumenta, se endurece y hace que las ondas de corte se aceleren.

Puede ser una alternativa a la cirugía

Los ultrasonidos permiten tratar nódulos tiroideos benignos sin necesidad de cirugía, evitando cicatrices y y reduciendo el riesgo de lesiones y/o infecciones. El paciente conserva la glándula tiroides y su normal funcionamiento, minimizando los efectos secundarios y aportando una rápida recuperación que le permitirá retomar su vida cotidiana en pocas horas.

No obstante, dado que en la actualidad no se dispone de datos sobre la exactitud de la VPE en el diagnóstico de los nódulos malignos, queda por determinar su utilidad clínica. Además, hay que tener en cuenta que el rendimiento de la prueba también puede verse afectado por algunos factores, como el bocio subyacente, la enfermedad autoinmunitaria, el contenido de líquido en el nódulo, las calcificaciones y otras variables.

Para mejorar su eficacia, los autores continúan su investigación sobre las vocalizaciones en otras frecuencias, sus mejoras de la interfaz del programa informático y la exploración de la técnica para otros órganos, incluido el cerebro.

Aunque la mayoría de los nódulos son benignos, siempre debemos excluir la presencia de malignidad en los mismos

Según la American Thyroid Association (ATA), el nódulo tiroideo se define como “una lesión aislada en la glándula tiroides, radiológicamente distinta del parénquima tiroideo circundante”.

La prevalencia del nódulo tiroideo alcanza prácticamente a la mitad de la población. Es una patología muy común, descubierta en la práctica clínica durante el examen físico (palpación) o de forma casual mediante pruebas de imagen como ecografías, CT cervicales, RM, PET-CT, RxTx, etc.

Pero aunque la incidencia de nódulos tiroideos ha aumentado en los últimos años, afortunadamente solo entre el 5 y el 15 por ciento de ellos son finalmente malignos”, nos explican desde el servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario del Sureste, en Arganda del Rey (Madrid).

Su tamaño, velocidad de crecimiento, aparición de molestias locales o su localización, pueden ser motivos para realizar sobre ellos tratamientos mínimamente invasivos o no invasivos para reducir su tamaño, mejorar las molestias o evitar su malignización. No obstante, un 5 por ciento pueden llegar a malignizarse y otro 15 por ciento se consideran indeterminados. En estas dos situaciones, se requiere de un tratamiento más invasivo para extirpar estos nódulos tiroideos.

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Como la mayoría de los cánceres de tiroides son duros, la presencia de tejido canceroso en la tiroides aumentará su rigidez. Esto hace que la elastografía, una técnica que mide la rigidez del tejido, sea un candidato ideal para detectar nódulos cancerosos. (Foto: Getty)

Los factores que ‘facilitan’ su aparición

Su frecuencia aumenta con la edad. Se estima que el porcentaje de personas afectadas por nódulos tiroideos es 10 puntos inferior a la década en la que se encuentran, por ejemplo, a los 40 años hablaríamos de un 30 por ciento de prevalencia, alcanzando tasas de más del 50 por ciento a partir de los 60 años.

Además, los nódulos tiroideos son más comunes en mujeres, en aquellos expuestos a radiación y, excepcionalmente, en personas con déficit de yodo en su dieta habitual.

La disparidad en el género probablemente esté producida por la influencia hormonal (estrógenos y progesterona) ya que se ha observado un aumento del tamaño del nódulo con el embarazo y la multiparidad. También parece que puede tener relación con la exposición a radiaciones ionizantes durante la infancia o por motivos profesionales en la edad adulta.

Las señales previas

Si sientes alguna molestia o te has notado un bulto en el cuello, si tu voz ha perdido fuerza o te ha cambiado, tienes dificultad al tragar o respirar, acude a un especialista en tiroides para que puedan practicarle las siguientes pruebas básicas:

  • Examen clínico

  • Análisis de sangre

  • Ecografía Tiroidea

Si el nódulo tiene un tamaño igual o superior a 12 mm o se detecta una potencial malignidad, será preciso realizar una punción-aspiración con aguja fina (PAAF) para estudio citológico y determinar con exactitud el tipo de nódulo ante el que nos encontramos.

La ecografía tiroidea suele recomendarse en pacientes con bocio, nódulos palpables, antecedentes de cáncer de tiroides familiar o antecedentes de irradiación cervical en la infancia.

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