Wong Kar-wai, el regreso del último romántico

Chungking Express, uno de los grandes clásicos de Wong Kar Wai, cuyos films son poco menos que inhallables en nuestro país
Chungking Express, uno de los grandes clásicos de Wong Kar Wai, cuyos films son poco menos que inhallables en nuestro país

Con el título de Amor: el cine de Wong Kar-wai, la plataforma de streaming MUBI presenta durante este mes siete títulos (cinco de ellos con copias restauradas en 4K) del brillante director nacido hace 64 años en Shanghai, pero considerado como uno de los cineastas más emblemáticos y representativos de Hong Kong.

Wong Kar-Wai, en el Festival de Cannes, donde es una verdadera estrella
Pool BENAINOUS/SANCHEZ


Wong Kar-Wai, en el Festival de Cannes, donde es una verdadera estrella (Pool BENAINOUS/SANCHEZ/)

Es cierto que en este ciclo faltan desde su ópera prima As Tears Go By (1988) y Days of Being Wild (1990) hasta su más reciente trabajo El arte de la guerra (The Grandmaster, 2013), pasando por El sabor de la noche (My Blueberry Nights, 2007), pero la posibilidad de (re)encontrarse con varias películas esenciales de su filmografía no deja de ser un verdadero acontecimiento cinéfilo. Hasta el momento MUBI presentó Cenizas del tiempo - Redux (Ashes of Time Redux, 1994), Chungking Express (1994) y Con ánimo de amar (In the Mood For Love, 2000), mientras que los próximos lanzamientos serán La mano (The Hand, 2004), corto incluido en el tríptico Eros que completaron Michelangelo Antonioni y Steven Soderbergh (lunes 12); el viernes 16 será el turno de La caída de los ángeles (Fallen Angels, 1995), para el 23 está prevista 2046: Los secretos del amor (2004) y el cierre será el viernes 30 con Felices juntos (Happy Together, 1997).

Desde su irrupción a fines de la década de 1980, Wong Kar-wai es reconocido por su virtuosismo formal, su poética profundamente melancólica ligada en muchos casos a amores torturados y un perfeccionismo sin límites que hace que sus proyectos se demoren mucho más de lo previsto originalmente (es el único director que obligó al Festival de Cannes a postergar la première mundial de una película porque no llegó a entregar la copia a tiempo). Para sus detractores, el preciosismo y la estilización de su cine está al borde del capricho, el regodeo y la ostentación, pero son muchos más quienes disfrutan con la sofisticación de sus encuadres o el trabajo de iluminación que hay en cada una de sus imágenes (en colaboración con el director de fotografía australiano Christopher Doyle). En ese sentido, Wong Kar-wai es uno de los pocos realizadores a los que se puede reconocer de forma inmediata apreciando uno solo de sus planos.

Ho Po-wing (Leslie Cheung) y Lai Yiu-fai (Tony Leung), en Happy Together, de Wong Kar-wai
Ho Po-wing (Leslie Cheung) y Lai Yiu-fai (Tony Leung), en Happy Together, de Wong Kar-wai


Ho Po-wing (Leslie Cheung) y Lai Yiu-fai (Tony Leung), en Felices juntos, de Wong Kar-wai, filmado parcialmente en nuestro país

El lirismo del director surge también del uso de la música, y en especial de canciones que, en principio, poco tienen que ver con los lugares o las épocas en que las que transcurren sus películas como las de Nat King Cole o Caetano Veloso. Sus hallazgos van también desde la versión cantonesa de “Take My Breath Away”, de Berlin, en As Tears Go By; hasta “California Dreamin’”, de The Mamas & the Papas, en Chungking Express; pasando por “Tango apasionado”, de Astor Piazzolla, en Felices juntos, esa historia de amor entre Tony Leung y Leslie Cheung rodada en su mayor parte en locaciones de San Telmo y La Boca con The Buenos Aires Affair, de Manuel Puig, como principal fuente de inspiración y que le valió nada menos que el premio a mejor director en Cannes.

¿Y qué es de la actualidad de Wong Kar-wai? Se supone (al menos eso es lo que se informó hace unos meses) que el regreso tras casi una década de inactividad será con Blossoms, una serie sobre la historia de un emprendedor que se convierte en millonario en su Shanghai natal durante la década de 1990, en la que participa como guionista y director. Aunque, claro, tratándose de un artista tan imprevisible como él esos episodios podrían tardar mucho en concretarse o incluso sumarse a la larga lista de proyectos inconclusos que acumula uno de los realizadores más misteriosos, fascinantes y reverenciados de las últimas tres décadas del cine mundial.