¿Es seguro tomar Tylenol durante el embarazo? La opinión de los expertos en medio de las demandas por su posible vínculo con el autismo y el TDAH

¿Qué dicen los especialistas sobre el consumo de paracetamol durante la gestación? (Getty Images)
¿Qué dicen los especialistas sobre el consumo de paracetamol durante la gestación? (Getty Images)

Si estás embarazada, tendrás que evitar ciertas cosas. No puedes comer sushi, levantar peso, beber alcohol, fumar… y la lista continúa. Sin embargo, por lo general el acetaminofén (también conocido como Tylenol), se ha considerado lo suficientemente seguro como para poder cosumirlo durante el embarazo. O al menos lo era, hasta que se comenzaron a presentar varias demandas alegando que la exposición al Tylenol en el útero aumenta el riesgo de que el niño desarrolle autismo o un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Ahora, a muchos futuros padres les preocupa la posibilidad de que este medicamento aparentemente benigno pueda causar problemas potenciales en sus embarazos. ¿Realmente deberían alarmarse o se trata de afirmaciones infundadas?

¿En qué casos podrías necesitar paracetamol durante el embarazo?

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) no se recomiendan durante el embarazo, por lo que durante mucho tiempo el paracetamol ha sido el fármaco de venta libre de elección para las mujeres que están esperando a sus bebés. El Tylenol o acetaminofén genérico alivia el dolor y, lo que es más importante, baja la fiebre.

“Se recomienda tomar acetaminofén o Tylenol cuando la paciente embarazada tiene fiebre o dolor intenso”, explicó el Dr. Abdulla Al-Khan, vicepresidente y director de Medicina y Cirugía Materno-Fetal y del Centro de Anomalías Placentarias del Instituto Médico de la Universidad de Hackensack en Nueva Jersey. “La eficacia de la hidratación oral con bebidas frías o el uso de bolsas de hielo para bajar la fiebre es limitada, pero esta puede ser muy peligrosa para la madre y el feto”. Agregó que algunas de las complicaciones graves que pueden producirse debido a una temperatura corporal elevada son las convulsiones, parto prematuro y posible malformación embrionaria.

“Es habitual que las pacientes embarazadas experimenten molestias durante la gestación, sobre todo en la parte baja de la espalda, la pelvis y las extremidades inferiores debido al embarazo, pero para aliviar ese dolor hay pocas opciones disponibles más allá del acetaminofén, sobre todo porque el uso de los AINEs es limitado”, añadió el Dr. David Hackney, profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve y director del reparto de Medicina Materno-Fetal del Centro Médico de los Hospitales Universitarios de Cleveland.

¿Qué acusaciones pesan sobre el paracetamol y su posible vínculo con el autismo y el TDAH?

En 2021, una declaración de consenso publicada en la revista Nature Reviews Endocrinology afirmó que algunas investigaciones experimentales y epidemiológicas sugieren que el paracetamol podría afectar al desarrollo fetal, aumentando potencialmente el riesgo de que aparezcan problemas como el TDAH y el autismo, entre otros. La declaración pedía una mayor concienciación sobre estas cuestiones y realizar más investigaciones sobre dichos peligros potenciales.

Desde entonces, los abogados han presentado más de 400 demandas de responsabilidad por productos defectuosos contra los fabricantes de acetaminofén, argumentando que debían haber advertido a las embarazadas de dichos riesgos. Los fabricantes, sin embargo, argumentan que no hay pruebas concluyentes que respalden esas afirmaciones. Según informó el Wall Street Journal la semana pasada, ahora el asunto está en manos de un juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, quien determinará si las demandas tienen suficientes evidencias científicas admisibles para proceder con el caso.

¿Qué opina la comunidad médica?

Los expertos que hablaron con Yahoo Vida y Estilo han dicho que es necesario investigar más antes de que alguien pueda decir con certeza que existe un vínculo entre el uso prenatal de acetaminofén y un diagnóstico posterior de autismo o TDAH en los niños.

“Tanto el autismo como el TDAH arrastran una larga historia de asociaciones epidemiológicas que luego no han podido demostrar su causalidad, por lo que debemos abordar esos vínculos con cierta cautela”, advirtió Hackney. Al-Khan, por su parte, dijo que aunque los médicos no niegan esa posibilidad, no se puede llegar a respuestas concluyentes hasta que se realicen más estudios científicos.

“En la comunidad científica no nos tomamos esto a la ligera, pero hay que validar esa supuesta correlación con evidencias científicas”, apuntó Al-Khan. “Hay muchas preguntas: ¿cuáles fueron los problemas de salud subyacentes que requirieron el uso de Tylenol? ¿Podrían esas afecciones haber contribuido al desarrollo del TDAH o el autismo a lo largo del tiempo? En este momento, simplemente no lo sabemos”.

La Dra. Whitney Casares, pediatra y autora del libro Doing It All que muy pronto saldrá a la venta, agregó que siempre vale la pena prestar atención a las demandas relacionadas con los medicamentos que consumen los pacientes y sus posibles efectos adversos, aunque eso no significa que todas las acusaciones sean ciertas o claras.

“Lo más importante es que las embarazadas y los padres analicen cuidadosamente los hechos cuando leen sobre estos casos. Cuando se trata de un tema tan delicado, puede ser tentador culpar o absolver sin comprender los datos y las pruebas”, explicó.

¿Qué dice la investigación actual sobre las causas del autismo y el TDAH?

A pesar del aumento de casos en los últimos años, todavía no se comprenden bien las causas del trastorno del espectro autista. También se desconocen las causas y los factores de riesgo del TDAH, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Dicho esto, ambas condiciones están siendo investigadas y existen indicios generales que apuntan a ciertos factores que podrían estar en la base de uno o ambos trastornos.

“Sabemos que la genética juega un papel importante, aunque también se está estudiando el impacto de variables como las toxinas ambientales y el estado nutricional prenatal”, aclaró Casares. “Es lógico que los padres y pacientes quieran respuestas concretas a sus preguntas sobre quién es el culpable de la neurodivergencia, pero aún no tenemos todos los datos”.

La Dra. Zoe Martínez, directora clínica de Done, agregó que los factores de riesgo adicionales para el TDAH incluyen específicamente la exposición pre y postnatal al plomo, el bajo peso al nacer y la prematuridad. También señaló un estudio publicado en la revista Pedatrics que indicó que la exposición prenatal al acetaminofén se correlacionó con tasas más altas de TDAH, sobre todo cuando se consume durante más de ocho días. “La exposición corta [al acetaminofén], usado como antipirético (antifebril) puede tener un efecto protector”, puntualizó.

Entonces, ¿las embarazadas deben evitar o no el Tylenol?

A la hora de usar cualquier medicamento, todos los pacientes (tanto las embarazadas como el resto) deben sopesar los pros y los contras. Como no hay evidencia concluyente, los expertos coinciden en que no hay razón para sufrir dolor severo o arriesgarse a las complicaciones graves que puede provocar la fiebre, con la esperanza de evitar la posibilidad de tener un hijo neurodiverso.

Según Al-Khan, también hay algunas circunstancias en las que una embarazada no debe tomar acetaminofén: si es alérgica o tiene insuficiencia hepática (problemas del hígado). “En la mayoría de los casos, si el acetaminofén se toma adecuadamente bajo prescripción médica, debería ser seguro”, apuntó. También es importante que las personas sigan la posología: Tylenol aconseja no tomar más de 10 comprimidos Regular Strength (325 mg de acetaminofén) o 6 comprimidos Extra Strength (500 mg de acetaminofén) al día.

Hackney está de acuerdo y adscribe a la posición del Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología sobre el uso de Tylenol.

“Como norma, las pacientes embarazadas deben evitar cualquier medicamento si no es necesario pues el objetivo es minimizar en la medida de lo posible el uso de todo tipo de fármacos durante la gestación”, apuntó. “Sin embargo, como la investigación que vincula el acetaminofén con el desarrollo neurológico no es clara, este medicamento no está contraindicado en los casos en los cuales sea beneficioso”.

Además, los futuros padres deben recordar que no hay nada de “malo” en los niños neurodivergentes. El autismo y el TDAH son simplemente discapacidades del desarrollo, pero esos niños pueden crecer y disfrutar de vidas largas y maravillosas.

“Lo mejor que puedes hacer si tu hijo tiene TDAH o autismo es ayudarlo a comprender quién es: detectar sus fortalezas, dones únicos y oportunidades de crecimiento”, recomendó Casares.

Priscilla Blossom