Ángeles Cruz cura su pena con el cine

César Huerta, enviado

GUADALAJARA, Jal., junio 10 (EL UNIVERSAL).- El cine es lo que "salvó" de cierta depresión a Ángeles Cruz de la violencia que padece junto con los habitantes de Villa de Guadalupe Victoria, Oaxaca, y del duelo por el asesinato de su hermano en noviembre pasado.

La protagonista del filme "Tamara y la Catarina" y realizadora de "Nudo mixteco" vive desde hace más de un año en medio de una serie de ataques hacia las comunidades mixtecas pertenecientes a San Miguel el grande, por conflictos territoriales y despojos de tierra.

Ángeles ha denunciado constantemente los hechos a las autoridades sin recibir, asegura, respuesta adecuada.

Su hermano, gerente de locaciones en su más reciente filme como directora, "Valentina o la serenidad", fue muerto durante una emboscada en noviembre pasado.

El filme, que será estrenado comercialmente en salas mexicanas a finales de septiembre, aborda la historia de una niña en un proceso de luto y aceptación, tras la muerte de su padre.

"Cuando pasó lo de mi hermano acabábamos de ganar el premio Colón de Oro a Mejor Película en Huelva y Colón de plata para Miriam Bravo como actriz, y la muerte de él me dejó como quieta, de ya no querer hacer cosas", recuerda.

"De repente mi madre fue la que me dijo: 'oye, en esa película trabajaste con tu hermano ¿no, no la puedes dejar; tienes que hablar sobre el duelo y a lo mejor sobre lo que también nosotros tenemos que aprender al respecto'".

Aunque sigue adelante, se siente expulsada de su propio poblado, donde prácticamente ha desarrollado sus historias.

"Es muy horrible para mí, en este momento estoy viviendo algo como lo que viven muchas personas que han sido expulsadas de su territorio y yo lo estoy, porque no puedo filmar en mi comunidad. Me he tenido que mover".

Recalca que por ahora lo que pretenden las autoridades es que las comunidades agraviadas firmen la paz.

Este miércoles, en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, será reconocida con el Premio Maguey Activista.

"No sólo es un abrazo por reconocer la labor, también por visibilizar lo que pasa en nuestros territorios y en el país", explica.