La única película latinoamericana nominada a los Globos de Oro coloca a una mujer ante la dictadura brasileña

Para Walter Salles, hacer una película como “I’m Still Here” (título original: “Ainda Estou Aqui”) era no solo una deuda histórica, sino también un reencuentro con su propio pasado que tenía además un profundo carácter de homenaje.

Y es que la misma cinta, que tiene dos nominaciones a los Globos de Oro en las categorías de Mejor Película en Lengua Extranjera y Mejor Actriz, y que se estrena en Estados Unidos el 17 de enero, recrea la historia real de

Eunice Paiva, una madre de familia de Río de Janeiro que se vio obligada a enfrentarse a la dictadura militar que regentaba su país en la década de los ‘70 luego de la inesperada desaparición de su esposo, el ex congresista e ingeniero civil Rubens Paiva.

Pese a ser un cineasta con profundos intereses sociales que se plasmaron, por ejemplo, en “Diarios de motocicleta” (2004), el celebrado drama en el que Gael García Bernal se ponía en la piel de un joven Che Guevara, Salles no había hecho hasta ahora ningún trabajo vinculado al cruento proceso que fue respaldado por Estados Unidos, que se extendió a lo largo de 21 años y que, según algunos estimados, habría costado la vida de 434 personas y torturado a 20 mil más, aunque los activistas de derechos humanos afirman que las cifras reales son muchísimo mayores, sobre todo si se considera a las poblaciones indígenas cuyas pérdidas no fueron registradas.

“Cuando mi generación empezó a hacer cine de ficción, la opción normal habría sido fijarse en todos esos años que tuvimos que soportar antes de la transición a la democracia”, nos dijo el aclamado director durante una reciente entrevista. “Pero esa democracia resultó muy caótica, por lo que yo, al menos, sentí la necesidad de hablar de lo que estaba ocurriendo en aquel momento”.

La oportunidad perfecta

Por ello, Salles se abocó inicialmente a hacer películas que hablaban de la coyuntura en que se crearon, como “Foreign Land” (“Terra Estrangeira”, 1985) y, por supuesto, “Central Station” (“Central do Brasil”, 1998), que ganó 55 premios internacionales y fue nominada al Oscar.

Su carrera -que volvió a alcanzar un punto particularmente alto con “Diarios de motocicleta”, nominada al Mejor Guión en el Oscar y ganadora del premio a la Mejor Canción en la misma ceremonia- se fue desarrollando lejos del tema que había dejado de lado por tanto tiempo, pero que se impuso tras la lectura de la autobiografía de Marcelo Rubens Paiva, hijo de Eunice y Rubens, a quien él mismo conoció durante su adolescencia.

“Desde que tenía 13 años, fui invitado al hogar de los Paiva, y tuve la oportunidad de verlo desde dentro y de sentir la humanidad que había en él”, retomó el cineasta. “Era una familia con cinco hijos, en una casa de puertas y de ventanas constantemente abiertas, y que visité constantemente porque era tremendamente acogedora”.

Una de las cosas que más lo impresionó en esos momentos era que la casa funcionaba como una suerte de oasis en medio de las atrocidades que estaban siendo cometidas por el régimen, lo que le permitió a la vez ofrecerle a la cinta momentos absolutamente numinosos antes de sumergirnos en la oscuridad.

“Me gustó mucho el modo en que el libro de Marcel [publicado en el 2015] mezclaba lo personal con lo colectivo, que es algo que siempre intento hacer en las películas que dirijo”, aseguró. “Pero también era algo que me permitió sumergirme en los recuerdos que tenía de aquella época”.

Pasado y presente

Salles ha dicho ya que uno de los elementos esenciales del cine es la capacidad que este tiene de ser un instrumento contra el olvido. Sin embargo, en el transcurso de su preparación, la cinta se convirtió en algo mucho más urgente, debido a la elección presidencial de Jair Bolsonaro, un militar retirado y político de ultraderecha que simpatizaba abiertamente con el viejo régimen.

Bolsonaro, que admiraba a Donald Trump y era admirado por este, estuvo en el poder desde el 2019 hasta el 2023, sosteniendo medidas que atacaban a la comunidad LGBTQ, defendían la aplicación de la tortura y minimizaron los graves alcances del Covid.

“La idea inicial era hacer una película que ofreciera una reflexión sobre nuestro pasado que nos permitiera entender mejor de dónde veníamos, y de repente, la realidad que nos rodeaba cambió, con lo que nos dimos cuenta de que estábamos haciendo una película que también era sobre nuestro presente”, retomó el director.

“Y es que el auge de la extrema derecha no se limitó a Brasil, porque es un movimiento mucho más amplio que nos habla de la fragilidad de la democracia en el mundo en el que vivimos”, prosiguió. “En esos momentos, Brasil empezó a virar hacia un régimen muy similar al que la película retrata, por lo que todos los que estábamos involucrados en ella la abrazamos incluso con más pasión”.

Walter está convencido de que, si Bolsonaro hubiera permanecido en el cargo, “I’m Still Here” no existiría. “No habríamos podido filmar en la calle ni en ningún espacio público”, aseguró. Y su convicción no se encuentra muy alejada del pensamiento de Fernanda Torres, la actriz que interpreta a Eunice en la cinta y que, como lo señalamos ya al inicio, está nominada a un Globo Oro por el desafiante rol.

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De hecho, durante una entrevista separada con este mismo medio, la intérprete fue más allá al recordar que, hace solo unas semanas, en medio del estreno del filme en Brasil, se revelaron detalles de los intentos de Bolsonaro y de varios allegados suyos para realizar un golpe de estado luego de que el mismo político asegurara que las elecciones más recientes, donde fue derrotado por Luiz Inácio Lula da Silva, le habían sido robadas.

“Es sorprendente, porque algunos de los militares que estuvieron involucrados en este intento de golpe eran jóvenes durante la época de la dictadura en los años ‘70, y se opusieron en su momento al término de la misma”, detalló. “Este tipo de situaciones son realmente chocantes”.

Para ella, el estado actual de las cosas tiene que ver con la explosión de una revolución tecnológica que cambió nuestra forma de hacer política y de comunicarnos. “Pensamos que la vida moderna traería la igualdad al mundo, y pasó lo contrario”, afirmó. “Y cuando tienes este tipo de tecnología con la capacidad de generar miedo, el populismo se refuerza”.

“Parece como el regreso de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos patrocinó las dictaduras en Sudamérica porque temía que Cuba y los comunistas se apoderaran del continente”, añadió. “En Brasil, la gente ha estado hablando nuevamente del comunismo, cuando ni siquiera China es comunista ya”.

Retos y contenciones

Torres es una destacada actriz, oriunda de la misma ciudad de Río de Janeiro, con la que Salles había trabajado ya dos veces, más precisamente, en las películas “Foreign Land” y “Midnight” (“O Primeiro Dia”, 1998).

Interpretar a Eunice implicaba someterse a desafíos expresivos y físicos que, en un momento temprano de la historia, se reflejan en los momentos en que ella es detenida y encerrada por varios días en un siniestro de centro de detención; pero Torres asegura que la contención del personaje -y de su equivalente en la vida real- fue especialmente complicada de representar.

“Eunice fue una mujer muy inteligente y muy digna que nunca se presentó como una víctima, por lo que no queríamos hacer un melodrama de su vida”, advirtió. “La tarea era muy grande y me la tomé muy en serio. Teníamos, por supuesto, el libro de Marcelo, que está lleno de detalles; y pude ver muchas de las entrevistas que se hicieron con Eunice, quien falleció en el 2018”.

La actriz no puede dejar de admirar la valentía de una mujer que pasó por numerosas situaciones trágicas en la vida; que perdió a su esposo del modo en que lo perdió; que se reinventó como abogada de las víctimas de la represión y de las comunidades indígenas; que enfrentó luego el accidente de su hijo Marcelo, quien quedó tetraplégico a consecuencia de este, y que, pese a todo, logró sacar adelante a su familia.

“Para mí, fue como interpretar a Clitemestra, Penélope o uno de esos personajes clásicos de la tragedia griega”, explicó. “Pero también pude utilizar mis experiencias de adolescente, porque yo era como esa chica que aparece en la película a bordo de un auto con sus amigos, temerosa de ser arrestada por la policía, pero llena de vida, porque Brasil no era un país deprimido, sino un lugar muy rico en términos de teatro, de música y de cine, con una escena artística que presentó una resistencia muy poderosa”.

En la pantalla, esa vitalidad se hace presente en una cinta filmada en 35mm que recurre mucho a la ‘steady cam’ para seguir a sus personajes, que incluye escenas en Super 8 para reconstruir momentos felices, que va variando su estética a medida que transcurre y que se encuentra llena de piezas musicales procedentes del revolucionario movimiento Tropicália.

“La elección de esas canciones era sumamente importante para nosotros, porque en esa época, las canciones que escuchabas te definían, a diferencia de lo que pasa hoy, cuando los algoritmos definen lo que vas a escuchar”, afirmó Salles. “En ese sentido, la incorporacion de ‘É preciso dá um jeito, meu amigo’, de Erasmo Carlos, que aparece a la mitad y en los creditos finales, resultaba esencial”.

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Pese a que Torres no era la primera apuesta para el papel debido a la diferencia de edad que tenía con el personaje (al inicio de la historia, Eunice tiene 41, mientras que la actriz ya cumplió los 59), Salles decidió finalmente que era la indicada debido a lo que había visto y seguía viendo en ella.

“Fernanda no es sólo una actriz extraordinariamente dotada, sino también una persona extremadamente sensible e inteligente”, retomó el realizador. “Captó plenamente las diferentes facetas del personaje, pero también comprendió que teníamos que hacerle justicia a esta mujer que yo había conocido personalmente, y a la manera específica e inesperada con la que luchó contra la dictadura, en el sentido de que nunca mostró su sufrimiento en público y de que sonreía cada vez que querían que llorara”.

De ese modo, el director y la actriz trabajaron juntos para definir los contornos que tenía que tener Eunice. “Fernanda se convirtió realmente en el primer violín de la orquesta, y todos los demás instrumentos se afinaron de acuerdo a este”, pronunció.

Lo que viene

Salles fue el primer brasileño en ganar un Globo de Oro gracias a “Central Station”, que se coronó en el rubro de Mejor Película Extranjera durante la ceremonia de 1998 y que estaba protagonizada por Fernanda Montenegro, quien además de ser la madre de Torres -quien está ahora nominada como Mejor Actriz- interpreta al mismo personaje de Eunice en sus últimos años de vida durante la escena final de “I’m Still Here”.

Eso demuestra ya la relevancia internacional de un filme que, si se atiende a los expertos en pronósticos, debería asegurar pronto su ubicación en la lista de nominados al Oscar de la categoría de Mejor Película Internacional que se dará a conocer el 17 de enero.

“En última instancia, lo que te aportan los premios es la posibilidad de que una película llegue a un público más amplio”, retomó el director. “Cuando una historia es importante para ti, pero también para los espectadores de diferentes partes del mundo, quieres darle obviamente la mejor oportunidad posible”.

“Por otro lado, cuando lanzas una película y participas en esta clase de eventos, tienes que recordar que lo que va a pasar es similar a lo que sucede cuando entras, porque estás en la posición de alguien que se mete en el océano sin saber nunca dónde lo van a llevar las corrientes”, agregó. “Sea como sea, hicimos esto con el corazón abierto, y recibiremos lo que pase con ella del mismo modo”.

Por su parte, en lo que se refiere a la suerte que correrá en la misma ceremonia de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, Torres siente que la competencia de este año será extremadamente reñida, porque la tiene al lado de Angelina Jolie (“Maria”), Kate Winslet (“Lee), Nicole Kidman (“Babygirl”),Pamela Anderson (“The Last Showgirl”) y Tilda Swinton (“The Room Next Door”). Pero se siente definitivamente agradecida por lo que viene sucediendo con ella y con la obra que encabeza.

“Esta nominación a los Globos de Oro ya es un milagro, porque a pesar de que nuestra película tuvo críticas sumamente positivas, como lo hizo también mi trabajo en ella, el 2024 ha estado lleno de actuaciones increíbles”, dijo. “Me siento muy orgullosa por todo lo que ha pasado ya y por la conexión que esto tiene con mi madre, que se siente también muy feliz con el logro”.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.