Los 10 mandamientos para el orden perfecto en casa

La organizadora profesional Oihane Cantabrana (Ordenatrix), en una cocina
(Ordenatrix)

Convierte el desorden en historia y transforma tu hogar en un espacio de paz y funcionalidad. Mantener una casa ordenada puede parecer una tarea titánica, especialmente con el ritmo frenético de la vida diaria. Sin embargo, la clave no está en dedicar horas interminables a esta tarea, sino en adoptar hábitos simples pero efectivos que marcan la diferencia.

Para ayudarte en este camino, hemos consultado con la experta Oihane Cantabrana (ordenatrix.com), autora del libro 'Ordénate la vida', quien nos comparte los 10 mandamientos imprescindibles para tener una casa siempre en orden. Sus consejos son prácticos, fáciles de aplicar y están diseñados para que disfrutes de un hogar limpio, organizado y lleno de armonía.

¡Prepárate para descubrir las reglas de oro que harán que el desorden sea cosa del pasado!

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Dormitorio ordenado
(Lupe Clemente para Mayúscula Estudio)

1. No guardaré cosas que no utilizo nunca

Uno de los principales motivos por los que se desordenan las casas es por la acumulación de objetos. Oihane relata que la consecuencia de guardar cosas que no se usan es empezar a no encontrar las cosas que sí usamos y, además, se genera un ‘ruido visual‘ que, con el tiempo, acaba generando una sensación de agobio y malestar.

Los recuerdos y la decoración son una excepción porque no se usan, pero sí merecen su espacio en casa. Eso sí, igual que el resto de familias, estos objetos deben estar agrupados.

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La organizadora profesional Oihane Cantabrana (Ordenatrix), en una cocina
(Ordenatrix)

2. Almacenaré cada objeto con su familia

Es vital guardar los objetos por familias, como hace Oihane en la imagen superior, en una cocina muy bien organizada. La forma de saber a qué familia pertenece cada objeto es fijarse en la función que cumple o la actividad para la que se usa. Cocinar, vestirme, arreglar cosas de casa, limpiar, escribir, dibujar, etc.

En el caso de que un objeto encaje en varias familias (por ejemplo, un libro de recetas) simplemente tienes que pensar dónde lo buscarías el día que te vaya a hacer falta (probablemente en un estante de la cocina en lugar de la librería). El primer sitio que te venga a la cabeza, ese es el adecuado.

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Armario de Kvik en un recibidor
(Kvik)

3. Hallaré los objetos cómodamente

Todos los objetos de uso habitual deben situarse al alcance. Si empleas a menudo un wok no reserves para él un rincón casi inaccesible o a gran altura, déjalo a mano en una gaveta o un armario rinconero con cestas extraíbles. Aparte, la organizadora profesional cuenta que también hay que intentar poner las cosas extendidas de forma que, para sacar cualquier objeto, no tengas que quitar otras cosas de encima. Pero, sobre todo, es importante evitar que al coger algo, se caiga lo que está a su lado. Si pasa esto último, es que está mal colocado y es mejor buscar otra ubicación.

¿Qué errores comunes suelen dificultar el acceso a los objetos?

  • Llenar demasiado las cajas, cajones o baldas no ayuda a mantener el orden en absoluto. Esto ocurre mucho con nuestros armarios roperos, que al tomar una prenda se desdobla otra o cae al suelo (el modelo de la propuesta, en un recibidor, es de Kvik).

  • La (mala) costumbre de empujar las cosas hacia el fondo del armario, cuando en realidad lo más accesible es dejarlo en la parte delantera. Aunque eso suponga que el fondo se quede vacío. Tiene que dejar de preocuparnos que queden huecos vacíos o incluso cajones en los armarios sin llenar. “Es mejor contar con sitio libre (por cierto, mucho más fácil de limpiar) que no ser capaz de encontrar y controlar la cantidad de objetos que invaden nuestras casas”, revela Oihane.

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Orden en el cajón del baño
(Unibaño)

4. Evitaré los contenedores con de todo un poco 

Hay que evitar los ‘cajones desastre’, que están llenos de cosas de cualquier familia mezcladas. Para volver al orden, el trabajo consiste en llevar cada una de esas cosas, por muy pequeña e insignificante que parezca, junto al resto de objetos de esa misma familia. Este cajón (de un mueble bajolavabo de Unibaño) está muy bien organizado con las toallas por un lado, los cosméticos y geles por otro y, por último, el maquillaje y los pinceles.

La experta tiene claro que los trasteros son la versión ‘XXL’ de estos cajones con un mix inclasificable de objetos muy variados. Y es de la opinión de que, “para conseguir un trastero en orden, primero hay que conseguir una casa en orden. Y cuando llegue el momento de abordar el caos en el trastero se debe hacer lo siguiente: primero tirar todo lo que no se va a usar, después juntar por familias lo que sí nos quedamos y, a partir de ahí, no comprar nada si no hay capacidad para almacenarlo y hacer barridos cada cierto tiempo para comprobar si hay cosas que se pueden donar o tirar”.

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Manta eléctrica térmica
(Daga)

5. No compraré nada nuevo si no tiro algo viejo (o no tengo sitio para guardarlo) 

Las preguntas que debería hacermeantes de comprar algo, según la experta (conocida en Instagram y en su blog como Ordenatrix) son: ¿Tengo sitio para guardarlo? ¿Tengo otra cosa que cumpla esta misma función? ¿Realmente me encantaría tenerlo? En la imagen, el plaid térmico de Daga, ideal para abrigar en los momentos relajantes de mirar la televisión o leer en el sofá o la cama.

Y el criterio para decidir qué objetos tirar o donar antes de comprar algo nuevo es saber si llevo sin usarlo más de 18 meses, entonces seguro que puedes vivir sin ello.

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Salón en completo orden
(Morris en Gancedo)

6. Devolveré todos los días cada cosa a su sitio

Al empezar el día o antes de terminarlo resulta imprescindible tomarse 10-15 minutos para devolver cada cosa a su sitio, es decir, hacer un barrido. ¿Cómo afianzar esta tarea? La experta recomienda intentar hacerlo cada día en el mismo horario para que se vuelva un hábito que hagas sin pensar, como en ‘piloto automático’.

Si se vive con pareja o hijos, también está bien involucrar a toda la familia en hacerlo. Cada miembro de la casa podría encargarse de hacer el barrido en una estancia, por ejemplo.

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Comedor abierto a la cocina en perfecto orden
(Alexandra Studio)

7. No acumularé más de la cuenta 

En una casa ordenada siempre hay equilibrio entre los metros cuadrados, los muebles y la cantidad de objetos. Las señales de alerta de que estoy acumulando en exceso son que no encuentres las cosas y, encima acabas comprando por duplicado algo que ya tienes, porque no sabes dónde lo has dejado.

Hay personas que son de naturaleza más acumuladora y sienten resistencia emocional a deshacerse de cosas. Oihane explica que los objetos por los que sentimos apego por una circunstancia especial (son de herencia familiar o recuerdo de un viaje, por ejemplo), los conservemos siempre que sea un número mesurado. Pero advierte que “muchas veces nos cuesta tirar algo que hemos comprado y pagado, ya que no estamos acostumbrados a deshacernos de cosas que todavía funcionan. La clave es darse cuenta de que funcionan, pero no para nosotros. Si has llegado a un punto de desorden que no puedes controlar, claramente ese objeto te está haciendo más mal que bien”.

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Armario de la ropa de casa
(Adobe Stock)

8. No me dejaré vencer por la pereza

Quien vive en orden deja la pereza a un lado y hace lo que toca para mantener en un estado impecable los espacios. Establecer la rutina hace que la casa se mantenga sin esfuerzo en completo orden.

“Los primeros días puedes empujarte por la motivación del cambio y una vez se convierten en un hábito, ya lo harás sin pensar y quizá hasta sientas que necesitas hacerlo”, comenta Oihane. Y en días muy ocupados tampoco pasa nada por saltarse esa jornada excepcional.

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Dormitorio infantil
(Amador Toril para Alberto Torres Interiorismo)

9. No me desmotivarán los perezosos

La cuestión de manejar el desorden de otras personas en casa sin desmotivarse, reconoce la organizadora profesional, es un tema es complicado. La clave es que quien toma la iniciativa porque siente que necesita vivir en orden, no pierda el foco en su objetivo.

“Primero debe hablar con el resto de los miembros de la casa y comunicar su nueva necesidad. Explicar desde la calma y con detalles el malestar emocional que le genera el desorden. En esta mini reunión o durante los días recomiendo ir mencionando los beneficios que todos van a obtener si hacen este cambio. Ahorrar dinero, tener más tiempo libre o mejorar su aspecto físico, por ejemplo. Los demás no van a cambiar de un día para otro, pero si tú no desistes y vas repitiendo una y otra vez, siempre desde la calma, dónde y cómo guardar cada cosa, con el tiempo toda la familia será parte del nuevo orden”, explica.

El caso de los hijos adolescentes es un capítulo aparte que da para otro reportaje...

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Despacho en casa
(Pixabay)

10. Consumiré con cabeza

El último mandamiento que menciona la experta es que compres cuando realmente necesitas algo, no por pasar el rato, sino porque realmente cubre una necesidad y te va a ayudar a tener un mejor día a día.

Para evitar las compras compulsivas Oihane sugiere que no tengamos aplicaciones de tiendas ni entremos a ver páginas web como entretenimiento, o que tampoco vayamos de compras como si fuera un pasatiempo.