10 trucos de experto para tener el árbol de Navidad que mejor encaja en tu decoración... ¡y en tu casa!
El árbol de Navidad es uno de los símbolos de esta época y, sin duda, el protagonista absoluto de las fiestas. De manera que, la decoración gira a su alrededor. Por eso, no solo debes elegir entre uno natural o artificial, la eterna pregunta, sino también acertar con el tamaño, su estilo, la ubicación ideal… Para ayudarte en la tarea de encontrar el perfecto para tu casa, hemos pedido consejo al paisajista Fernando Pozuelo, fundador y CEO de Fernando Pozuelo Unique Landscapes, y a la interiorista Raquel Chamorro. Estos son sus trucos.
El abeto: un árbol con pasado (y futuro) navideño
Es pensar en un árbol de Navidad y a todos nos viene la imagen del abeto, cuya relación con estas fechas no es nueva. “Ha formado parte de nuestra historia desde la época romana, apareciendo reflejada en su mitología o siendo especies arbóreas consagradas en la antigua Grecia. Su simbolismo relacionado con la Navidad tiene origen francés, en Alsacia, donde ya en el siglo XVI se adornaban los árboles con elementos de papel y manzanas, recreando la abundancia del Jardín del Edén. Esta práctica se popularizó con rapidez en Alemania y siguió por el resto de los países europeos hasta nuestros días”, explica Fernando Pozuelo.
¿Natural o artificial?
Es una de las preguntas que siempre surgen cuando vas a adquirir un árbol de Navidad nuevo y que cuenta con argumentos en ambos bandos. Pozuelo lo tiene claro. “Cada temporada se adquieren más de dos millones de árboles decorativos en España, según organizaciones como Ecologistas en Acción. Por eso, mejor naturales. Son 100% reciclables, ya que pueden replantarse o triturarse para obtener abono y son menos dañinos para el medioambiente que el artificial, ya que esta genera una huella de carbono que alcanza los 40 kg de Co2”. Sin olvidar, otros aspectos como su aroma amaderado, dulce y resinoso, que se ‘instala’ en nuestra casa y nos acompaña todas las navidades.
Sin embargo, los modelos artificiales también presentan grandes ventajas, ya que pueden durar muchos años (20 o más), hay modelos que parecen naturales, son más limpios, ya que no sueltan agujas, y se montan y guardan fácilmente y sin complicaciones.
Otras opciones naturales que no son el abeto
El abeto es la especie más común como árbol de Navidad, pero no es la única. "También podría utilizarse cualquier especie de hoja perenne, como el cedro, la Picea glauca 'Conica', el ciprés, el tejo o el acebo”, señala el paisajista. A la hora de elegir, hay que tener en cuenta tanto la forma de las agujas, la densidad de las ramas, el color, la altura y, por supuesto, el aroma. Así, por ejemplo, si tienes niños, opta por un tipo de agujas suaves y flexibles. También es importante que priorices: mejor exuberante, que oculte el tronco, que muy alto, que puede darte algún quebradero de cabeza.
Aspectos prácticos
Antes de elegir y comprar, recuerda que debe estar en proporción a la estancia, para lucir perfecto. Por eso, debes dejar, al menos, 15 cm, entre el techo y la copa, estrella incluida. También es importante el tipo de decoración. Si te gusta recargada, opta por uno grande, pero si prefieres la sobriedad, mejor delgado y esbelto, en el que resalten los adornos, sin dar la impresión de desangelado. De la misma manera, es importante que su ubicación, deje libres zonas de pasos amplias.
Cuidados básicos
Si se trata de un árbol de Navidad natural, “hay que tener cuidado con las altas exposiciones al calor, porque, aunque se adaptan a las temperaturas, necesitan sentir el paso de las estaciones. Así que es recomendable alejarlos de las fuentes de calor artificial. De la misma manera, se debe controlar el peso y tamaño de los elementos decorativos que se colocan, porque las ramas pueden sufrir daños irrevocables”, aconseja Pozuelo.
A la hora de decorar...
Raquel Chamorro establece diferencias decorativas entre montar un árbol de Navidad natural y otro artificial. “Si se opta por uno natural es muy importante que éste 'respire'. En él las ramas suelen ser más largas que en uno artificial, y caen hacía abajo. Al igual que, con uno artificial, los adornos grandes deberían ir en su parte inferior, pero nunca en el extremo, ya que, sino, el peso de las bolas haría que la rama bajase, deformando así el árbol. Los motivos XL deben ir en la mitad de la rama, hacía el tronco”, señala la interiorista.
Árbol natural: la maceta también importa
Otra opción de decoración para árboles navideños naturales, según Chamorro, “es colocar rafia (que no pesa nada) en sus extremos superiores o collarcitos pequeños de vidrio. Es importante que la maceta que contiene el árbol sea bonita. Si no lo es, la podemos forrar con tela, lisa, a ser posible”.
Los artificiales, bien tapados
Lo primero que hay que hacer, según la interiorista, “es asegurarnos de que los enchufes no se vean, y también tapar las partes menos bonitas del árbol, para que no se aprecie el ‘tronco’. Lo ideal es forrarlo bien o empastarlo. Continuamos colocando los adornos. Como las ramas son rígidas, las bolas se pueden colocar en sus extremos y más hacia el interior, las más grandes en la zona baja del árbol de Navidad y, a medida que se va subiendo, se colocarían los volúmenes más pequeños. Para tapar la base lo ideal es colocar una tela lisa”.
Árbol natural, decoración natural
Para el paisajista, lo ideal sería huir de las decoraciones ‘fast fashion’ y apostar por elementos como el muérdago, piñas, ramilletes de plantas secas o guirnaldas de hojas recicladas, que “crean decoraciones sostenibles, respetuosas con el medioambiente y si se mantienen bien, puede prolongarse su vida una vez pasadas las fiestas”. La madera, aportando textura natural, los aceites esenciales con olores navideños o las velas también son buenas opciones.
En buena sintonía
La decoración del árbol de Navidaddebe ir en armonía con la casa y su decoración. Así, si es rústica, los adornos tienen que estar conectados con la naturaleza. "Mientras que, en una vivienda conceptual, con blancos y negros, las mezclas de colores plata con azul oscuro quedan muy elegantes. La luz del árbol debería de ser neutra, de un solo color”, señala Chamorro. Eso sí, sea del estilo que sea “en el extremo superior del árbol, en la punta, siempre debemos colocar un motivo religioso, ya sea una estrella (mi favorito), una figurita del Niño Jesús, un ángel…”, apostilla la interiorista.