2 beneficios extra de la vacuna (antigripal) que seguramente desconocías
En función de la edad y el historial médico de cada persona, un adulto sano debería recibir una serie de vacunas para blindar su salud; ésta es importante
Con la llegada del frío aparecen los primeros resfriados y gripes, y renace la polémica sobre la eficacia y la importancia de vacunarse contra la gripe. Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), los expertos recomiendan vacunarse tanto de la vacuna de la gripe como de la neumonía, especialmente en los grupos de riesgo.
La gripe es una infección respiratoria de origen vírico que se contagia a través de la tos, los estornudos y el contacto cercano. Cada año, este virus muta su estructura por lo que cada año la vacuna debe rediseñarse en base a los virus que circularon la temporada pasada y según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No obstante, aunque se trata de una enfermedad causada por un virus, pueden producirse complicaciones por otros virus o bacterias, “las más frecuentes son neumonías, otitis, sinusitis y bronquitis, además, puede empeorar enfermedades crónicas que padezca el paciente, como asma, diabetes, enfermedades cardíacas, neurológicas o respiratorias”, explica la Dra. María Rosa Albañil, pediatra y miembro del Grupo de Trabajo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
Lo expertos aseguran que son más los beneficios que los riesgos, pues mediante la vacunación se puede prevenir la gripe con una eficacia del 40-60 por ciento y, en el caso de contraerla, disminuye su gravedad. “La medida más eficaz que tenemos para prevenir las infecciones respiratorias es la vacunación”, asegura el Dr. Francisco Sanz, neumólogo y miembro del Área de Infecciones Respiratorias de SEPAR, concretamente la vacunación antigripal y antineumocócica”.
De hecho, según apunta la pediatra Teresa Valls, expresidenta de la Asociación Gallega de Pediatría de Atención Primaria: “Ningún fármaco ha sido tan estudiado ni ha pasado tantos controles como las vacunas”. Una frase con base cientifica, ya que tal y como recuerda la OMS, las vacunas son uno de los grandes logros para la salud mundial, al evitar cada año entre dos y tres millones de fallecimientos.
¿Para que sirve realmente?
Un efecto beneficioso colateral a tener en cuenta de la vacunación antigripal es que frena el efecto contagio. “Este efecto es destacable en las personas que trabajamos en centros de salud, por ejemplo, pero también en residencias geriátricas donde conviven con población con un alto factor de riesgo de complicaciones si contraen la gripe”, explica el Dr. Sanz.
Por eso también se recomienda la vacunación a personas que pueden trasmitir la gripe a grupos vulnerables como los ya mencionados trabajadores sanitarios o de instituciones geriátricas, pero también cuidadores de enfermos o personas mayores, trabajadores de emergencias sanitarias, bomberos, cuerpos de seguridad o funcionarios de centros penitenciarios, entre otros.
Paralelamente, las infecciones víricas como la gripe facilitan la actuación de las bacterias que pueden producir neumonía. La vacunación antigripal tiene un relativo efecto protector ante la neumonía y si la persona finalmente desarrolla la enfermedad, esta suele tener menor gravedad y menor riesgo de muerte.
Además, para que la vacuna no pierda su eficacia, y debido a la naturaleza cambiante de los virus gripales, el SMVRG —un sistema mundial de Centros Nacionales de Gripe y Centros Colaboradores de la OMS— hace un seguimiento continuo de los virus gripales circulantes en la población humana y actualiza la composición de las vacunas dos veces al año.
Para quién está indicada
Los neumólogos recuerdan que la vacuna antigripal está indicada para:
Mayores de 65 años o menores de esta edad con riesgo de complicaciones debido a patologías previas como enfermedades crónicas pulmonares, cardiovasculares, neurológicas o metabólicas (diabetes, obesidad), insuficiencia renal, enfermedades en la sangre, pacientes con cáncer, enfermedades neuromusculares, y enfermedades del hígado o inmunosupresoras.
Mujeres embarazadas,
Niños y adolescentes que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico por la posibilidad de desarrollar síndrome de Reye.
¿Y la del neumococo?
A pesar de que la mayoría de las familias saben que la enfermedad meningocócica invasiva puede conducir a consecuencias muy graves —mortalidad cercana al 10 por ciento y secuelas severas en un 20 por ciento de los casos— los conocimientos sobre esta infección, no van mucho más allá.
Sin embargo, la enfermedad menincocócica invasiva es una enfermedad muy poco frecuente, es decir, tiene una incidencia muy baja (0,58/100.000), que puede ser potencialmente mortal, y que existen diferentes vacunas que protegen frente a diferentes serotipos prevalentes. “Ademas, las enfermedades infecciosas no se comportan de una forma uniforme a lo largo del tiempo, sino que tienen ciclos y oscilaciones. Por lo que hay que estar constantemente actualizando y adaptando el calendario vacunal de cada país según estos cambios y vacunas disponibles en todo momento”, comenta Valss,
En este caso, la enfermedad menincocócica tiene su propia vacuna preventiva, que puede administrarse a cualquier edad a partir de las seis semanas de vida. Y de un modo general, los neumólogos de SEPAR la recomiendan para los mayores de 65 años o aquellos de cualquier edad que presentan enfermedades crónicas respiratorias, hepáticas, renales, cardiovasculares, diabetes, tabaquismo y alcoholismo, y también parapacientes inmunodeprimidos, con fístula del líquido cefalorraquídeo, implantes cocleares o anesplenia (ausencia de bazo).
¿Conocías la importancia de la vacunación a lo largo de todo el ciclo de la vida? ¿Estarías a favor de una ‘cartilla vacunal’ tipo DNI , pasaporte o carnet de conducir, que certifique las vacunas que se han recibido, cuáles faltan… ?
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