¿Por qué el 25% de los lactantes sufre trastornos gastrointestinales en su primer año de vida?

Recién nacido llora en brazos de su padre
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El reflujo gastroesofágico, los temidos cólicos del lactante, estreñimiento…. Los trastornos funcionales gastrointestinales (TFGI) son diversos y pueden presentarse en cualquier etapa de la infancia, pero cuando estos ocurren en bebés y en recién nacidos suele causar especial angustia a los padres, que no siempre saben cómo proceder.

Y no son precisamente pocos los bebés con un trastorno funcional gastrointestinal, pues lo padecen el 24,7% de los bebés de 0 a 12 meses, según un estudio por el centro hospitalario Emma Children's Hospital de Amsterdam y la Universidad de Amsterdam, en el que también han participado el KidZ Health Castle, de Bruselas, y la Universidad de Nápoles Federico II.

Ese porcentaje desciende hasta el 11,3% en los bebés algo más mayorcitos, de 13 a 48 meses. Sin embargo, a pesar de que es un problema muy común en los lactantes, no se han podido definir completamente las causas, si bien parece que intervienen diferentes factores.

“Por ejemplo, en el caso del cólico del lactante, se postulan factores del neurodesarrollo y gastrointestinales, como la inmadurez del sistema nervioso entérico, que resulta en la alteración de la motilidad intestinal, así como una posible intolerancia a las proteínas de la leche de vaca”, señala la Dra. Anna Fàbrega Riera, pediatra en el Instituto Catalán de Salud y en el Grupo Clínica Bofill con motivo del webinar internacional Real Life Cases on the diagnosis & nutritional management of colic and constipation, organizado por Nutricia. “Y también parece que la composición de la microbiota intestinal tiene un rol importante”.

El pediatra no solo debe hacer un diagnóstico del TFGI, sino también reconocer el impacto de los síntomas del bebé en la familia

¿Qué es el trastorno funcional gastrointestinal en lactantes?

A pesar de la prevlencia de los trastornos funcionales gastrointestinales, en recién nacidos y bebés afectados no siempre son diagnosticados de manera correcta. La especialista explica que tiene mucho que ver con el escaso tiempo del que disponen los pediatradas para atender a sus pacientes: “Hay que dedicar un tiempo suficiente de visita para hacer el diagnóstico adecuado, que será clínico y sin necesidad de realización de pruebas complementarias. Sin embargo, la escasez de tiempo en las consultas de pediatría origina, a veces, la realización de pruebas diagnósticas innecesarias e impide el abordaje adecuado de los TFGI”, advierte la especialista.

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¿Qué son exactamente los TFGI para que esto ocurra? En este tipo de dolencias influye mucho la intensidad en la que se padece; de hecho, los criterios de Roma IV (que es una escala que categoriza los trastornos funcionales gastrointestinales en función de los síntomas) definen cuándo una mera molestia ocasional pasa a clasificarse como trastorno gastrointestinal funcional. Para ello, lo que se tiene en cuenta es “a recurrencia -que suceda con cierta frecuencia- y la afectación clínica o sintomática -grado de molestia en el bebé-, que son las que definen cuándo estamos ante un TFGI”, aclara la Dra. Fàbrega.

“Aunque son afecciones comunes en toda la edad pediátrica, los más característicos durante las primeras semanas o meses de vida son el cólico y el reflujo del lactante, la disquecia (dificultad a la hora de expulsar las heces) y el estreñimiento funcional”, añade.

Y, por mucho que no se trate de patologías de gravedad, la realidad es que impactan enormemente en el bienestar no solo del niño afectado, sino de toda la familia, puesto que el llanto persistente del bebé por las molestias e incomodidades en su organismo supone un motivo de gran angustia y estrés para sus cuidadores.

Esto es algo que la pediatra puso de manifiesto en el webinar organizado por Nutricia para profesionales médicos, donde subrayó la importancia de dar educación y soporte a los padres para manejar de manera adecuada estos trastornos. “El pediatra no solo debe hacer un diagnóstico del TFGI, sino también reconocer el impacto de los síntomas del bebé en la familia. Por eso, debe dedicar tiempo a escuchar y tranquilizar a estos padres, hacerles comprender que ellos no tienen la culpa del llanto de sus bebés y que se trata de un trastorno transitorio; a la vez, debe fomentar y asesorar sobre la lactancia materna como la mejor opción nutricional”.

Opciones para los bebés y recién nacidos con  trastornos funcionales gastrointestinales

En el caso de aquellos lactantes que no estén siendo alimentados mediante lactancia materna exclusiva, sino que lo hagan bien por lactancia mixta o bien exclusivamente por leche de fórmula, existen opciones de este tipo de leche artificial que puede resultarles muy beneficiosa. Se trata de medidas terapéuticas nutricionales efectivas, accesibles y seguras, según asegura la Dra. Fàbrega Riera.

“Sin duda, puede obtenerse un beneficio clínico mediante el uso de estas fórmulas específicamente diseñadas para mejorar los síntomas asociados a los cólicos o el estreñimiento y para mejorar la salud intestinal del lactante”. La pediatra señala aquellas que contienen un aporte de oligosacáridos prebióticos, beta palmitato, proteínas parcialmente hidrolizadas y reducción del contenido de lactosa. Eso sí, lo más recomendable es ofrecer este tipo de fórmulas a nuestro hijo tras consultar con su pediatra