36 horas en Río de Janeiro

Lilia, el local de parrillada en la arena, en el centro de Río de Janeiro, el 18 de febrero de 2023. (Dado Galdieri/The New York Times)
Lilia, el local de parrillada en la arena, en el centro de Río de Janeiro, el 18 de febrero de 2023. (Dado Galdieri/The New York Times)

Río de Janeiro es uno de esos lugares que te sacude al llegar. Primero, la humedad te envuelve. Después, el paisaje te deja boquiabierto. Luego, en la carretera que va desde el aeropuerto, llega el hedor de las aguas residuales. Río es complicada. Quizá no haya ninguna ciudad tan deslumbrante y los barrios de la playa, desde Leme a Leblon, pueden parecer a veces patios de recreo para adultos. También carga con una historia oscura y una reputación de criminalidad. Pero la ciudad sigue adelante. Río acaba de celebrar su primer Carnaval completo sin restricciones pandémicas y nuevos restaurantes y bares, muchos de ellos al norte de los centros turísticos de Ipanema y Copacabana, han sustituido a los que cerraron. Por fortuna, el esplendor de la ciudad, así como la exuberancia incontenible de los cariocas, esos sonrientes habitantes de Río, no se han ido a ninguna parte.

ITINERARIO

Viernes

5:30 p. m. | Saborea un atardecer

Si el cielo está despejado, no lo pienses dos veces. Vete al mar y consigue un asiento en primera fila para el espectáculo. Las multitudes pueden acumularse en Arpoador, el afloramiento rocoso que divide las playas de Ipanema y Copacabana, desde donde se puede ver el sol descendiendo sobre los picos gemelos de Dois Irmãos (Dos Hermanos) en el horizonte. Mejor busca un lugar en el quiosco Alalaô, un elegante puesto de bebidas, para disfrutar de otra vista magnífica. Hay quioscos de este tipo en todas las playas, pero este destaca por su sencillez (es un cubo que se despliega en forma de bar) y su excelente ubicación. Los camareros sirven copas cargadas a la ecléctica clientela, que mueve mesas y sillas a su antojo, además suele haber un círculo de samba o un músico callejero. Las caipirinhas, el cóctel nacional de Brasil, cuestan 25 reales, unos 5 dólares.

7 p. m. | Cena a la parrilla

Turistas y lugareños disfrutan el atardecer en la playa Arpoador de Río de Janeiro, el 15 de febrero de 2023. (Dado Galdieri/The New York Times)
Turistas y lugareños disfrutan el atardecer en la playa Arpoador de Río de Janeiro, el 15 de febrero de 2023. (Dado Galdieri/The New York Times)

Toma un Uber (son muy baratos en Brasil) a Largo da Prainha, una plaza repleta de mesas que quizá se haya convertido en el lugar predilecto en Río desde la pandemia. Casi siempre está animada, pero los viernes es una fiesta absoluta. En fechas recientes, el lugar más popular de la plaza es Bafo da Prainha, una parrillada con un DJ que toca en el balcón a partir de las 5 de la tarde. Sin embargo, la comida es sin duda mejor, ni qué decir del paisaje, en Casa Porto, un restaurante con vistas a la plaza que ofrece un menú variado y abundante con cerdo, costillas, muslos de pollo a la parrilla y un montón de guarniciones brasileñas. Prueba la mamata casera, una mezcla muy azucarada y fría de cachaça (el famoso licor de caña de azúcar de Brasil), maracuyá y jengibre. Se llena a las 8 de la tarde (cena para dos, unos 90 reales).

8.30 p. m. | Baila samba al aire libre

A la vuelta de la esquina está Pedra do Sal, un espacio al aire libre que es uno de los lugares históricos más significativos de Río. Ha sido un mercado de esclavos, una zona de descarga para los trabajadores esclavizados que transportaban sal de los barcos, el centro del barrio de la Pequeña África para los antiguos esclavos que escaparon o fueron liberados, un lugar de reunión sagrado para los seguidores de la religión afrobrasileña Candomblé y uno de los lugares de nacimiento de la samba. Ahora alberga los mayores y más famosos círculos de samba de la ciudad los viernes y lunes, a partir de las 7 u 8 de la tarde. Intenta llegar temprano para hacerte de un sitio en la gran roca con la escalera y contemplar el espectáculo y el hermoso desfile de cariocas, que parecen saberse la letra de todas las melodías. La entrada es gratuita.

Sábado

10 a. m. | Encuentra un tesoro de arte indígena

El Centro de Referencia de Artesanía Brasileña, o CRAB, es un museo de siete años de antigüedad que da a conocer el trabajo de los artesanos brasileños de todo el país, sobre todo de los numerosos grupos indígenas. Ubicado en un palacio renovado de la época colonial cerca del centro de la ciudad, es museo, taller, centro cultural y cafetería. También hay una tienda que vende muchas de las artesanías expuestas en el museo, donde encontrarás arte, cerámica, cestas y tejidos. Tal vez sea el mejor lugar de Río para comprar recuerdos y regalos únicos y de calidad. También hay una terraza con vistas a la amplia Praça Tiradentes. La entrada es gratuita.

11:30 a. m. | Rescata un objeto

A una corta caminata encontrarás Feira do Lavradio, una animada feria de antigüedades y artesanías que se celebra todos los sábados en la Rua do Lavradio. Hay discos de vinil, velas, cerámica, joyería hecha a mano y ropa de los dos estilos cariocas: relajado y tranquilo o estridente y colorido. Si te gusta buscar tesoros, ve a la Rua do Senado, donde encontrarás tiendas de antigüedades. Entre las más refinadas, y las más caras, se encuentra Espaço 51. El propietario tiene un ojo excelente para el estilo de los años cincuenta y repara con esmero lámparas y sillas en su taller de la parte trasera.

1 p. m. | Almuerza con samba

En la Rua do Senado encontrarás dos opciones excelentes para comer, ambas del mismo propietario, que ofrecen dos experiencias muy distintas. Del lado más caro está Lilia, un elegante restaurante de dos plantas con un menú variado, ecléctico y centrado en ingredientes frescos (almuerzo para dos personas, unos 300 reales). Si prefieres picar algo en mesas junto a la calle, dirígete a Labuta Bar para probar el torresmo (chicharrón de cerdo con carne), o croquetas, ostras y sándwiches que puedes acompañar con mate helado casero o una cerveza fría (almuerzo para dos, unos 90 reales). Muy cerca de ahí puedes disfrutar de samba en vivo en uno de los bares más antiguos de la ciudad, el Armazém Senado, fundado en 1907. El local, que antaño fue un mercado, aún conserva sus altas estanterías repletas de papel higiénico y blanqueador, además de un montón de botellas de cachaça.

3 p. m. | Súbete al tranvía

Para llegar a Santa Teresa, un pintoresco y bohemio barrio situado en una colina, hay que tomar uno de los icónicos tranvías amarillos que ofrecen un estupendo recorrido durante la subida. El tranvía pasa por encima de los famosos Arcos de Lapa, un acueducto del siglo XVIII que es todo un símbolo de Río. El tranvía sale cada 30 minutos de la estación del centro (el boleto cuesta 20 reales) y los sábados el último viaje es a las 4 de la tarde. Los tranvías solo tienen capacidad para 16 personas y suelen agotarse los fines de semana, así que cuanto antes lo tomes, mejor. Antes de subir, visita la Catedral Metropolitana de Río, situada junto a la estación del centro. El edificio es una joya brutalista de 1976 diseñada como homenaje a los templos mayas, que cuenta con tres paneles de vitrales que se extienden más de 60 metros de piso a techo.

4 p. m. | Visita Santa Teresa

Calles empedradas, algo que ver en cada esquina y arte, energía y encanto de sobra: Río es más conocido por Ipanema y Copacabana, pero Santa Teresa es quizás el barrio más atractivo de la ciudad. Pasa el resto de la tarde explorando sus tiendas, galerías y bares. Favela Hype vende ropa colorida y funciona también como cafetería y bar. Vinil do Mustafa es una acogedora tienda de discos donde puedes sumergirte en el universo casi ilimitado de la música brasileña. Para disfrutar de una copa o una hamburguesa, ve a Novo Oeste, un bar LGBTQ divertido y siempre acogedor que ofrece música en vivo muchas noches (y karaoke los jueves). Y no te pierdas el atmosférico Bar do Gomes, también conocido como Armazém São Thiago, para tomar chopp (cerveza de barril) y bolinhos de bacalhau (empanadas fritas de bacalao).

8 p. m. | Come a ‘pie limpio’

El boteco es una institución en Río. A menudo es un bar por el que no darías un centavo que se extiende sobre la acera con mesas y sillas de plástico y ofrece unos bocadillos fritos y lo que los cariocas llaman cerveza “estúpidamente” fría. Los locales más sencillos reciben el mote de pés-sujos, o pies sucios, el equivalente brasileño de un bar de mala muerte. Una iniciativa para modernizar los pés-sujos con comida y bebida más refinadas ha dado lugar a locales gourmet que los lugareños llaman “pies limpios”. Con apenas un año de vida, Chanchada, en el barrio de Botafogo, es quizá el mejor de Río. Prueba el torresmo, el pastel de camarón y el sándwich de berenjena a la milanesa. También tienen excelentes batidas, que son bebidas alcohólicas dulces y cremosas a base de coco, maracuyá o jengibre. Y la cerveza está estúpidamente fría, ideal para una noche calurosa en la acera (cena para dos, unos 120 reales).

10 p. m. | Bebe una última copa en Botafogo

Si todavía te queda energía, quédate en el barrio de Botafogo, que quizá tenga la mayor concentración de bares de moda, y eso es mucho decir de Río. La mejor opción es Quartinho, un extravagante bar de cócteles con techos altos, una ingeniosa carta de bebidas y un ambiente relajado (cócteles a partir de 30 reales). Si andas en busca de fiesta, visita Xepa, donde los grupos de amigos se reúnen en sillas de playa en la calle (cócteles a partir de 25 reales). A los más jóvenes les gusta Calma, un bar de ambiente artístico con música experimental (cócteles a partir de 22 reales). Si buscas algo más tranquilo, está Belisco, con una amplia carta de vinos y un ambiente relajado (copas de vino a partir de 28 reales).

Domingo

7.30 a. m. | Encuentra una favela

Sacúdete la resaca y toma un taxi a la base e Vidigal, una favela —un barrio pobre que suele estar ubicado en las laderas de las montañas de Río— al este de Leblon. Esta favela es una de las más seguras de la ciudad. A la entrada de Vidigal, una gran cantidad de mototaxis estará deseando llevarte al inicio del sendero (entre 5 y 10 reales por persona, unos cinco minutos). El sendero hacia los picos de Dois Irmãos es corto (tan solo 2,7 kilómetros de ida y vuelta) y está bien señalizado, pero la subida de 195 metros lo convierte en un reto moderado. La recompensa bien vale la pena. La favela más grande de Brasil, Rocinha, está a la izquierda. Y en la cima, te espera una vista panorámica de los monumentos más famosos de Río (un consejo: verifica si hay nubes en el pico más alto, claramente visible desde Ipanema, antes de partir). Sin duda, la caminata es menos divertida sin las vistas).

10 a. m. | Disfruta la playa de Ipanema

Date un gusto relajándote en la famosa playa de Ipanema. Los domingos a veces parecer que toda la ciudad está en la arena, pero aceptémoslo, a todos nos gusta observar a la gente. La playa ofrece una gran variedad de escenarios: el puesto de socorristas n.º 7 es ideal para ver a los surfistas; el puesto n.º 9 es más juvenil y está abarrotado; el n.º 10 es más familiar (para un ambiente aún más relajado y local, la playa de Leme también es excelente). Los vendedores también forman parte del espectáculo. Prueba el queso al carbón que asan en mini parrillas de carbón y el mate helado muy dulce de los barriles que cargan sobre los hombros. Los domingos resulta muy atractivo pasear por aquí o alquilar una bicicleta, ya que la calle que recorre la playa es peatonal.

1 p. m. | Disfruta una comida tropical

Construido en una casa reconvertida de tres plantas a pocas calles de la playa de Ipanema, Zaza Bistrô Tropical sirve cocina brasileña creativa con influencia asiática. Prueba el ceviche, el pollo al curry y el vatapá, un guiso afrobrasileño de marisco y leche de coco. Tiene un patio muy bonito o puedes sentarte en cojines en el suelo del piso de arriba, más íntimo. El almuerzo para dos cuesta unos 260 reales.

PARADAS OBLIGADAS

El sendero de los Dois Irmãos, al que puedes llegar en mototaxi a través de una favela, es una caminata corta pero empinada hasta la cima de los picos de ese nombre, con una recompensa increíble.

Largo da Prainha es una concurrida plaza que se llena de parranderos y música de samba.

Chanchada es un restaurante excelente disfrazado de bar informal con mesas junto a la calle.

Novo Oeste es un acogedor bar LGBTQ con música en vivo, karaoke y hamburguesas

DÓNDE COMER

Casa Porto sirve abundantes platos brasileños con vistas a una de las plazas más populares de la ciudad.

Lilia ofrece una carta que cambia con frecuencia y que se centra en ingredientes frescos.

Labuta Bar sirve refinados bocadillos de bar, mate casero y cerveza fría a los clientes en mesas en la acera.

Zaza Bistrô Tropical, donde encontrarás excelente cocina brasileña con un toque asiático en una casa reconvertida.

Belisco es un sencillo bar de vinos ideal para degustar pequeños platos y conversar.

Bar do Gomes es un bar histórico de Río con cerveza fría de barril y bocadillos fritos.

DÓNDE ALOJARSE

El Hotel Fasano se ha convertido en el lugar más lujoso para hospedarse en Río y con razón. Su piscina en la azotea ofrece unas vistas magníficas. Habitaciones dobles a partir de 2500 reales, unos 480 dólares la noche.

Chez Georges, un magnífico hotel boutique con desayuno incluido en las colinas de Santa Teresa, con un paisaje espectacular y un diseño interior elegante y una arquitectura brutalista. Las siete suites pueden costar desde 990 reales.

JO&JOE Rio Largo do Boticario es un nuevo y elegante albergue con piscina. Su ubicación, cerca de la estatua del Cristo Redentor, es segura pero obliga a tomar un taxi para ir a la mayoría de los lugares de interés. Una litera en una habitación compartida puede costar desde 68 reales, mientras que una habitación doble privada cuesta unos 188 reales.

Hay muchos apartamentos de corta estancia. Ipanema y Leblon están cerca de la playa y son los mejores para los viajeros, pero son caros. Los barrios de Botafogo o Flamengo son seguros, céntricos y más baratos.

c.2023 The New York Times Company