¿Por qué 488 ‘golden retrievers’ se reunieron en Escocia?

Un cachorro de “golden retriever” en la Reunión Guisachan en el poblado de Tomich, Escocia, el 13 de julio de 2023. (Roddy Mackay/The New York Times)
Un cachorro de “golden retriever” en la Reunión Guisachan en el poblado de Tomich, Escocia, el 13 de julio de 2023. (Roddy Mackay/The New York Times)

¿Cómo se escuchan 488 “golden retrievers” ladrando?

Imagina la sensación de impotencia que podrías sentir cuando el bebé de otra persona está llorando y no puedes resolver el problema. Ahora, multiplícalo por, guau, 488. Luego, agrega una lluvia torrencial y una embestida de mosquitos.

¿Por qué la cacofonía? Alrededor de las 4:00 p.m. del 13 de julio, los perros estaban reunidos en el amplio jardín frente a las ruinas de Guisachan House en las Tierras Altas de Escocia para tomar una fotografía grupal de la Reunión Guisachan de 2023, un tipo de convención de “golden retrievers”, para conmemorar el aniversario de la fundación de la raza.

Para la fotografía, se instruyó a los propietarios que amarraran la correa de sus caninos a una estaca clavada en el suelo y después se alejaran con rapidez durante unos quince segundos para que la fotógrafa, Lynn Kipps, pudiera captar a la horda de movedores de colas.

Quince segundos en tiempo de “golden retriever” es casi una eternidad y, obviamente, los 488 “golden retrievers” creyeron que los habían abandonado para siempre. Y entraron en pánico.

Una mujer le gritó a su perrita: Tricia, querida, aquí estoy” y con eso los ladridos empeoraron de forma exponencial. Al final, cuando la eternidad concluyó, los padres y madres caninos regresaron con sus adoraciones y el orden se restableció con un tsunami de mimos y premios.

Dos perros que participaron en la Reunión Guisachan afuera de la oficina postal en el poblado de Tomich, Escocia, el 13 de julio de 2023, donde muchos asistentes se toman fotografías con una estatua de un “golden retriever”. (Roddy Mackay/The New York Times)
Dos perros que participaron en la Reunión Guisachan afuera de la oficina postal en el poblado de Tomich, Escocia, el 13 de julio de 2023, donde muchos asistentes se toman fotografías con una estatua de un “golden retriever”. (Roddy Mackay/The New York Times)

Desde que la primera fotografía grupal se tomó en 2001, los amantes de los “golden retrievers” se han juntado más o menos cada cinco años para rendir homenaje a sir Dudley Marjoribanks, después, lord Tweedmouth, quien vivió en lo que en ese entonces era la Guisachan House. Sir Dudley es reconocido por haber desarrollado la raza “golden retriever” (o cobrador dorado) en 1868, cuando cruzó un “retriever” de pelo rizado con un “tweed water spaniel”. Deseaba un compañero de caza robusto con una cabeza hermosa, una disposición amorosa, así como ojos suaves y tiernos, que se apasionara por los juegos de cachar o perseguir cosas. Tal parece que una obsesión con las pelotas de tenis y con rodar en la suciedad también estaba incluida.

Las personas y sus canes viajan desde diversas partes del mundo para participar (no es necesario que los perros realicen una cuarentena para ingresar a Escocia). Entre los sitios con representación este año estuvieron Irlanda, Baviera, Suiza, la República Checa, Estados Unidos, Australia, Canadá y Croacia. Marta Farkas, de 43 años, (que explicó: “Mi apellido significa ‘lobo’ en mi idioma”) viajó durante tres días desde Hungría con un amigo, su “golden retriever” y cuatro “cocker spaniels”.

Wayne y Sharon McGrath, de 69 y 71 años, quienes han cruzado y criado “golden retrievers” durante 40 años, no llevaron a sus perros este año, pero viajaron desde Nueva Gales del Sur, Australia. Los McGrath han venido a Guisachan casi desde el inicio del evento, cuando eran solo 30 “golden retrievers” y un sueño. Wayne McGrath mencionó: “Sí, somos un poco como los fanáticos de las bandas musicales”.

Perro Golden retriever
Perro Golden retriever

La reunión de este año es la más grande de la historia. El hospedaje se reserva con meses de antelación y los participantes se quejan de que llevarían más perros si la mayoría de las posadas y los sitios para acampar no los limitaran a dos canes. Mi hijo y yo nos quedamos en el Westward Bed and Breakfast en Cannich, una perfecta cabaña rústica de piedra con desayunos tradicionales escoceses, muy cerca de la reserva natural de Glen Affric. Curiosamente, no había “golden retrievers” en la posada. Eso se debe a que Rass, el perro residente, que es una cruza con terrier, “los odia”, explicó Alistair Mann, de 57 años, nuestro anfitrión.

¿Qué haces después de llegar aquí? Hay demostraciones de perros de caza y un certamen canino. Hay una clase de “Cómo comportarse en la pista de un espectáculo”. Para los humanos, hubo una competencia de lanzamiento de haggis (el plato típico escocés). El momento cúspide del viaje para muchos perros y dueños es posar frente a la estatua de bronce del “golden retriever” en el pueblo cercano de Tomich. Pamela Burns, de 55 años, se veía como alguien que había cumplido un sueño de vida cuando posó allí con sus perros, Captain, Bear y Gabby.

También había muchas muchas opiniones. Susan Goodwin, de 74 años, una criadora y jueza de renombre internacional originaria de Durham, Inglaterra, estaba abiertamente preocupada por la última moda de colas que se enroscaban hacia arriba, una gordura que se veía adorable, pero que no era del todo saludable, y las piernas cortas. Goodwin se cuestionó: “¿Cómo digo esto con delicadeza? No quieres que tu perro se vea como una mesita de café. Los perros que parecen mesitas de café no son buenos para el campo”.

Muchos de los asistentes son criadores, pero algunos son solo propietarios de animales de compañía o fanáticos de hueso colorado de los “golden retrievers”. Un hombre, que es detective de policía jubilado en Londres cuyo último “golden retriever” acababa de morir, explicó: “Soy un adicto y aquí es donde vengo por mi dosis”.

No es difícil de entender. Nosotros vinimos porque yo extrañaba a mi difunto y maravilloso “golden retriever”, Monty, que siempre tenía tres pelotas en la boca.

Muchos vienen simplemente para estar en la fotografía, la toma de todos los perros reunidos frente a las ruinas de la casa. Este año, dos estadounidenses que no pudieron volar con sus perros trajeron en su lugar figuras de cartón de tamaño natural. Las colocaron en primera fila. Kipps, la fotógrafa, comentó: “Tuve que decirles que no, que no podían registrarse en el conteo y que si querían que sus perros aparecieran, al menos los pusieran en medio de la manada”.

A pesar de la enorme popularidad de la raza, un “golden retriever” nunca ha ganado el premio al mejor can en las competencias de Westminster ni Crufts (la exposición canina más grande y prestigiosa del Reino Unido). Carol Henry, de 65 años, secretaria del Club de Golden Retrievers de Escocia y la principal organizadora del evento en Guisachan, junto con su esposo, Tom Gorrian, de 68 años, opinó: “Es cierto, los ‘golden retrievers’ no son glamurosos”.

No obstante, está claro que la elegancia no es el punto (y, si somos honestos, tampoco la inteligencia). Los ojos son el punto. La eterna positividad es el punto. Los mechones de pelo alrededor de la casa y la alegría de verlos con algo, cualquier cosa, en la boca es el punto.

Llevé un sobre con las cenizas de Monty conmigo a la reunión y, cuando nadie me miraba, las esparcí por los terrenos de Guisachan House. Sospecho que no está solo en ese lugar.

c.2023 The New York Times Company

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