5 errores más comunes que cometemos al limpiarnos los oídos

Texto: Maribel Barros

Limpiarte los oídos puede resultarte algo muy natural, pero al hacerlo podrías no solo aumentar el riesgo de padecer una infección, sino también de quedarte sordo. Toma nota de los errores más comunes y evita riesgos.

¿Sabías que idealmente los oídos no deberían limpiarse nunca? - Foto: Thinkstock

Limparlos

En circunstancias ideales los oídos nunca deberían limpiarse. De acuerdo con la Academia Americana de Otorrinolaringología – Cabeza & Cirugía de Cuello (AAO-HNS por sus siglas en inglés), los canales auditivos se limpian solos, ya que el cerumen, o cera de oídos, siempre se mueve del interior del oído al exterior gracias a la masticación y los movimientos de la mandíbula. Es por eso que solo deben limpiarse las orejas, y dejar que el cerumen salga por sí mismo.

Usar hisopos o bastoncillos de algodón

La punta rígida del hisopo, o cotonete, puede perforar el tímpano, lo cual es muy doloroso, y tarda semanas o meses en sanarse. En casos extremos requiere de cirugía. Según la AAO-HNS los tapones de oídos son la principal causa de sordera debido a que la gente suele intentar limpiarlos con bastoncillos. Además, usar hisopos solo empuja la cera hacia el tímpano, en lugar de sacarla.

Meterse otros objetos puntiagudos

Si no lastimas el tímpano, escarbar el oído con cualquier objeto puede herir la piel del oído interno, que es muy delgada. Esto puede provocar infecciones, como el oído de nadador.

Conoterapia o terapia de velas

Aunque no existe evidencia científica de que este método funcione y que la FDA no lo recomienda, mucha gente lo utiliza. Consiste en encender una vela hueca en forma de cono, después se inserta el otro extremo en el oído. Se supone que el calor genera un vacío que sacaría el tapón de cera. La Clínica Mayo asegura que algunos de sus efectos secundarios son: depósitos de cera en el canal auditivo, quemaduras en la cara, pelo, cuero cabelludo, canal auditivo y el oído interno, y perforación del tímpano.

Irrigación o lavado

Este método se usa mucho en consultorios, y consiste en utilizar soluciones salinas templadas para lavar el oído. Si bien se venden kits para que puedas hacerlo tú en casa, el no es recomendable, ya que lo estarías haciendo a ciegas y podrías provocarte oído de nadador, advierte el Dr. Boris Chernobilsky, profesor en la Escuela de Icahn de Medicina del Monte Sinaí en Nueva York al sitio web Health. Lo mejor es que lo haga el médico. Además la AAO-HNS no recomienda este método si se tiene diabetes, el tímpano perforado, o un sistema inmune débil.

Que sí debes hacer

Lo primero y principal es dejar de usar hisopos ni otros objetos para escarbar los oídos. La limpieza debería ser solo de las orejas, y en caso de haber exceso de cerumen dejarlo salir solo hasta que se seque y entonces removerlo.

En caso de que produzcas mucho cerumen o tengas un tapón la AAO-HNS asegura que podría resolverse con ablandadores, ya sean comerciales que tienen peróxido de hidrógeno, o caseros, como el aceite mineral.

Pero si tienes un tapón grande, los ablandadores sobre todo con peróxido podrían empeorarlo, porque éste podría expandir la cera causando mucho dolor, presión y pérdida auditiva, y no disolver el tapón, advierte el Dr. Chernobilsky.

Si eres propenso a tener mucho cerumen o generar tapones lo mejor es que acudas a tu doctor cada 6 o 12 meses para una revisión o limpieza. También recuerda consultar a tu médico antes de aplicarte cualquier remedio.

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@travesabarros

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