A los 85 años murió Dean Stockwell, un actor colosal con múltiples vidas artísticas

Dean Stockwell en 2012, firmando autógrafos en la Comic Con de Chicago
Paul Warner

Nadie como Dean Stockwell, quien murió el domingo, a los 85 años, de causas naturales, fue capaz de encarnar en las múltiples idas y vueltas de su larga y fascinante existencia los giros, los cambios, los avances y los regresos de la vida de Hollywood a lo largo del siglo XX. Dueño de una presencia siempre magnética ante las cámaras, que comienza con apariciones casi inadvertidas que se transforman de a poco en poderosas, atrapantes e irresistibles, Stockwell deja un legado cinematográfico extraordinario difícil de igualar.

Lo inició como estrella infantil y juvenil en la época dorada de Hollywood y concluyó con memorables aportes a la obra de grandes directores con identidad propia y espíritu independiente (William Friedkin, Jonathan Demme, David Lynch). El ciclo se completa con su personaje más popular, ajeno al cine, el del almirante Al Calavicci, un militar simpático y mujeriego que acompaña con espíritu descarado y mucho humor a Sam Beckett (Scott Bakula) en los viajes por el tiempo de la serie de culto Quantum Leap (1991-1993).

Dean Stockwell en Terciopelo Azul
Dean Stockwell en Terciopelo Azul


Dean Stockwell en Terciopelo Azul

La vida de Stockwell se relacionó con el espectáculo desde la cuna. Nació en North Hollywood el 5 de marzo de 1935, hijo de una pareja de intérpretes de Broadway. El padre de Dean, Harry Stockwell, le puso su voz al príncipe en la versión original de Blancanieves y los siete enanitos (1937), producida por Walt Disney. Y el futuro gran actor tuvo su primera aparición en el cine cuando tenía diez años, en el drama El valle de la abnegación (1945), de Tay Garnett, junto a Gregory Peck y Greer Garson. Tres años antes había hecho su debut en los escenarios teatrales junto a su hermano menor Guy, que luego también se convertiría en un conocido actor de reparto de Hollywood.

En una carrera que se hizo ascendente casi de inmediato, Stockwell se sumó ese mismo año al elenco del exitoso musical Leven anclas y sumó frecuentes presencias en historias de distintos géneros (Detectives por fuerza, Los verdes años, La luz es para todos, Huérfanos del mar) hasta convertirse muy rápido, en 1948, en protagonista de la película que lo consagró, El niño de cabello verde, la ópera prima de Joseph Losey, una suerte de párabola antibélica en la que encarna a un niño al que la Segunda Guerra Mundial dejó huérfano.

Más de una vez Stockwell enfrentó crisis personales que lo llevaron a salir del mundo Hollywood y buscar otros horizontes. La primera fue a los 16 años, tal vez abrumado por las repercusiones de su rápido estrellato como estrella infantil. Volvió al cine en los años 50 después de dedicarse a distintas actividades y tuvo algunas apariciones memorables como en Compulsión (que le dio en 1959 un premio en Cannes), pero decidió abandonarlo de nuevo en los años 60 para sumarse a las experiencias comunitarias de la vida hippie en California.

Cuando se decidió a retomar la vida artística tras esa segunda pausa le llegó a Stockwell su mejor momento artístico. Apareció en grandes películas como París, Texas (Wim Wenders), Terciopelo Azul (David Lynch) y Vivir y morir en Los Angeles (William Friedkin) con una serie de personajes colosales que alcanzaron la cumbre en Casada con la mafia (Jonathan Demme). Allí personificó a un jefe mafioso y con ese papel alcanzó una nominación al Oscar como actor de reparto en 1988.

El final de su carrera tuvo mucho más que ver con la televisión. A su destacadísima presencia en Quantum Leap le sumó una serie interminable de apariciones como en series y telefilms, entre los cuales se destacaron Battlestar Galactica y NCIS: New Orleans. Decidió retirarse en 2015 con el último de los muchos cambios que siempre marcaron su vida. Con su nombre completo, Robert Dean Stockwell, logró enorme repercusión a través de una obra artística (pinturas y esculturas) que nunca había revelado hasta entonces. Fue la expresión final de una vida artística llena de múltiples giros y muestras de talento.