90-60-90 Modelos: la novicia con una doble vida, los cantitos en la cárcel de Caseros y los consejos para llorar de Catherine Fulop

90-60-90 Modelos: las clases de yoga, el faltazo de un actor durante el primer día de trabajo y una historia de amor de la que todos hablaron
90-60-90 Modelos: las clases de yoga, el faltazo de un actor durante el primer día de trabajo y una historia de amor de la que todos hablaron

90-60-90 Modelos fue un éxito de dos temporadas, que se emitió en las tardes de Canal 9 en 1996 y 1997. Todos querían ser parte de la novela en la que, por primera vez, el mundo de las modelos se metía en la televisión. Y tan bien le iba que Alejandro Romay redobló la apuesta cuando Raúl Taibo le dijo que no quería hacer un segundo año .

Lejos de terminar el proyecto, “el Zar” convocó a Osvaldo Laport, cambió la trama y la audiencia volvió a acompañar esta historia de mujeres bellas en la que se hablaba también de amistad, traición, amor, desamor, venganza, competencia y estética. Fue el despegue de Natalia Oreiro que se había asomado a la televisión con Dulce Ana y no estuvo en la segunda parte de la historia porque se fue para protagonizar Ricos y famosos. Fue el debut de Fernando Tobi, el nieto actor de Romay, y el de algunos modelos top del momento como Vicky Fariña, María Cersósimo, Paola de la Torre, Florencia Ortíz, Paula Siero, Fernando Ranuschio y una jovencísima Nicole Neumann. Además, fue una de las pocas oportunidades en las que Raúl Taibo trabajó con su hermano Marcelo Olivero, fallecido trágicamente en 2004.

En 1996 los protagonistas fueron Silvia Kutika, Raúl Taibo y Natalia Oreiro, junto a Diego Díaz, Iván González, Tina Serrano, Coraje Ávalos, Manuel Callau, Boris Rubaja, Aldo Pastur, Fabián Pizzorno, Osvaldo Sabatini. Al año siguiente, además de Laport se sumaron Judith Gabbani, Magalí Moro, Pepe Monje, Andrea Campbell, Pablo Cedrón, Ginette Reynal y Nicolás Pauls.

Con la coordinación autoral de Emma Ucha, nombre real de la actriz Marcela López Rey, la historia contaba todo lo que sucedía en la agencia de modelos gerenciada por Cuca Dalton (Kutika) y Tabo Herrera (Taibo). La trama de 278 capítulos tenía de todo: historias de amor, venganzas, secretos, y hasta búsqueda de identidad. El primer capítulo se emitió el 8 de enero de 1996 y el último, el 4 de julio del año siguiente . La historia comenzaba con la llegada de Lucía (Oreiro) a la agencia sin saber que conocería a su madre biológica. Cuca y Tabo vivían una apasionada historia de amor que se interrumpió en la ficción porque en la vida real el actor decidió no continuar en la historia. Rápidamente debieron reescribir los libros y entonces apareció Martín (Laport), un nuevo socio de la agencia que se enamoraba de Cuca. Y este amor también se vio truncado por la intervención de la malvada Ágata (Gabbani), la hermana de Cuca que enamoraba al galán.

Más allá de la historia de amor central, la novela se metió de lleno en el mundo de las modelos, las verdaderas protagonistas de la historia. Fue la época dorada de las pasarelas, los diseñadores y las mujeres más bellas, y Romay, el entonces zar de la televisión, vio la oportunidad de contar una historia que mostrara el detrás de escena del modelaje. LA NACIÓN habló con algunos de los protagonistas de 90-60-90 Modelos, que recordaron muchas anécdotas y compartieron sus vivencias.

Florencia Ortíz fue una de las modelos que estaba dando sus primeros pasos en el mundo de la actuación. Y no sólo encontró un camino laboral que fortaleció con los años, sino también un amor: conoció a su compañero de elenco Fernando Tobi, se enamoraron y se casaron. “La novela fue un antes y un después en mi vida. Había hecho pocos castings y tenía mucha ilusión de ser actriz, y esa fue la gran oportunidad. Me acuerdo que tuve una entrevista con Alejandro Romay, y en ese momento no me imaginé que al poco tiempo íbamos a ser familia, porque era el abuelo de Fernando Tobi, con quien nos enamoramos y estuvimos varios años juntos; fue mi primer marido. Tengo los mejores recuerdos de los Romay y fue una relación súper linda. La novela fue una experiencia inolvidable para todas, nos llevábamos súper bien y fue un éxito rotundo. Fue una época hermosa, la pasamos muy bien y las chicas nos seguimos viendo. Una hermosa etapa de la vida que me dejó muchas amigas “, rememoró.

“Fue mi primera experiencia en televisión, aunque ya había hecho algo de teatro antes. Y además ahí conocí a Flor, nos enamoramos, nos casamos, nos fuimos a vivir a España. Fue algo muy especial en mi vida. Salíamos todos juntos, íbamos a cenar, era un grupo hermoso. Conocí la fama, y en la calle me pedían fotos y autógrafos y lo recuerdo como algo muy lindo”, admitió Fernando Tobi, con cierta nostalgia.

Paola de la Torre, top model en los ‘90, también debutó en televisión con 90-60-90 Modelos. “Fue un momento histórico y muy lúdico de mi vida, la pasaba muy bien, nos reíamos mucho. Éramos todas amigas, unas más que otras, pero fue un grupo hermoso. Y me quedé tan amiga de María Cersósimo que somos cuñadas y tías de nuestros hijos. Al mismo tiempo sufrí mucho la exposición y por eso decidí no seguir actuando. Esa novela fue mi única experiencia en televisión. Empecé en el modelaje muy joven, haciendo comerciales y a los 22 ya estaba aburrida. ”, le contó a LA NACIÓN.

“Vicky, que se había cambiado a la agencia de Gabriel Hochbaun, me convenció para sumarme a la novela. Y como siento que soy actriz, me mandé. Dudaba del precio que tenés que pagar siendo famoso y la verdad no me gustó porque soy muy celosa de mi vida privada. Yo quería una vida normal y pedí que me rescindieran el contrato para salir antes de que la novela terminara. Pero la pasamos genial, cuando no grabábamos íbamos a la casa de Paula Siero, que vivía muy cerquita de Canal 9, y como yo ya hacía yoga, practicábamos y hacíamos meditaciones profundas, charlas y la productora, Mónica Lavalle, nos llamaba para volver a grabar. En el bar de la esquina conocí a Cathy Fulop que me tiraba todas las técnicas para llorar, porque en la ficción su marido era mi novio y era malísimo, me pegaba, me hizo perder un embarazo, era infiel. Yo le decía que Ova (Sabatini) me hacía reír y yo tenía que llorar (risas). Y Cathy, embarazada de Oriana, me dijo que me pusiera cebolla cerca de los ojos y todo el mundo me creyó que era buena actriz ”, recordó divertida.

Paola de la Torre recuerda su experiencia con 90-60-90 Modelos
Paola de la Torre recuerda su experiencia con 90-60-90 Modelos - Créditos: @Santiago Filipuzzi

Vicky Fariña también saltó de la pasarela a la televisión con la novela: “Éramos todas muy jóvenes, inexpertas actoralmente. Estábamos estudiando teatro, pero no habíamos trabajado todavía. Fue tirarnos a la pileta y éramos un poco inconscientes. Era un grupo muy lindo, casi todas muy amigas. Trabajábamos relajadas y Taibo, Kutika y Laport fueron siempre muy amorosos y nos ayudaban. Fue una experiencia hermosa que duró dos años. Era la época en que te gastaban por ser modelo, decían que no podíamos hilar dos palabras, pero lo hacían desde el amor. Todo eso no se permitiría hoy, y nosotras lo vivimos rodeadas de muy linda gente”.

María Cersósimo fue otra de las modelos del momento que probó suerte en la actuación con 90-60-90 Modelos. “La recuerdo como una etapa muy divertida de mi vida porque se armó un grupo de trabajo muy lindo. Éramos varias modelos y ninguna sabía actuar realmente, así que aprendíamos a medida que grabábamos, y nuestros compañeros actores nos tenían mucha paciencia (risas)... También los técnicos y el director, porque nos tentábamos todo el tiempo. La situación era como la de un colegio secundario cuando no paras de reírte con tus amigas. Y teníamos una edad en la que no te tomabas nada demasiado en serio. A la novela le iba fantástico y nosotras jugábamos actuar, porque nunca me consideré actriz; no era lo mío. Era un grupo de trabajo hermoso, con las chicas modelos nos hicimos muy amigas y algunas de esas amistades muy sólidas, continúan hasta hoy”, confió.

Fabián Pizzorno le contó a LA NACIÓN que “el primer día de grabación no pude ir a trabajar porque nació mi hija Francesca, el mejor regalo que nos dio la vida”. Sin embargo, luego se sumó al equipo.

Magalí Moro acababa de terminar un éxito, Por siempre mujercitas y había firmado contrato para protagonizar una nueva novela, pero a último momento le pidieron que se incorporara a la segunda temporada de 90-60-90 Modelos, porque hubo un recambio en el elenco: “ Mi personaje era una novicia que tenía una doble vida como modelo. En su momento fue un shock. Había escenas que eran surrealistas (risas). Recuerdo una escena en la que mi personaje, en la faceta de modelo, paseaba en carruaje por los bosques de Palermo con un antifaz para que no la reconocieran. Hoy me da ternura y pienso en el profesionalismo que le poníamos”.

“Teníamos las fechas de cumpleaños de todos, comprábamos una torta, globos y un regalito, y festejábamos en el set. Era muy lindo”, aseguró Silvia Kutika. “Nos quedábamos viendo las escenas de algunos actores, como por ejemplo de Pepe Monje y Andrea Campbell que llevaban adelante el humor de la historia. Nos reíamos mucho y el director nos echaba porque no podía seguir trabajando. La pasábamos muy lindo. Era un grupo muy hermoso. Nati (Oreiro) tenía mucha personalidad, era extrovertida, explosiva. Y Nicole (Neumann) era todo lo contrario, muy callada, te daba ganas de protegerla, de contenerla. En ese momento creo que no se hacía tanto hincapié en los cuerpos de las mujeres, pero no estaba enfocada en eso sino en el humor, y en distintas historias de amor que no se lograban.”

Judith Gabbani fue la malvada de la segunda temporada. “Hacer esa novela fue un placer. La pasamos genial con Laport y Kutika. Además, los personajes de mala son maravillosos, los más ricos de construir y podés sacarle más partido. Eternamente agradecida a la autora Marcela López Rey; un día me contó que cuando escribió las primeras frases de Ágata Dalton inmediatamente pensó en mí. Me acuerdo de una anécdota muy bizarra cuando Laport estaba preso y yo, enferma de celos, iba a verlo. Las escenas se grababan en la cárcel de Caseros y yo estaba toda producida y cuando entraba los presos me cantaban ‘que llore, que llore esa malvada’ (risas). Se ve que veían la novela. Era tragicómico. Me impactaba mucho”.