El año sabático que te mereces: razones para decir adiós a la rutina y recargar energías
"No hay nada tan bello como no tener que hacer nada, y no tener que hacer nada es aún más bello cuando se supone que deberías estar haciendo algo". Con estas palabras nos ayuda Ottesa Moshfeg, autora del exitoso libro,Mi año de descanso y relajación (Alfaguara, 2019), a entender los motivos por los que su protagonista decide descansar un año. Aunque el trasfondo que se encuentra tras su decisión nos relata un entramado de situaciones complejas, lo cierto es que muchas de las frases que nos han encandilado del libro puede que lo hayan hecho porque, de verdad, muchos ansiamos alejarnos del ritmo frenético del día a día y tomarnos un buen descanso.
La escritora cala hondo con las reflexiones de la protagonista de la novela, y nos manda un guiño que da qué pensar: "El descanso es un lujo que pocos pueden permitirse en esta era de constante actividad y estrés. A veces me pregunto si la sociedad moderna ha perdido de vista la importancia de tomarse un momento para relajarse y recargar energías".
Aunque hoy no estamos aquí para hacer una reseña de la obra, lo cierto es que sí merece la pena detenerse a analizar los motivos por los que cada vez son más los jóvenes y adultos (sí, ambos) que se planean frenar su actividad laboral y todo lo que pueda llevarle a ella.
Por qué tomarse un año sabático
Está claro que, a menudo, esta decisión solían hacerla efectiva quiénes parecían estar encontrando demasiadas piedras en el camino para seguir andando, sin embargo, desde que la salud mental comenzara a ganar terreno en redes sociales, y por ende, en nuestra mente, muchos simplemente optan porplanear un año sabático como mero periodo reflexivo. Un pause en el presente para poder dar al play en el futuro.
Motivos puede haber tantos como imaginemos. Dani Errántez (@danierrantez), guionista y escritor, no solo vivió uno, sino que ahora mismo se encuentra en el segundo: "La primera vez fue porque estaba empezando a notar que mi vida personal afectaba a mi vida profesional. Me dedicaba al mundo de la salud y sentir aquello no me parecía bien para mis pacientes".
Su segundo año sabático, en el que se encuentra, esconde un motivo muy dispar al anterior: "Tuve una neumonía fuerte y en el hospital decidí que había una serie de cosas que quería hacer. Una es dar la vuelta al mundo —me voy a cruzar el Atlántico en velero dentro de unos días— y la otra escribir las historias que tengo en la cabeza. Iba a tomarme un tiempo y volver, pero prefiero arriesgarme con las letras'".
Si la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el estrés como la epidemia de salud del siglo XXI, no sorprende que esta sea otra de las razones que empujan a muchos a una pausa, aunque sea parcial.
De hecho, otro amante de las letras, el autor de Moneda al aire (2023) o César Aira gana el premio Novel (2019), Sergio V. Jodar, nos confiesa que él lo llevó a cabo a causa del burnout. "Quería tener más tiempo para escribir, así que como tenía algo de colchón de ahorro de varios años lo hice. Mi intención era no hacer nada, pero me surgieron algunas colaboraciones que me quitaban poco tiempo y me iban bien para ganar ingresos".
Pero un lanzarse a un año sabático puede ser algo que también aparezca en momentos previos a comenzar la etapa laboral, e incluso a la académica. Cualquier temporada de incertidumbre puede llevar a ello.
Fue el caso de la especialista en marketing y creadora de contenido Mariana Roque (@where_to_lx): "Fue un camino natural para descubrir qué quería estudiar en la universidad. No tenía claro cuál sería mi dirección. Durante ese año, trabajé en diferentes sectores que estaba considerando para mis estudios, lo que me ayudó a delimitar lo que me gustaba y lo que no. También descubrí los viajes en solitario y el voluntariado. Estas experiencias me sacaron de mi zona de confort de formas que no esperaba y me ayudaron a conectar con causas que me importan y a abrir mis horizontes".
Una experiencia transformadora
Lejos de ser un simple capricho o una excusa para el ocio, el año sabático ha pasado a ser una herramienta valiosa para profesionales y estudiantes que buscan un replanteamiento de su trayectoria. Aunque implica riesgos —especialmente financieros—, los testimonios demuestran que puede convertirse en una de las decisiones más transformadoras de la vida, tanto en el ámbito personal como profesional.
Tradicionalmente visto como un periodo de descanso, incluso estigmatizado por algunos como una elección propia de quienes huyen de responsabilidades, el año sabático ha ganado legitimidad en los últimos años. Para muchos, representa un momento clave para reevaluar objetivos, explorar nuevas pasiones y, en muchos casos, volver al mercado laboral o a los estudios con una motivación renovada.
Despojarse del miedo a "perderlo todo" durante ese periodo es esencial. Las experiencias adquiridas en esos meses suelen aportar un valor añadido difícil de obtener dentro de la rutina convencional.
Ya sea mediante voluntariado, formación complementaria o el simple tiempo para reflexionar, los participantes en estos periodos de pausa suelen destacar un desarrollo notable en competencias clave como la resiliencia, la toma de decisiones y la capacidad de adaptarse al cambio.
En un entorno laboral cada vez más competitivo, los reclutadores empiezan a valorar positivamente los perfiles que han sabido hacer un uso estratégico de un año sabático. Hay empresas en el norte de Europa que ya permiten una licencia sabática remunerada, es decir, una especie de licencia no remunerada donde un trabajador decide pausar su actividad con la compañía sin estar dado de alta en la Seguridad Social, pero garantizando su vuelta al terminar el periodo.
Olvida la idea de que se trata solo de descansar. De hecho, durante este tiempo, no es inusual que quienes optan por esta experiencia ocupe parte de su tiempo en empleos temporales, participen en voluntariados o se involucren en proyectos freelance. Más allá de para ganar dinero, con ello se ganan también habilidades transferibles y, en muchos casos, hay puertas que se abren a nuevas vocaciones o transiciones de carrera.
Viajar se mantiene como una de las decisiones más populares durante un año sabático.
Más allá del mero placer, la inmersión en nuevas culturas permite ampliar horizontes, fomentar la tolerancia y desarrollar una mirada más abierta hacia el mundo. Esta experiencia, además, suele tener un impacto positivo en la salud mental, al ofrecer un respiro del estrés cotidiano y permitir tiempo de reflexión personal.
¿A qué dificultades nos enfrentamos al planear un año sabático?
Un año sabático puede ser una experiencia enriquecedora, pero no está exento de desafíos. El obstáculo más común es la viabilidad económica. Sin un fondo de ahorros sólido, resulta difícil transitar esta etapa sin ingresos. Sin embargo, hay otras cuestiones más emocionales a las que también hay que prestar atención,
Entre los viajeros aparece con frecuencia la desconexión social, incluso, aunque se viaje en compañía, ya que al tener tiempo libre resulta difícil estar casi siempre acompañado.
También, precisamente por ese tiempo libre sucede que, a veces, los demás piensan que se trata de una pausa improductiva, por lo que puede ser que haga falta luchar contra la percepción externa. A menudo visto como una pausa improductiva, es clave tener claras las prioridades y no dejarse influir por juicios ajenos, enfocándose en los objetivos personales.
¿Cómo planificar un año sabático?
Si has tomado la decisión, o te lo estás planteando, considera las siguientes pautas antes de lanzarte a la aventura:
Define tus objetivos.Antes de empezar, establece un plan. Pregúntate qué deseas lograr durante tu año sabático. Además, como a menudo es visto como una pausa improductiva, es clave tener claras las prioridades y no dejarse influir por juicios ajenos, enfocándose en los objetivos personales.
Establece un presupuesto. Determina cuánto dinero tienes disponible para tu año sabático y si necesitarás generar ingresos adicionales durante este tiempo. Ten en cuenta que es posible que surja algún imprevisto, y sé flexible a cambiar de rumbo en cualquier momento. La vida da muchas vueltas, y nunca sabes cuándo toca darse la vuelta (sí, puedes hacerlo siempre), cambiar de ruta, o dónde y cuándo va a aparecer la respuesta a lo que estabas buscando. Se sabe cómo se empieza, pero nunca cómo se acaba.
Experiencia Laboral. Como Mariana Roque indica: "si no tienes claro tu camino profesional, aprovecha tu año sabático para probar distintos sectores y empleos. Esto te ayudará a descubrir lo que te gusta y lo que no. Puedes hacerlo a través de voluntariados, programas de observación laboral o incluso prácticas profesionales".
Planifica tu itinerario. La experta en marketing también señala: "Dedica al menos un mes para organizar tu año. Esto te ayudará a mantenerte enfocado y a no perder tiempo en cosas aleatorias que otros te digan que deberías o podrías hacer".
Viaja con Inteligencia: Si tienes pensado viajar, investiga sobre los destinos, reserva vuelos y alojamiento con anticipación, y asegúrate de tener un plan general de tu ruta. De este modo, tu bolsillo no temerá tanto, y podrás controlar mejor tus finanzas.
No desafíes a tu bolsillo: "Sé realista sobre cómo y a dónde quieres viajar, ya que esto influye mucho en el presupuesto. Por ejemplo, Europa tiene alojamientos más caros, pero vuelos más baratos que Asia", comenta Mariana Roque, que también aconseja: "Si quieres viajar mucho, empieza a ahorrar cuanto antes o dedica un periodo del año sabático a trabajar para financiar esos viajes. También recuerda que viajar solo puede ser una experiencia increíble, pero es importante estar preparado para los momentos difíciles".