Ácido hialurónico en las ojeras: los médicos alertan sobre la última tendencia en retoques estéticos
Con la pandemia, la demanda de retoques estéticos se ha disparado y esto ha dado lugar a servicios a domicilio y malas praxis. Ahora que por fin podemos acudir a eventos sociales, queremos vernos bien, y más que nunca sentimos la necesidad de deshacernos de esos 'defectos' que la pantalla agranda. Esto ha llevado a la gente a someterse a procedimientos estéticos en cualquier sitio y de cualquier manera.
Uno de los tratamientos médico-estéticos más demandados está siendo el ácido hialurónico, el relleno inyectable de moda que nos están vendiendo como un paso definitivo para borrar las ojeras debido a su alto perfil de seguridad, la facilidad de la técnica de inyección, los naturales resultados obtenidos y los pocos efectos secundarios de estos rellenos.
Normalmente la inyección de ácido hialurónico en medicina estética actúa sobre diversas partes como la frente, la nariz, línea de marioneta (comisura de la boca) y mentón, mejorando las arrugas y flacidez por envejecimiento, aumentando el volumen de labios y pecho, y definiendo el contorno de mandíbula.
El éxito en estas áreas ha provocado que se hayan ido ido añadiendo nuevos usos y aplicaciones. Por eso, ahora se utiliza también en la zona de bolsas y ojeras. El hecho de que se la zona que más se ve ahora debido al uso de la mascarilla ha disparado todavía más su consumo.
"Ha habido un aumento exponencial en las consultas, sobre todo de chicas jóvenes. En parte se cree que es debido al aumento de la realización de selfies ya que según un estudio publicado aumenta un 40 por ciento la percepción de las ojeras en comparación a cuando nos miramos a un espejo", cuenta en Hola! la doctora Rosa del Río, dermatóloga del Grupo Pedro Jaén.
"El ácido hialurónico permite recuperar el volumen perdido, rellenar la ojera, proyectar la zona y unificar el tono, disimulando las ojeras y el aspecto de cansancio de la mirada. Todo a la vez", añade el doctor Javier Anido, de la Clínica Gaztambide de Madrid.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce ya que el aumento de la demanda ha dado lugar a procedimientos poco ortodoxos como proporcionar este servicio a domicilio, lo que a su vez aumenta el riesgo de complicaciones graves como necrosis cutánea o activación del herpes simple debido a una mala infiltración.
La irritación y el enrojecimiento de la piel no deben preocuparte ya que suelen desaparecer a las pocas horas del tratamiento. Que la zona se ponga algo morada e inflamada (los dermatólogos usan los términos 'edema y eritema' para referirse a estas reacciones) también entra dentro de lo posible, pero hay casos en los que las complicaciones van a más.
“La alta vascularización de la ojera, así como la presencia de elementos nerviosos junto con la fragilidad y delgadez de la piel que la recubre, pueden dar lugar a hematomas u otros efectos adversos", advierte el médico estético Javier Anido.
Puedes sentir dolor y/o prurito en el sitio de inyección, y habrá cambios de coloración en la piel. Es lo que se conoce como 'efectos adversos tempranos', que suelen aparecer inmediatamente después del procedimiento y persisten algunas semanas.
Otras veces, al mes, se produce una infección secundaria, a menudo evidenciada por pápulas y nódulos. Así que no es extraño que salgan granitos e incluso bultos. Con menos frecuencia aparecen abscesos o necrosis. También pueden salir quistes con aspecto de “queso suizo” y tejido fibroso.
Para que esto no suceda "hay que emplear el producto adecuado. No todo los ácidos hialurónicos valen, explica la doctora Rosa del Río. Hay que usar uno poco reticulado para evitar problemas en la zona. A veces, si empleamos ácidos hialurónicos no adecuados por consistencia o ponemos demasiado, podemos provocar edema y bolsas en los ojos debido a la gran capacidad de captar agua por esa zona", añade la experta que también destaca la importancia de la mano del experto y su técnica "porque es una zona muy delicada".
En caso de producirse un principio de necrosis, hay que actuar rápido. Se puede usar hialuronidasa para disolver el ácido hialurónico si es el material inyectado. También se aconseja aplicar vasodilatadores, como la nitroglicerina en crema (o incluso Viagra), realizar masajes y radiofrecuencia.
Por último, las complicaciones sistémicas derivadas de los materiales de relleno pueden aparecer hasta 30 años después de la aplicación e incluyen, entre otras: enfermedades autoinmunes (como esclerodermia sistémica difusa, lupus eritematoso generalizado, artritis reumatoide y morfea localizada), hepatitis granulomatosa, neumonitis, tromboembolia pulmonar y carcinoma de células escamosas.
No obstante, desde la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) aclaran que "las reacciones anafilácticas graves en la aplicación de fillers son extremadamente raras", y añaden que el ácido hialurónico es el más fiable de todos los productos utilizados como relleno, suponiendo alrededor del 80 por ciento de los rellenos inyectados a nivel mundial. Es una sustancia totalmente biocompatible porque ya existe de forma natural en nuestros tejidos. Es decir, que está presente originalmente en el cuerpo, lo que le confiere una gran compatibilidad. Además, al ser un producto íntegramente no animal, el riesgo de reacciones alérgicas es mínimo, y se puede eliminar fácilmente con una enzima, la hialuronidasa.
Pero también indican que "no hay que olvidar que es un procedimiento médico", por lo que debes tomar precauciones e informarte bien de dónde te metes y de quién va a inyectarlo. Sólo debe ser aplicado por especialistas ya que como recoge este comunicado médico "el ácido hialurónico, en la medida en que se inyecta por vía parenteral y en la medida en que existen varios preparados (de diferente viscosidad) según el lugar de la cara en el que se aplique, debe ser infiltrado por un médico y en un establecimiento que cuente con los recursos humanos y los medios técnicos y materiales que permitan hacer frente a sus probables efectos adversos".
Además, para que el resultado sea satisfactorio, duradero y natural debe haber un diagnóstico adecuado. Para ello hay que valorar qué es lo que se quiere mejorar, si es posible conseguirlo con ácido hialurónico, qué tipo de ácido hialurónico es el más indicado para ello y lo más importante, si hay alguna contraindicación médica.
Por ejemplo, un paciente que esté anticoagulado no es buen candidato porque tiene un alto riesgo de sangrado. La historia clínica es el primer paso para reducir los posibles riesgos del ácido hialurónico.
Por eso, no debes confiar en el 'aquí te pillo, aquí te mato' de los anuncios y ofertas con precios muy por debajo del mercado que incluso se pueden comprar online sin necesidad de ninguna acreditación médica; se pueden conseguir viales en internet por 80 euros.
Se trata de ácido hialurónico de tipo cosmético o tópico que puede ser aplicado por el propio usuario y por profesionales de la estética siempre que no atraviese la piel y sea para mejorar su hidratación, consiguiendo un efecto 'flash' de turgencia, pero no un relleno real, ni duradero, como cuando es inyectado por un especialista.
Además, los médicos estéticos advierten que estos métodos que tratan de hacer penetrar el producto sanitario por contacto a través de la piel mediante un dispositivo a presión pueden dificultar el control de la cantidad real de producto que penetra en la misma, sobre todo por no poderse controlar el plano de la piel en el que se inyecta, que por la propia técnica suele ser muy superficial y puede provocar un alto riesgo de encapsulamiento y granuloma.
"El ácido hialurónico que funciona tiene que tener una alta viscoelasticidad para que se adapte al espacio de la ojera, sin comprimir tejidos adyacentes que provocarían edemas, explica en El Mundo José Manuel Fernández Rodríguez, director médico de Centre Mèdic i D'Estètica (Barcelona). Al mismo tiempo, debe tener una baja capacidad de retención de agua (que, curiosamente es para lo que sirve la molécula inicialmente) para que cuando se consolide el ácido hialurónico no se produzca un exceso de captación de agua en la zona".
En concreto, solo Redensity 2, de Teoxane, está aprobado por la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) para infiltrarse en las ojeras, tal y como avalan los estudios publicados en el Journal of Cosmetic Dermatology. Se trata de un gel que combina un 70 por ciento de ácido hialurónico reticulado y un 30 por ciento de no reticulado. Sobre la técnica, "debe infiltrarse entre el hueso y los panículos grasos en forma de abanico hasta que se corrige la depresión. Luego se realiza un suave masaje para distribuir el producto dentro del canal ocular y asegurar que el relleno permanece en el lugar correcto”, detalla Anido.
Lo que debes sacar en claro es que debes acudir a una consulta médica para cualquier tratamiento con productos inyectables, y ten en cuenta que para realizar los tratamientos de medicina estética en una clínica se precisa disponer de la Unidad U.48, y para ello es imprescindible que esté dirigida por un médico.
En temas de salud no debemos intentar ahorrarnos un poco de dinero renunciando por ello a la atención y revisión posterior, o lo que sería peor, renunciando a las principales y necesarias condiciones sanitarias y de seguridad, así como un producto de calidad.
Es un hecho que el ácido hialurónico está hoy en día al alcance de cualquier persona y que ofrece grandes posibilidades en la lucha contra la edad. Por ello, debemos ser conscientes de que proliferan las clínicas clandestinas o lugares no preparados. Debemos evitarlos y, si es posible, denunciarlo ante las autoridades sanitarias, pues no merece la pena correr el riesgo, y que se produzcan consecuencias que pongan en peligro nuestra salud o la de cualquier futuro paciente.
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