Adriana Lima, el ángel con alas propias que desafió a la industria de la moda
La supermodelo Adriana Lima acaba de convertirse en madre por tercera vez y es noticia por ello. Cyan, que así se llama su nuevo retoño, nació el 29 de agosto y la top brasileña ha querido anunciarlo al mundo en redes sociales.
“Cyan es el color entre el verde y el azul en el espectro visible de la luz. Cyan es el color de las aguas de Bora Bora y Maldivas, lugares de ‘las cosas que hacer antes de morir’ en nuestra familia. Cyan ahora es nuestro color favorito. El color de los ojos de nuestro bebé”, ha escrito junto a una foto del ojito de la criatura.
La vida de Adriana es actualmente familiar y profesionalmente activa pero no a niveles de antaño cuando llevaba a la espalda las alas de angelito de Victoria’s Secret. La industria de la moda le ha dado lo mejor y lo peor de su vida pero ella nunca ha tenido tapujos a la hora de criticar lo que no le ha gustado y siempre ha volado con alas propias más allá de su físico espectacular.
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Hace ya muchos años, en 2016, que Adriana empezó su cruzada por desmitificar la profesión de modelo que, para muchos, sigue siendo tan sencilla como mirar al objetivo y sonreír cuando, en realidad, detrás de esa fotografía final hay muchas horas de viajes, trabajo duro y sacrificios.
En 2016 Lima colgó una fotografía en su perfil de Instagram cuando todavía era modelo de Victoria’s Secret y quiso compartir con sus seguidores una parte de su vida real. Ella no optó por quejarse porque sabe que es una privilegiada pero sí quiso enseñar lo que se esconde entre las bambalinas de su trabajo.
En sus propias palabras: "Esto no es una queja, simplemente quiero compartir un poco de mi vida con vosotros. A veces, la gente me dice que si la vida de modelo es fácil. Hoy he tenido una jornada de trabajo de diez horas, haciendo una sesión de fotos con un catarro muy fuerte, sin parar de toser y con un dolor de cabeza horrible, pero no me detuvo. Trabajo tan duro como cualquier otra persona”.
Al año siguiente, en 2017, la supermodelo ya ‘radicalizó’ más su mensaje y fue clara al decir que la profesión de modelo “no es mentalmente sana”, tenía tan solo 36 años. De hecho, fue cuando decidió que dejaría la profesión a los 40 años (¡aunque lo hizo antes incluso!). En su mensaje público, Adriana Lima hablaba de que no era mentalmente sano ser modelo de lencería y que habría sentido mucha presión para que se ‘desnudase’.
“Aunque he hecho muchas cosas de este tipo, algo cambió en mí cuando una amiga se acercó a mí para decirme que estaba descontenta con su cuerpo, lo cuál me hizo reflexionar sobre cómo cada día me levanto y me pregunto, ¿cómo me siento? ¿me aceptaran en mi trabajo? Y, en ese momento, me di cuenta que la mayoría de las mujeres probablemente intentar acoplarse a un estereotipo que la sociedad, las redes sociales y la moda han impuesto.”
Adriana era consciente de que estaba participando de la objetibización de la mujer por su físico y con tallas que realmente muy pocas pueden usar. De hecho, para muchos, el desfile de Victoria’s Secret era como un mercado de carne desfilando sobre la pasarela donde lo menos importante era la lencería en sí sino los cuerpos semidesnudos de las modelos.
Lima, prosiguió en su discurso diciendo que: “Mi trabajo me pone bajo mucha presión para verme de cierta forma y estuve pensando en cómo las mujeres tiene que cargar tanto... Estoy cansada de imposiciones, nosotros como "mujeres" no podemos continuamente seguir viviendo en un mundo de valores tan superficiales, no es justo para nosotras... es física y mentalmente insano lo que la sociedad impone que debemos ser, cómo comportarnos, cómo vernos... Quiero cambiarlo, en el nombre de mi abuela, de mi madre, de todos mis ancestros que han sido señalados, presionados e incomprendidos. La mujer tiene que vivir conforme a la sociedad... Intentaré que eso cambie. Empezaré conmigo. No lo seguiré soportando... Estoy cerca de ti…”.
Desde luego, una modelo que vuela con alas propias, lo dicho. Adriana colgó sus alitas de ángel comercial y fue fiel a su discurso. Con 37 años, en 2018, dijo adiós a la mítica pasarela tras casi 20 años desfilando con la firma.
Su frase “No volveré a quitarme la ropa por una causa vacía” dio la vuelta al mundo y lo que más me gusta de ella es que fue lo suficientemente madura y valiente como para romper de pleno con los estereotipos y las presiones, alzar la voz, empoderarse y dejar un trabajo en el que quizá ya no creía como cuando empezó ilusionada en 1999.
Adriana no solo es una de las mujeres más bellas del mundo sino que ha demostrado tener valores, convicciones y ser feminista no solo de palabra sino también en sus actos que es lo que cuentan.
Seguro que sus tres hijos, cuando crezcan, estarán muy orgullosos de esta mujer luchadora y brava que ni siquiera la industria de la moda, con sus suculentos contratos, ha conseguido domar. A día de hoy tiene renombre mundial y trabaja con la menor presión posible y manteniéndose leal a sí misma y a sus ideales.
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