Agresivo e implacable, el Chacal de Cuba devora a su rival en Hialeah y asegura un nuevo capítulo en su carrera

Guillermo Rigondeaux bajó del ring y entre las primeras cosas que hizo fue buscar al periodista. Con un gesto afirmativo y la mano levantada, el “Chacal’’ solo atinó a decir de momento: “¿no te lo dije? Todavía hay leyenda para rato. Esto sigue y hasta campeón no paro’’.

Cualquier cosa es posible en el boxeo, pero lo que no cabe duda es que Rigondeaux se ganó el viernes por la noche el derecho de escribir un nuevo capítulo a su ya dilatada carrera con un triunfo sensacional por nocaut en el primer asalto sobre Jesús Martínez, en la velada Gran Noche de Boxeo Cubano 3 en el Hialeah Park and Casino.

Cuando en entrevistas previas, Rigondeaux prometió que verían un peleador distinto, más agresivo y comprometido con la victoria, muchos le escucharon con cierto recelo porque después de todo se trataba de un peleador al que no le cabe el talento en los guantes, pero que en ocasiones se divorcia por completo de la ofensiva.

Pero la promesa quedó cumplida por completo porque Rigondeaux no le dio un minuto de tregua al colombiano al llevarlo por primera vez a la lona en el primer minuto del asalto inicial y después finalizarlo con un golpe potente de su mano zurda que puso punto final al combate.

“Les advertí que venía diferente y ahí está la prueba’’, apuntó Rigondeaux en medio de los aplausos de miles de fanáticos que respondieron a su poder de convocatoria.

“Quería regalarles algo para recordar a estos aficionados que vinieron a Hialeah. Tenerlos aquí y que vieran mi actuación es algo que representa mucho para mí’’.

El público, si duda, fue testigo de una de las últimas presentaciones del doble campeón olímpico y doble titular profesional que ahora podrá sentarse a negociar con Premier Boxing Champions alguna pelea importante en las 118 libras, teniendo en cuenta que el campeón Naoya Inoue se va a la división superior y deja vacante varias fajas.

De hecho, de las oficinas centrales de PBC una persona -Luis de Cubas Jr.- estuvo muy pendiente de la actuación de Rigondeaux, a quien se le había sugerido que hiciera exactamente lo que hizo: mostrarse agresivo y, de ser posible, ir por un nocaut de contundencia.

“Mi hijo me dijo que si Rigondeaux se mostraba de esta manera, algo grande vendría para él’’, comentó Luis de Cubas padre. “Eso fue lo que todos vimos y ahora Luisito, estoy seguro, buscará algo importante porque Rigondeaux tiene un nombre de mucho respeto en el boxeo’’.

Para el santiaguero se trató de su primera pelea desde que cayera por decisión unánime en febrero de este año en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, frente al filipino Vincent Astrolabio y desde que sufriera un accidente doméstico que le afectara la visión y pusiera en duda su carrera en el ring.

A los 42 años, Rigondeaux demostró que aún merece ese capítulo final que le permita borrar las amargas experiencias de dos derrotas consecutivas frente a Astrolabio y John Riel Casimero, pero ahora con cierta inyección de agresividad que le venía faltando.

“Rigondeaux ha peleado en lugares más importantes y por mucha más plata, pero esta victoria aquí es especial’’, agregó de De Cubas padre.

“Aquí no vino por dinero sino por brillar delante de su gente, de quienes le conocen de sus tiempos de campeón olímpico, de quienes le siguen desde que llegó a este país. Todavía hay Chacal para rato’’.