Aires de diva, incómodos consejos y malos tratos en el set: Lea Michele, la talentosa actriz que genera amores y odios a su paso
Sorprendió con su voz y su carisma en Glee y tenía todo para volverse una estrella de la música y la televisión. Sin embargo, una personalidad difícil y varias denuncias de maltrato y comportamientos de diva la terminaron alejando de buenos papeles y oportunidades. Hoy, sin embargo, Broadway quiere darle a Lea Michele una nueva chance, pero nadie sabe a ciencia cierta cuál será la reacción de un público que parece haberle perdido el cariño.
Nacida en el Bronx, en una familia compuesta por una enfermera y el dueño de un almacén, Michele creció con las historias sobre la familia italiana de su madre y las raíces judías de su padre. Desde chica sintió interés por la música y se presentó a numerosos castings en Broadway hasta que logró ingresar a Les Miserables con solo 8 años. Allí comenzó una pequeña carrera ligada a los musicales, aunque siempre con papeles menores.
El salto a la fama llegaría en 2009 con Glee, la visión de Ryan Murphy de un taller musical en un colegio secundario estadounidense que reunía a todos aquellos “perdedores” y que incluía reversiones de clásicos musicales . En su momento la serie sorprendió por su mirada puesta en el hostigamiento escolar, las frustraciones familiares y los prejuicios, pero sin abandonar el humor ni los sueños.
En Glee los personajes no sólo “salían del closet”, sino que enfrentaban situaciones más complejas vinculadas con sus propias inseguridades, afectos y prejuicios. Y todo esto lo hacían cantando con voces increíbles, como la de Michele. Sin embargo, el éxito en pantalla era sólo una apariencia.
Y es que incluso en el pico de éxito de la serie, comenzaron a multiplicarse los artículos periodísticos que revelan que cuando se apagaban las cámaras el clima entre los actores era tenso. Y todos los ojos miraban a Michele, aunque Murphy y el estudio decidieron protegerla . Años más tarde, sin embargo, varios testimonios revelaron que su conducta, más cercana a una diva de Hollywood que a una joven actriz de televisión, dejaba mucho que desear.
A medida que las temporadas pasaban, crecía más y más el temor de Michele de perder protagonismo, por eso revisaba los guiones por anticipado para garantizar que su personaje siguiera la cantidad de líneas de diálogo propias de una protagonista. Y tenía numerosas exigencias a la hora de acondicionar su camarín y sus espacios de trabajo. Algunos recuerdan que cuando se rompieron el aire acondicionado del estudio, amenazó con denunciar al estudio con el sindicato de actores si no suspendían las grabaciones hasta su arreglo.
Durante el rodaje de las últimas temporadas de la serie, sus mayores desencuentros fueron con su compañera Amber Riley, quien se ponía en la piel de Mercedes en Glee y también impresionaba con su voz y su carácter. “ Ella vivía mandoneando, dando órdenes, pidiendo tal vestuario o determinada comida a una hora específica ”, le dijo la actriz al tabloide Star. Lo mismo contó Kate Hudson, la actriz que se ponía en el rol de Cassandra, quien en varias ocasiones reconoció que Lea era “demasiado mandona” y que incluso solía acercarse a sus compañeros entre escenas y darles consejos de actuación, una actitud que no era bien recibida por sus pares.
Pero no se llevaba mal con todos: Michele estuvo fugazmente de novia con Matthew Morrison, el actor diez años mayor que ella que en la serie hacía de su profesor. “Nos conocíamos de antes, de una obra de Broadway, y tuvimos una cita una vez, pero finalmente decidimos ser amigos”, aseguró la actriz minimizando el vínculo, aunque para muchos la relación fue más larga.
El momento de mayor tensión entre la actriz y sus compañeros fue en la ceremonia de entrega de los Grammy en 2011, cuando todos estaban nominados por la banda de sonido de la serie. A Michele le tocó presentar a la banda Lady Antebellum, pero cuando subió al escenario ninguno de sus compañeros la aplaudió, sino que se quedaron en silencio para sorpresa de todos los invitados y la prensa .
Todos, sin embargo, sintieron un duro golpe cuando uno de los protagonistas, Cory Monteith, falleció en julio de 2013 por una sobredosis de alcohol y heroína. El actor había comenzado con sus adicciones mucho tiempo antes, a los 12 años, y había atravesado varias instancias terapéuticas con distinto éxito. Cuando empezó en Glee estaba recuperado, pero volvió con los consumos problemáticos con el éxito de la serie.
La muerte de Monteith golpeó tanto al equipo de Glee como a su audiencia, que no estaba al tanto de la lucha personal del galán. Y fue más duro para Michele, que era la novia del actor en ese momento. Poco tiempo después, en la entrega de los premios Teen Choice Awards, dio un discurso que emocionó a todos.
Pero hace casi tres años, en medio de las protestas por el asesinato de George Floyd, Michele tuiteó con el hashtag #BlackLivesMatter y despertó la ira de una de sus compañeras, Samantha Ware, quien denunció que trabajar con ella fue “vivir un infierno” y que estuvo a punto de dejar la actuación por su culpa.
“ Lo que viví con ella fueron constantes microagresiones traumáticas y hasta llegó a decirle a una compañera que defecaría en mi peluca ”, aseguró. Uno de los bailarines de Glee se sumó diciendo que la protagonista los llamaba “cucarachas”.
Varios de sus excompañeros respaldaron los dichos de Ware, incluyendo a Heather Morris, Alex Newell, Melissa Benoist y Riley. Esto la llevó a emitir un comunicado pidiendo disculpas: “Una de las lecciones más importantes que nos dejan estas últimas semanas, es que debemos tomarnos el tiempo de escuchar y aprender desde la perspectiva de otras personas y analizar el rol que hemos jugado en el pasado para hablar de las injusticias que otros padecen. El otro día, cuando publique el tuit, lo hice para demostrar mi apoyo hacia nuestros amigos, vecinos y comunidades de color durante este difícil momento, pero las respuestas que recibí me hicieron analizar mi propio comportamiento, sobre todo mi actitud frente a mis compañeros de elenco y la forma en que la percibieron”.
Esto le recordó a muchos lo que escribió en su autobiografía Naya Rivera, una de las primeras en apuntar contra de Michele: “ Cuando mi personaje, Santana, comenzó a tomar más protagonismo, ella empezó a ignorarme y con el tiempo llegó a tal punto que no me dirigía la palabra. Lea y yo definitivamente no éramos las mejores amigas, y dudo que alguna vez nos sentemos en el sofá a comer juntas de nuevo ”. En el libro, Rivera también asegura que su compañera no fue al colegio secundario y que por eso no sabe leer bien.
El enfrentamiento entre las actrices era tan fuerte que cuando se conoció la noticia de la trágica muerte de Rivera, quien falleció ahogada mientras paseaba con su pequeño hijo, la actriz tuvo que desactivar su cuenta de Twitter por varios meses por las agresiones que recibía .
En varias oportunidades, Michele contó que Barbra Streisand era su ídola y uno de sus sueños era protagonizar Funny Girl. El deseo se le cumplió hace algunos días cuando la producción de Broadway le ofreció el rol de Fanny Brice en reemplazo de Beanie Feldstein.
Sin embargo, la noticia no fue bien recibida por todos en redes. Su excompañera Ware fue la primera en tuitear, diciendo que “Broadway defiende la blancura” y que se sentía muy afectada, además de compartir el mensaje de un usuario que aseguró que “esta industria recompensará el mal comportamiento una y otra vez”.
Por su parte, la actriz de la sitcom Community Yvette Nicole Brown directamente usó los emojis de vómito para comentar la noticia, lo que generó críticas por partes de los fans de Michele. “ No sé por qué están molestos conmigo. Pero no le temo a los fanáticos. Que vengan a quejarse, pero que lo hagan con pañuelos de papel porque se irán llorando cuando descubran lo que su estrella favorita realmente piensa de ellos ”, escribió.
En Funny Girl, Michele no podrá volver a trabajar con su excompañera de Glee, Jane Lynch, ya que la actriz tenía planeado dejar su papel desde hacía tiempo. Será el regreso de Michele a Broadway después de que el año pasado se sumara al concierto por los 15 años de Spring Awakening.