Alberto Estrella narra magnetismo que sintió al conocer a Tongolele

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 18 (EL UNIVERSAL).- El legado de Yolanda Montes Farrington, más conocida como Tongolele sigue vivo en la memoria de quienes la admiraron en la Época de Oro del cine mexicano, donde deslumbró con su belleza y movimientos de cadera.

Nacida en Washington, Estados Unidos, encontró su hogar en México, Tongolele se convirtió en una de las máximas representantes del cine de rumberas en los años 40. En la pantalla grande se le vio junto a leyendas como Germán Valdés "Tin Tan" y también bajo la dirección de cineastas como Emilio "El Indio" Fernández. "El fantástico mundo de Juan Orol" fue el último trabajo que hizo en la pantalla grande en donde trabajó junto a Roberto Sosa, Gabriela de la Garza, Jesús Ochoa y Alberto Estrella.

Este último dice a EL UNIVERSAL que recuerda con claridad el día en que conoció a Yolanda Montes. Fue en una función especial de "Cada quien su vida" en el Salón México, cuando las grandes rumberas del cine de oro mexicano se reunieron para develar la placa de las 500 representaciones de la obra.

"Eran como estrellas que bajaban del firmamento", rememora el actor de 62 años.

Ahí estaban Meche Barba, Ninón Sevilla, María Antonieta Pons, Amalia Aguilar, Rosa Carmina... y, por supuesto, Tongolele, con aquel característico mechón blanco que la convirtió en un ícono del cine mexicano. Para Alberto Estrella, cinéfilo de corazón, haberlas visto juntas en persona fue como hacer tangible la magia que tantas veces admiró en las salas de cine.

Tongolele no solo marcó una época con su estilo exótico y su destreza en la danza afrocubana, sino que fue una de las figuras más representativas del cine de rumberas. Participó en películas como "Las mujeres panteras", "La muerte viviente" y "El crepúsculo de un dios", además de compartir escena con como Germán Valdés "Tin Tan" en "El rey del barrio".

Yolanda Montes llegó a México en la década de los 40 y rápidamente se convirtió en un referente de la cinematografía nacional. Su debut en el cine se dio en 1947 con "Nocturno amor", pero fue "¡Han matado a Tongolele!" la que la catapultó al estrellato al año siguiente.

La última vez que Alberto Estrella coincidió con Tongolele fue en la grabación del video "Como si fuera un calcetín" de Astrid Hadad:

"Me acerqué con el desparpajo que da el sentir a alguien tan familiar", confiesa, admitiendo que al estar frente a ella, su mirada verde lo atravesó con la misma intensidad con la que cautivó a generaciones enteras.

"Le dije: 'Señora Yolanda, yo la he admirado siempre'. Y ella, con su acento característico, me respondió: 'No, tú y millones no me han admirado a mí, Yolanda. Han amado a Tongolele'". En ese instante, dice que comprendió algo esencial: Tongolele no era solo un personaje, sino un mito que ya vivía en el imaginario colectivo, un espíritu inmortal del cine mexicano.

Tongolele falleció el 16 de febrero de 2025 a los 93 años. Alberto Estrella, al despedirse de ella, invita a recordar la época dorada del cine y a valorar a quienes forjaron su historia.

"El legado de Tongolele nos obliga a repasar nuestros símbolos en la cinematografía, a reconocer esa época en la que las rumberas transformaron la pantalla con su arte y su magnetismo", finaliza el actor.