Alberto Montt y Liniers: así es filosofar (y carcajearse) con los ilustradores latinos más reconocidos

Uno, el chileno-ecuatoriano, es de humor ácido y muchas veces sombrío. En un momento puede relatar pasajes tan inocentes como hermosos de su hija Laura para luego transformarlos de tal forma que en lugar de un “aaaawww”, te salga una sonora carcajada. Mientras que el otro, el argentino que ahora vive en Estados Unidos, apela a una ternura que te envuelve de tal forma que no sabes en qué momento su narración se volvió cruda y divertida. Juntos: Alberto Montt y Ricardo Siri Liniers, respectivamente, son dinamita pura.

Conocemos su trabajo como ilustradores y sus personajes reconocidísimos: de Liniers, la pequeña Enriqueta y su gato Felini, Olga y los duendes de largos sombreros; de Montt, Laura y Dino, las travesuras de Dios y su compa el Demonio, y más recientemente la maldita Ansiedad que no nos deja.

Cada uno tiene un estilo tan distintivo como su humor, pero ¿fuera de los libros? ¿son buenos tipos? ¿son tan ácidos o tiernos? ¿Filosofan todo? ¿ven la vida como una broma (buena o mala… cada quien)?

En una entrevista con Animal MX pudimos constatar que sí, efectivamente: todo el tiempo bromean, son tan amigos que se completan frases, cuando les preguntas cómo se conocieron relatan una historia tan loca que puede ser tan cierta como falsa y tú decides si creerlo o no, y al final te quedas con la sensación de que sí, efectivamente, son buenos tipos a pesar de que Alberto Montt -a diferencia de Liniers– no crea que existan las buenas personas.

¿Qué es lo que hace a una buena persona?

Alberto Montt: Yo creo que la buena persona no existe. Yo creo que existen momentos en donde la gente mala es buena y ¿qué es lo que hace una buena persona? No creo que existan las buenas personas, hay buenos momentos.

Ricardo Siri Liniers: Es como la felicidad: no vivís en la felicidad, llegas, tocas y te vas para atrás. Entonces la buena persona a veces se porta mal, la mala persona a veces se porta bien y todos somos una mezcla. Ahora ¿qué es lo que debería hacer alguien para tratar de ser buena persona? Yo creo que ser un poco más empático.

Montt: ¿Entonces que la empatía hace buena a la persona?

Liniers: , porque estás viendo a la otra persona y te puedes poner en el lugar del otro y si te puedes poner en lugar del otro quiere decir que sos una persona que no sos tan egoísta, si no sos tan egoísta, sos mejor persona.

Montt: Yo creo que todo es un show, que es la necesidad de la gente de caer bien y ser aceptada.

entrevista con ricardo siri liniers y alberto montt, ilustrador
entrevista con ricardo siri liniers y alberto montt, ilustrador

Foto: Sharenii Guzmán | Animal MX

¿Entonces los niños y las niñas serían una especie aparte?

Liniers: Los niños son igual que los grandes, lo que pasa es que hay esta mentira de que “los niños viven en un mundo mágico de ilusión” y no, hay niñitos insoportables, niñitos buenos tipos, niñitos futuros ladrones. ¡Donald Trump fue un niño! Y debe haber sido un niño al que tenías que haberte resistido a pegarle un bife cada 10 minutos.

Además ¡todos somos niños! El universo tiene 13 mil 700 millones de años y nosotros vivimos 80-90, es medio lo mismo que vivir cuatro; o sea, somos todos bebitos.

Montt: No creo que sean una especie aparte, más bien es la misma, pero con menos relleno. Como un combo distinto del Burger King: pides el combo con tres hamburguesas que es súper tóxico o pides el de una hamburguesa que igual es tóxico, pero tiene menos. Son como un cassettcito sin grabar, pero un cassette.

¿Cuál es la frase más arrolladora que les han dicho sus hijas?

Montt: Una vez que me dijo: “¿qué es esa cosa tan chiquita que tienes cuando te duchas?”

(risas).

Liniers: A mí me dijo: “¿caracol?” (risas) No, una vez con mi hija muy chiquita, -porque uno se prepara emocionalmente para que en algún momento sepan más de algo de tecnológico, pero a los 20-18 años-, pero cuando Matilde, mi hija, tenía cinco años estaba muy entusiasmada con los dinosaurios y se sabía que el Velocirraptor, que el Albertococo, que el Albertosaurio, y entonces yo muy paternalmente -porque como era mi primera hija todavía estaba estrenando mi sabiduría paternal- le digo: “bueno Matilde, si estudias mucho y te preparas, cuando seas grande por ahí puedes trabajar de arqueóloga y buscar dinosaurios”.

Y me dijo: “papá, los paleontólogos buscan dinosaurios, no los arqueólogos”.

¡Tenía cinco años y ya intelectualmente me hizo una toma de Judo que yo quedé tirado en el piso!

Montt: Yo creo que la más devastadora por las implicancias fue una vez que me preguntó si le iba a cuidar siempre.

¿Le miento o le cuento ahora que voy a estar un rato? Respondí que sí, pero después de pasar todo un rollo en la cabeza por media hora pensando: ¿pero qué te digo? ¿Que te amo con locura y voy a tratar de darte las herramientas necesarias para sobrevivir un mundo que es hermoso, pero a la vez es destructor y que quiere comerte, pero también te va a dar mucha alegría y voy a tratar de que esas herramientas funcionen en tu cabecita pequeña que va a ir creciendo y vas a descubrir que el mundo vale la pena, pero probablemente yo muera antes de poder ver que tú floreciste como lo que yo creo que vas a llegar?… entonces le dije: “Sí”.

“La frase más devastadora de mi hija, por sus implicancias, fue una vez que me preguntó si la iba a cuidar siempre”.

alberto montt y liniers
alberto montt y liniers

Foto: Sharenii Guzmán | Animal MX

¿Qué era lo que más dibujaban ustedes cuando eran niños? ¿Se acuerdan?

Montt: Yo copiaba mucho. Todavía. Mi viejo me traía revistas de Condorito o Mafalda y yo calcaba. No siento que ha sido un niño muy creativo hasta cuarto grado que comencé a hacer robots, dibujaba muchos robots.

Liniers: A mí me gustaba dibujar batallas y me gusta dibujar batallas con rayo láser, porque hacías el dibujo con lápiz y después con un marcador rojo y azul marcabas y  hacías el ruidito en tu cabeza “chú, chúchú”.

Y la verdad que sigo esperando que inventen armas de rayo láser. No sé qué estamos esperando, ¡así nunca voy a estar a favor de la guerra! Hasta que no hagan las batallas con rayo láser como me dijeron que iban a ser cuando yo era chiquito, voy a estar en contra de las guerras. Les voy avisando Putin y compañía: hasta que no hagan eso, yo no apoyo ninguna guerra.

¿Tienen alguna pluma o plumín favorito que siempre carguen?

Montt: No, me gustan mucho las plumas como objeto. Casi no los uso.

Liniers: A mí me gustan y obviamente tengo plumas y plumines, pero cuando vives en países como Argentina o Chile no te podés encariñar con nada porque la pluma a veces hay luego no hay, la marca de papel que venía ya no viene más.

Montt: Al final para mí es el fetiche de la pluma y nada más… tengo unas 50-60 plumas fuente lindas.

Liniers: Yo tengo una y no está buena.

Montt: Y él dibuja a mano y yo no.

¿Se acuerdan cuando eran niños qué deseaban ser al crecer?

Liniers: Yo tengo un recuerdo de ser muy chiquito y me imaginaba en el año 2000, hice el cálculo y entonces iba a tener 27 años y pensaba: “¿cómo voy a ser yo a los 27 años?”. Me imaginaba con una campera de cuero, andando en moto y con bigote.

Y muchos muchos años después, muchísimos años después, pongo la televisión y justo estabas empezando el videoclip de “Crazy little thing called love” de Queen y aparece Freddie Mercury en su versión más gay posible, con una moto, con campera de cuero y me digo: “Ah, así voy a ser, ese es mi futuro”. Así que cuando era chico quería ser mucho más gay de lo que terminé siendo, ¡es una lástima!

Montt: Yo de chico recuerdo que fui cambiando siempre. Era muy curioso y de repente conocía a un ingeniero y decía “¡yo quiero ser ingeniero!” o “¡yo quiero ser un biólogo!”. Lo que más me duró fue biólogo marino, pero yo no quería estudiar nada, yo no quiero trabajar. Me habría gustado llegar a ser un ilustrador conocido y reconocido sin haber dibujado, pero no se logró tan fácil. El trabajo para mí es lo peor. Yo habría querido ser multimillonario.

Liniers: Sí me acuerdo cuando a los 10 años  dibujaba La Guerra de las Galaxias y leía historietas y decía “uy, esto está bueno”, pero nunca pensé que iba a poder dibujar las historietas que yo quería dibujar.

Hubo una época que quise ser arqueólogo, con mi amigo Federico, por Indiana Jones, dije: “ah, si sos arqueólogo vas a pelear contra los nazis” y luego me di cuenta que hay que saber sobre los sumerios y ¡no, no! ¿¡estudiar?! Hollywood, mentiste una vez más y me rompiste el corazón otra vez.

¿Qué es lo peor y qué es lo mejor de las redes sociales?

Montt: Para mí lo mejor es la capacidad que te da de ser tú quien decide qué contenido consumes. Entonces te vuelves tu propio editor de historia.

Liniers: Pero como decía el tío del Hombre Araña: “con mucho poder viene mucha responsabilidad”.

Montt: Exactamente. Entonces si tú eres el editor, estás jodido porque también -y esto es lo que me parece lo malo- es el templo de aquello que yo considero que es lo peor que sucede en este momento en la Tierra: ese individualismo exacerbado y esa sensación de que todos son especiales, que todos merecen el reconocimiento y los ojos del mundo sobre ellos, que lo que hacen es muy importante y que los sentimientos de cada uno son un templo sacrosanto de intocabilidad y que cualquier cosa que se meta con aquello que yo considero que es bueno debe ser eliminado de la faz de la Tierra.

Las redes sociales para mí es el templo de ese pensamiento estúpido absolutamente fascista.

Liniers: Nosotros al crecer el rango de impacto de nuestras ideas eran nuestros amigos, mis viejos y mis hermanos.

Pero las generaciones post redes tienen 200, 2 mil, 20 mil seguidores, piensan: “lo que estoy diciendo no solo está impactando a mis padres, amigos o hermanos, ¡son 20 mil personas! ¡es un estadio que me está prestando atención”. Eso es lo que genera estas acciones performáticas: “yo estoy en contra del racismo”, uy, ¡pues gracias, Martin Luther King!

¡Andá, salí! Para mí tenés derecho a decir que sos activista después de cinco veces que fuiste preso por marchas, te cagaron a  palos, ahí sos activista, ¡si tuiteas o sos influencer, no! Activismo es poner en juego el físico.

Montt: Yo creo que es el caldo de cultivo más hermoso de la estupidez humana.

Liniers: ¡Ni hablar de los justicieros sociales! En su vida hicieron más que una auto foto.

Montt: Uff, y los correctores del universo.

Liniers: Oye, ¡pero no somos unos viejos chotos! Saludos centennials, nos encanta su música.

Y como señores cuarentones, ¿tienen TikTok?

Montt: ¡No! Hay un nivel de dignidad…

Liniers: Y que ya está medio…