Alejandra Martos sobre su padre, Raphael: 'Estas cosas llevan su tiempo'

Alejandra Martos
(GTRES)

Son las últimas imágenes que tenemos de él. Con la misma mirada pícara de El Golfo y la sonrisa que enamoraba a Margaret Peters en Cuando tú no estás, que ya saben, los ídolos no están sujetos a las mismas coordenadas espacio temporales del resto de los mortales... Eso sí, ahora, bajo el ala de un panamá y con el amor de su vida, esa gran mujer que es Natalia Figueroa, un paso detrás de él, del gran hombre, del incombustible, del divino Raphael, aunque a veces nos asuste demostrándonos que también es humano.

HOLA+4200 Raphael
Raphael con su mujer, Natalia Figueroa
Raphael con su mujer, Natalia Figueroa

Pertenecen a hace casi un mes. Concretamente, a diez días después del fallo cerebrovascular que le sobrevino, durante la grabación de una entrevista para La Revuelta, un triste 17 de diciembre. Desde su salida del hospital Doce de Octubre, donde ya hace 22 años volvió a nacer tras un trasplante de hígado casi milagroso, la preocupación y la incertidumbre y la intriga (mediáticas) se ciernen en torno al artista. Primero, por el desconocimiento general sobre el linfoma cerebral que le fue diagnosticado; también, porque son 81 años ya los que tiene este titán de humanidad desmedida; porque, para no forzar la máquina, el mismo 18 de diciembre se decidió cancelar sus conciertos, para relajar la presión del trabajo, y especialmente, por qué no decirlo, no estamos acostumbrados a la discreción y la prudencia marca de la casa Martos/Figueroa. "Lo importante es que está bien, está tranquilo y siguiendo su tratamiento. Estas cosas llevan su tiempo", cuenta Alejandra, su hija, a ¡HOLA! Un tratamiento que, según también hemos podido saber, Raphael sigue a 'rajatabla', porque es "disciplinado" y "muy buen paciente", y en el que toda la familia colabora activamente para que, tal y como ha dicho Natalia, su mujer, "esté sereno y tranquilo". Y con un único foco: el amor de quien quiere y le quiere. Y en esa protección, Raphael hace una vida tranquila, con la actividad física y mental necesaria para el restablecimiento de sus capacidades, al margen de comentarios y estímulos innecesarios, con llamadas telefónicas justas y con las visitas de amigos y familiares que saben que le van a hacer muy bien. "Está ilusionado y fuerte", nos apuntan. Y nos alegra muchísimo.

Los hijos de Raphael
Los hijos de Raphael

Te puede interesar