Aleks Syntek celebra su extensa carrera mientras se libera de las polémicas

Debido a la pandemia, Aleks Syntek tuvo que abandonar los planes que tenía para celebrar sus tres décadas de carrera. Han tenido que pasar tres años para que emprenda un tour estadounidense dedicado a la conmemoración, que se inició el 13 de este mes en Nueva York y que, en lo que respecta a nuestra área -que ha visitado frecuentemente-, incluye una presentación en House of Blues de Anaheim, el 18 de julio, y otra en The Wiltern, el 29 del mismo mes.

En la actualidad, el reconocido cantautor y productor mexicano puede darse el lujo de decir que ha sido nominado nueves veces al Latin Grammy y una al Grammy; que ha ganado tres Premios Billboard de la Música Latina; y que ha compuesto música tanto para el cine como para la televisión, lo que le permitió obtener en cierto momento un Ariel, otorgado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

Claro que, si se tratara de repasar toda su vida bajo los reflectores, habría que remontarse a mediados de los ‘70, cuando el músico nacido en Mérida bajo el nombre de Raúl Alejandro Escajadillo Peña, pero criado en Ciudad de México, empezó a aparecer en comerciales televisivos.

“Llevo en el ambiente artístico prácticamente desde los seis años. Desde que tengo uso de razón, visitaba foros y veía cámaras, actores y artistas”, nos dijo Syntek durante una reciente entrevista por Zoom. “He conocido a mucha gente y la verdad es que amo profundamente esta profesión. Pero la música fue un llamado muy natural desde que era niño, porque yo veía un instrumento y lo quería tocar. Nunca le pregunté a nadie si lo mío era ser músico. Fui y lo hice. Siempre digo yo no elegí tocar el piano, sino que el piano me eligió a mí”.

Después de los comerciales, llegó “Chiquilladas”, un programa televisivo de Televisiva que estaba hecho para los niños y que combinaba música, parodias y sketches inspirados en telenovelas. El fantasma de ese show no lo ha abandonado. A veces, lo detienen en la calle para tomarse una foto con él, pero por su participación en el show, no por sus esfuerzos musicales.

“En esa época [la de ‘Chiquilladas’] no había internet, no había redes sociales. La gente se sentaba con mucha atención frente al televisor, y ‘Chiquilladas’ tuvo un rating brutal”, comentó el artista, para referirse luego a dos de los shows más grandes en la historia de la televisión latinoamericana. “Se veía más que ‘Siempre en Domingo’ y que ‘El Chavo del Ocho’, incluso. Pero yo duré solamente dos años en el programa, desde 1981 hasta 1983”.

“Hay mucha gente que no puede olvidarlo. Sin embargo, creo que es algo positivo, porque la gente de mi generación se acerca a mí como si fuera un miembro de su familia al que vieron crecer”, agregó.

Pero ser asociado con lo que hizo inicialmente para la pantalla chica no fue siempre satisfactorio. Cuando empezó a abrirse camino en el mundo de la música, las disqueras lo rechazaban debido a esos mismos antecedentes. “‘Vete a contar chistes con ‘Chiquilladas’, me decían”, recordó. “No creían en mi vocación de músico, y me costó mucho trabajo ganarme el derecho de piso. Eso dolía, porque la actuación fue algo que hice por juego, por divertirme, mientras que me he tomado muy en serio mi carrera como compositor y como músico profesional”.

Aprendizaje y estallido

Syntek tuvo una formación autodidacta, aunque asegura que esta se dio por necesidad, no por una decisión propia. “En mi época de ‘chavo’, las escuelas de música en México eran muy rudimentarias, con pura enseñanza clásica; no había nada de tecnología contemporánea”, precisó. “A menos que tus papás fueran de posición acomodada y te pudieran mandar a Berklee [College of Music] o a Los Ángeles, al IM [Music Institute]. Y ese no fue mi caso”.

Para poder aprender sobre la marcha, nuestro entrevistado consiguió un trabajo sin pago en Organorama, una tienda de teclados electrónicos, donde mostraba a los clientes los instrumentos y donde se le dejaba ensayar y hasta componer canciones con ellos. De hecho, fue entonces que recibió el apelativo ‘Syntek’, porque sus conocidos lo llamaban “el sin teclados”.

Aparte de tocar el piano y la guitarra, el yucateco es un tenor con una voz muy particular -melódica y de registro amplio- que se desarrolló igualmente por cuenta propia. “Yo siempre he sido autodidacta”, comentó. “Empecé trabajando en estudios de grabación a los 14 o 15 años, programando la computadora para productores de la época, y posteriormente empecé a colocar mis canciones con artistas famosos como Timbiriche, Tatiana, [Manuel] Mijares y Pandora”.

A partir de ahí, se inició un recorrido que lo llevó a participar brevemente en Kenny y los Eléctricos, una de las bandas más importantes del rock mexicano de los ‘80, pero que tomó realmente forma cuando fundó La Gente Normal, un grupo de pop rock y new wave cuyo primer álbum, “¡Hey tú!”, se lanzó en 1990, lo que haría de hecho que sus primeros treinta años de trayectoria musical se hubieran cumplido en 2020, como lo afirma.

Cuando esta agrupación se desintegró, Syntek se convirtió en solista, y antes de lanzar su album debut en ese formato, logró darle vida a su primer hit monumental, “Sexo, pudor y lágrimas”, convertido en tema principal de la exitosa comedia romántica del mismo nombre, que se estrenó en 1999.

Inmediatamente antes de eso, el artista se encontraba en una etapa particularmente complicada, porque EMI, la compañía discográfica para la que trabajaba, estaba a punto de darle la carta de retiro y se estaba peleando con su manager.

“Todo estaba saliendo mal, y fue entonces cuando recibí la llamada de Antonio Serrano, que era un conocido director de teatro, y que me pidió que compusiera la música de la que iba a ser su ópera prima [en el cine]”, recordó Syntek. “Nunca imaginé el éxito que iba a tener, porque en esa época no existían ni siquiera los ‘soundtracks’ de cine mexicano. Los inventamos en ese momento”.

“Sexo, pudor y lágrimas” es una balada de desamor, a la vez tierna y desgarrada, que destaca las cualidades vocales del yucateco con el sutil acompañamiento de un ‘beat’ electronico cuyas cadencias remiten al trip hop. Curiosamente, la versión original no lleva piano, que es el instrumento esencial en las obras de Syntek.

Y aunque es uno de sus temas más reclamados, el autor asegura que su ‘hit’ más internacional sigue siendo “Duele el amor”, incluido en su segundo álbum “Mundo Light” (2004) y grabado al lado de Ana Torroja, la legendaria cantante española que, en ese momento, trabajaba ya como solista, luego de haber sido vocalista de la emblemática banda de pop Mecano. “Logró conquistar Europa y llegar a lugares donde ni siquiera se habla español”, enfatizó el músico.

Entre géneros 

Las dos piezas citadas son inevitables en el repertorio de aniversario, que le dejará también espacio a composiciones muy recientes, como es el caso de “En cuerpo y alma”, que forma parte de una nueva telenovela llamada “El juego de mentiras” y producida por Telemundo.

Colaborar con canciones en telenovelas -algo que ha hecho en más de una ocasión- se podría ver como una estrategia exclusiva de los artistas de pop más apegados al ‘mainstream’. Pero nuestro entrevistado, sin haber sido nunca realmente ‘alternativo’, ha recorrido una infinidad de ritmos a lo largo de su carrera, entre los que se encuentran experimentaciones de lo más electrónicas, baladas acústicas, incursiones en la cumbia y hasta danzones.

“Yo siempre he sido ecléctico. Juego con la música y desafío al público, porque nunca han sabido determinar en qué género estoy”, afirmó. “Algunos me consideran rockero porque empecé en el ámbito del rock. Otros me consideran popero, porque estuve en el '90's Pop Tour' [de 2017]".

“Pero he interpretado incluso canciones mías con arreglos sinfónicos al lado de [la directora y fundadora de la Orquesta Filarmónica de las Américas] Alondra de la Parra”, agregó. “Esto se da porque yo veo la música como un mundo global donde no hay barreras ni fronteras, donde la experimentación y la fusión se pueden dar. No me gustan las etiquetas, la verdad”.

Pese a lo prolífico que es y al tiempo que lleva en esto, Syntek no ha recibido nunca un Latin Grammy. “Es increíble. Tengo nueve nominaciones al [Grammy] latino y una al americano”, precisó. “Creo que no soy tan popular entre los miembros que votan, porque la mayoría de ellos son de Miami y de Puerto Rico, donde no he pegado tanto como en otras latitudes”.

No le falta razón. Se ha dicho desde siempre que muchos de los integrantes de la Academia Latina de la Grabación se limitan a celebrar lo que realmente conocen y que suelen obsesionarse con ciertos artistas. Además, lo que hace nuestro entrevistado es mayormente comercial, sí, pero tiene a la vez un perfil bajo que va de la mano con la personalidad de su creador.

Sea como sea, en sus palabras, el reconocimiento más importante que puede tener proviene del público y de su familia. “Lo mejor que me ha pasado es ver a mis hijos felices y tener una familia funcional”, nos dijo. “Llevo 22 años de casado, y hay pocos artistas que pueden tener a una familia tan unida después de tanto tiempo”.

Read more: 'Sexo, pudor y lágrimas' recibe una merecida actualización

El inicio del conflicto

Durante la mayor parte de su carrera, Syntek ha dado de qué hablar exclusivamente por su labor musical. Pero todo eso cambió en 2017, cuando unos comentarios suyos en un programa televisivo desataron lo que ha sido visto por muchos como una batalla personal contra el reggaetón que se ha prolongado hasta el día de hoy.

“Yo nunca me había metido en polémicas. Soy de perfil muy bajo; no exhibo a mi familia ni me exhibo en redes sociales”, aseguró. “Hasta que un día expresé mi descontento no como artista, sino como papá, con la vulgaridad de estas letras que son expuestas hasta en las escuelas primarias”.

“La prensa de escándalos lo tradujo como que yo estaba celoso por el éxito del reggaetón, cuando nunca he hecho una campaña en contra de nadie”, añadió. “Son los periodistas los que vienen y me preguntan constantemente [sobre el tema], poniendo en mi boca palabras que no dije”.

Para sustentar su argumento, Syntek pone como ejemplo lo que sucedió en una emisión del programa digital “La Saga”, realizada en el pasado mes de mayo, cuando se le preguntó por el arrollador éxito actual del exponente de ‘corridos tumbados’ Peso Pluma.

“Mi respuesta fue que amo la música mexicana, y que nada me alegra más que le vaya bien a un mexicano y que esté encabezando los primeros lugares”, retomó el artista. “Al día siguiente, en los periódicos, [se] decía: ‘Aleks Syntek asegura que Peso Pluma hace música de cavernícolas’. ¿De dónde sacaron eso?”

Enrique Bunbury al lado de Syntek durante la premier de 'Cantinflas' en el Roosevelt Hotel de Hollywood, en agosto de 2014.
Enrique Bunbury al lado de Syntek durante la premier de 'Cantinflas' en el Roosevelt Hotel de Hollywood, en agosto de 2014. (Todd Williamson/Invision/AP)

“Yo creo que en este mundo de la música hay gustos para todos y hay público para todos, pero seguiré defendiendo a artistas como Fehr Rivas, que son exponentes de otros géneros musicales, que son emergentes y que requieren que el público los escuche”, detalló, aludiendo al cantautor mexicano radicado en L.A. que está abriendo todos los conciertos de Syntek en la presente gira. “Hay buenos artistas de bolero, de pop, de rock, de salsa y de bachata, haciendo música maravillosa pero sin la atención de la industria”.

En todo caso, la cautela que nos mostraba ahora no estuvo siempre presente, porque, en la entrevista con la popular conductora televisiva Adela Micha que mencionamos más arriba, y que se puede encontrar en YouTube, dijo abiertamente que “el reggaetón viene de los simios”.

“Sí, eso está en la huella digital de internet y no lo voy a poder borrar jamás”, reconoció. “Resultó una broma. Yo estaba bromeando con Adela Micha porque estábamos hablando sobre los instintos sexuales, y le dije que el instinto sexual era un instinto animal que nos volvía ‘changos’. Entonces le dije de broma que el reggaetón viene de los simios. La prensa lo tradujo como un ataque, como una especie de insulto, pero esa no era mi intención”.

En esos momentos, y en un intento por esclarecer lo sucedido, Syntek usó sus redes sociales para publicar un comunicado en el que pedía disculpas a quienes se hubieran sentido ofendidos por sus palabras. “Pero la prensa no me lo perdonó, y se inventaron una guerra inexistente entre la música urbana y yo, lo que lamento mucho porque no ha sido para nada lo que he expresado”, juró.

“Soy, como te digo, un papá que se preocupa por sus hijos, que se preocupa por hacia dónde va este planeta. y mi manera de contribuir es con música que eleve el alma, que haga una buena acción en la conciencia del ser humano”, agregó. “Creo que estamos viviendo tiempos locos donde se están buscando cosas ‘trendy’ y virales, y lo que más llama la atención son las malas noticias”.

Una imagen diferente

Syntek es un artista de conducta apacible que no levanta la voz y cuya apariencia no corresponde necesariamente a lo que dictamina la industria musical en lo que respecta a sus ídolos.

Él mismo ha reconocido que es “un poco aprensivo”, que tiene ciertos tics y que se ha hecho un implante de cabello, lo que significa que le interesa verse bien ante su audiencia mientras transita una época marcada profundamente por la imagen.

“Bueno, yo luzco bastante bien físicamente porque no tengo vicios; no fumo ni tomo”, enfatizó. “Desde que me casé, hace 22 años, soy completamente abstemio. Mi problema del tic de los ojos es neurológico e incurable. Lo he tratado con oftalmólogos desde niño. Lo más que puedes hacer es inyectarte botox para que se te dejen de cerrar los párpados”.

“Es una reacción involuntaria. Y en las redes sociales, lo usan obviamente para burlarse”, admitió. “Pero estoy acostumbrado. O sea, considero que los ‘haters’ no son tus enemigos. Son fans bizarros, pero son fans al fin y al cabo”.

Pese a los retoques evidentes que se ha hecho, Syntek asegura que, para él, la pinta es lo de menos. “Lo que menos importa es mi ‘look’, lo que menos importa es si estoy guapo, feo, gordo, chaparro, blanco, prieto o lo que sea”, dijo. “Lo que importa es que me siento en un piano y hago felices a los demás. Y eso me hace también muy feliz”.

El caso inglés

Más allá de sus desavenencias con los reggaetoneros, Syntek se enfrentó hace cinco años a una circunstancia particularmente incómoda generada por unos textos privados de Instagram con un usuario que empleaba el nombre de ‘Lemon Brick’ y que aseguró luego ser un adolescente britanico de 17 años.

El mismo usuario publicó el intercambio de mensajes, donde aparecía siendo abordado por un Syntek al que supuestamente desconocía por completo y que, en cierto momento, luego de mencionarle su fascinación por la música inglesa, le dijo: “Me gustan los chicos lindos como tú” [“I like cute British [sic] like you”].

Nuestro entrevistado no negó nunca que se hubiera dado la conversación virtual, ni lo hizo ahora, aunque se puso en una posición naturalmente defensiva. “Todos los seres humanos cometemos errores; no hay nadie perfecto en este mundo”, fue lo primero que dijo cuando le tocamos el tema. “Si yo me concentro en ver tus defectos, los voy a encontrar. Y si quiero perjudicarte en redes sociales y hablar mal de ti, en lugar de ver las virtudes que tienes como periodista, las voy a encontrar y voy a sacar cosas de ti”.

“Lo del chico que mencionas fue muy lamentable porque fue un señalamiento muy grave”, agregó. “Pero, si te das cuenta, se dio justamente cuando hablé mal del reggaetón, lo que me ganó muchos enemigos. Fue un asunto rarísimo, porque nunca se comprobó la identidad de esta persona, que terminó siendo falsa”.

Según Syntek, nadie logró dar con el paradero de “Lemon Brick” ni mucho menos hablar con él. “Estamos hablando de un caso en mis 53 años de vida y 33 años de carrera”, pronunció. “Jamás ha habido un Me Too, jamás han salido varias personas a decir que yo haya hecho algo. Fue un caso muy extraño, pero lo que más es extraño es que todo el mundo lo tomara tanto en cuenta y les pareciera tan factible, cuando no hay nada en mi historial que haga sospechar que yo sea una persona desacreditable o señalable en ese sentido”.

“Yo sigo mi camino, sigo haciendo música y sigo demostrando quién soy a través de mi trabajo y de cómo procedo”, dijo. “Si hay algo en lo que me puedan acusar, que vayan y hagan una demanda en un juzgado, en lugar de andar diciendo cosas en internet. Lo único que le pido a mi público es que no crea en esas mentiras que tanto circulan ahora”.

Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Sign me up.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.