Alienación, política y ecología: cinco imperdibles series y películas que tienen a los zombis como protagonistas
The Last of Us ya es uno de los booms de la temporada que acaba de arrancar. La taquillera serie de HBO Max, basada en un famoso juego de PlayStation y con banda sonora del músico argentino Gustavo Santaolalla, despertó en la previa una expectativa enorme que los dos primeros capítulos estrenados hasta el momento no han defraudado. No solo los gamers la celebran en redes sociales, también están de parabienes los fanáticos de los zombis, figuras legendarias del culto vudú haitiano que ya tienen una larguísima historia en las ficciones audiovisuales .
Para HBO las noticias no podían ser mejores: en pocos días, el atrapante piloto de esta serie protagonizada por el chileno Pedro Pascal y la joven estrella inglesa Bella Ramsey –dos figuras del gran elenco de Game of Thrones– acumuló cerca de 20 millones de visualizaciones, y el siguiente ya araña los 6 millones, un arranque explosivo que colocó a este relato distópico en el podio de las producciones más exitosas de la historia de la plataforma, no tan lejos de bombazos como Boardwalk Empire y La casa del dragón .
Atentos a esa buena respuesta, los encargados de marketing de HBO decidieron potenciarla redoblando los esfuerzos de promoción con impactantes recreaciones del escenario posapocalíptico en el que se desarrolla la trama levantadas en algunas ciudades del mundo que tienen una gran afluencia turística todo el año: un sector de la famosa y muy transitada Plaza de Callao en Madrid, por ejemplo, ha sido ambientado en los últimos días como una de las zonas devastadas por la expansión del hongo Cordyceps que en la serie provoca un desastre generalizado imposible de contener.
También han empezado a circular discusiones informales sobre la posibilidad real de que la humanidad sufra algo parecido a lo que plantea esta ominosa ficción. En la era de las fake news, era imposible que no ocurriera, sobre todo porque el Cordyceps es un género de hongos real (aunque ataca solo a insectos), porque la catástrofe se desata debido a la multiplicación de zombis por contagio cuando tenemos muy fresca la imagen de la última pandemia, y porque uno de los detonantes es el cambio climático. Los guionistas de The Last of Us trabajaron con plena conciencia en una ficción que reprodujera algunos de los más grandes temores contemporáneos. Y acertaron .
Breve historia de los zombis en el cine
Como decíamos, hay una rica tradición de ficciones apocalípticas regadas de zombis. Difícil hacer una lista muy exhaustiva porque realmente son muchas. Pero lo cierto y comprobable es que su magnetismo suele crecer en contextos con características bastante similares, como han señalado más de una vez algunos académicos.
La socióloga canadiense Michèle Lamont, docente en las universidades de Princeton y Harvard, por ejemplo, sostuvo en una entrevista reciente que “mucha gente encuentra una especie de confort en las narrativas posapocalípticas en los momentos que son política y económicamente tumultuosos”. Marina Garcés, filósofa catalana conocida sobre todo por ser la autora de Nueva ilustración radical, un libro breve y muy eficaz de la colección Nuevos Cuadernos Anagrama que ya va por su octava edición, fue todavía más allá: “Probablemente, los héroes más emblemáticos de nuestro tiempo son los socorristas del Mediterráneo. La acción más radical de nuestros días es salvar vidas, más que cambiar el mundo. Cuidarnos es la nueva revolución. Pero esos cuidados son puramente paliativos. Por eso, quizás, el imaginario colectivo del presente se ha llenado de dráculas, calaveras y zombis”. El planteo de Garcés es difícil de refutar: cada vez es más evidente que el lugar de las utopías fue ocupado por el deseo más básico de la supervivencia. De eso se trata principalmente The Last of Us, cuyo éxito podemos relacionar sin muchos rodeos con la pertinencia de su fatalista diagnóstico.
Pero antes de esta serie dirigida por Craig Mazin –quien ya había acreditado su pericia para moverse en terrenos desolados en Chernobyl, una coproducción entre HBO y el canal británico Sky One que hoy puede verse en Argentina en HBO Max y Movistar Play–, hubo muchos zombis que aparecieron como emergentes de coyunturas sociales específicas. El primer zombi cinematográfico, de hecho, fue una creación de un hechicero haitiano interpretado por Bela Lugosi en una película cuya alegoría más notoria era la desgracia de la esclavitud, que en Estados Unidos fue abolida recién en 1865: La legión de los hombres sin alma (1932), de Victor Halperin (disponible en QubitTV), ponía el foco en ese problema y también era una crítica temprana a la alienación capitalista, con esos humanos privados hasta de la muerte para que no dejen de ser productivos.
Además de tematizar la alienación provocada por un sistema caracterizado por las inequidades y la esclavitud, las películas de zombis también trabajaron sobre la paranoia que se despertó en las grandes ciudades con el avance de las inmigraciones provocadas por los conflictos bélicos del siglo XX, el “miedo al otro” que refleja Yo anduve con un zombi (1943), de Jacques Tourneur (también en QubitTV), y que luego tuvo un vasto despliegue en Hollywood con las películas que advirtieron con gravedad sobre la amenaza del comunismo.
En todo caso, el cine siempre ha sido un reflejo de su tiempo, ha contado la Historia a su manera, cuando no la ha prefigurado –pensemos en las inquietantes premoniciones de 2001: Odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick, como caso testigo– y por eso, entre otras cosas, es un arte masivo. Más allá del dato de su procedencia (un juego de consola súperexitoso), The Last of Us interpela porque aquello que cuenta está todavía en el terreno de la ficción, pero nadie puede asegurar que esa situación no cambiará en el futuro.
Para pensar en esa genealogía ilustre –la de las películas y series que supieron construir un discurso político o sociológico sin resignar el objetivo del entretenimiento, lógico en el marco de una producción a escala industrial–, para encontrar los antecedentes más valiosos de un producto tan en la cresta de la ola como The Last of Us. En suma, vale la pena un recorrido de cinco estaciones que, como toda selección, es opinable y arbitrario; es uno de los tantos posibles e incluye hitos sobre los que hay un considerable consenso de la crítica y los fans de los zombis .
La noche de los muertos vivientes (1968)
Los zombis de este clásico del cine B se mueven en hordas y buscan carne humana, como los de The Last of Us. Son muertos que vuelven a la vida por una razón no especificada y se la considera una alusión a los cambios sociales y culturales que se estaban produciendo en los Estados Unidos a finales de los 60 , sobre todo con la emergencia de los movimientos defensores de los derechos civiles, simbolizados de alguna manera en la elección de un protagonista afroamericano, Duane Johnson.
Diez años más tarde, Romero continuaría la historia en El amanecer de los muertos (1978), con un contenido político más satírico y explícito: las víctimas de los zombis se refugian en un centro comercial donde quedan inevitablemente atrapados. Se produjo con 100 mil dólares y terminó recaudando 30 millones.
Resident Evil: El huésped maldito (2002)
Igual que The Last of Us, esta película que abre el fuego de una saga larga e irregular está basada en un videojuego canónico, creado por el japonés Shinji Mikami a mediados de los 90. La intrépida heroína encarnada por la ucraniana Milla Jovovich se enfrenta a un enorme pelotón de zombis infectados por un virus en un centro clandestino de investigación biológica y genética financiado por una multinacional comandada por directivos sin ningún escrúpulo .
Es la más elogiada de una franquicia que tiene el estatus de éxito indiscutible: hasta ahora hubo siete largometrajes que, en total, recaudaron más de 1200 millones de dólares. La banda sonora es sin dudas una de sus fortalezas: Slipknot, Marilyn Manson, Rammstein, Depeche Mode… Gracias a esta película, que superó los cien millones de dólares en la taquilla, Jovovich –quien se preparó para el papel entrenando fuerte en karate, kickboxing y lucha– se convirtió en una estrella internacional.
Guerra mundial Z (2013)
Otro gran éxito, con un presupuesto millonario, sí (¡190 millones de dólares!), pero un rendimiento espectacular en boleterías: 540 millones en todo el mundo. Versión muy libre del venerado libro de Max Brooks (escritor, hijo de Mel Brooks y la actriz Anne Banccroft), se apoya en la buena faena de Brad Pitt como un ex reportero de guerra de la ONU y ejemplar padre de familia que recorre Corea, Israel y Gales en busca de una cura al virus que amenaza con convertir a la Tierra en un infierno dominado por los zombis.
Originalmente iba a estrenarse en 2008, pero los ejecutivos de Paramount exigieron varias reescrituras de un guion que no los terminaba de convencer. Cinco años después, el carisma del protagonista y los espectaculares efectos especiales producidos con alta tecnología digital empujaron un suceso que acabó con los temores de los escépticos e incluso motivó la planificación de una secuela que iba a dirigir David Fincher pero que terminó cancelada definitivamente . O no, con Hollywood nunca se sabe...
The Walking Dead (2010/2022)
Las once temporadas de esta emblemática serie cuyo primer showrunner fue Frank Darabont –director de éxitos como Sueños de libertad (1994) y Milagros inesperados (1999)– son una prueba contundente del interés que despertó en el público masivo. El argumento central –un apocalipsis mundial provocado por una invasión de zombis que obligan a los humanos a refugiarse y resistir– es similar al de The Last of Us, con un ingrediente inquietante: todas las personas son portadoras del patógeno responsable de la terrorífica mutación que experimentaron los ya célebres “caminantes”.
Concluida el año pasado, esta serie que revitalizó un género que ya daba algunas muestras inocultables de agotamiento también disparó, gracias a la legión de fanáticos que la han venerado, un puñado de desparejos spin offs: Fear of The Walking Dead, Tales of The Walking Dead, The Walking Dead: World Beyond y la inminente The Walking Dead: Dead City, con dos de los protagonistas de la historia original, Lauren Cohan (Maggie) y Jeffrey Dean Morgan (Negan) como renovados héroes que sobreviven en un entorno apocalíptico centrado ahora en Manhattan.
Estamos muertos (2022)
El apocalipsis zombi llega ahora a Corea del Sur, más precisamente a una escuela secundaria donde queda recluido un grupo de estudiantes acechados por compañeros infectados que transforman al lugar en un festival de sangre y horror. Sin agua, comida ni contactos con el exterior, los jovencitos pelean por su supervivencia mientras las autoridades del país decretan la entrada en vigencia de la ley marcial.
El antecedente exitoso de El juego del calamar despertó un marcado interés por las producciones de la potente industria audiovisual surcoreana y colocó a esta serie, que pronto estrenará en Argentina su segunda temporada, entre las más vistas de la plataforma que la ofrece. El virus que causa la mutación es primero un misterio –como el del covid-19, en todo caso– que en algún momento es revelado. Y el combate contra los agresivos contagiados exige como arma clave al fuego . Adaptación de un popular webtoon –Now at Our School, de Joo Dong-geun–, la serie le suma cierta dosis de humor a su violencia desenfrenada, lo que aporta una frescura necesaria para una producción que trabaja alrededor de un tópico tan transitado.