Alimentación y antibióticos: cuáles no se deben mezclar

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 22 (EL UNIVERSAL).- El cuidado de la salud humana es una de las grandes preocupaciones del mundo científico que lleva muchos años trabajando al respecto. Diversas ramas de las ciencias médicas aportan sus conocimientos para el bienestar de las personas y entre sus principales recomendaciones aparece siempre la realización de actividad física y llevar a cabo una alimentación balanceada.

A través de la alimentación nuestro cuerpo recibe todos los nutrientes que permiten su funcionamiento y protegen su salud. Esto se debe a los componentes que cada producto posee y que siempre repercute de alguna manera en nuestro organismo. Es por eso que hoy abordaremos el tema de la alimentación, pero en cuanto a contraindicaciones ante la toma de antibióticos.

Desde el Hospital Italiano de Argentina señalan que los antibióticos son considerados habitualmente como uno de los descubrimientos terapéuticos más importantes de la historia de la medicina. Estos medicamentos combaten las infecciones bacterianas en personas y animales, matándolas o dificultando su crecimiento y multiplicación, según precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

En base a lo señalado, es que un estudio realizado en Estados Unidos puso la lupa sobre el consumo de ciertos alimentos mientras se toman antibióticos. Así fue como se llegó a datos reveladores sobre graves contraindicaciones de ciertos productos de nuestra alimentación que pueden afectar la salud al combinarse con este tipo de medicamentos.

Lo que señala el estudio es que se debe prestar atención a lo que incluimos en nuestra alimentación si estamos tomando algún tipo de antibiótico ya que este podría perder su efecto o causar efectos secundarios. En este punto, la Revista Española de Nutrición Comunitaria remarca que los antibióticos más afectados han sido las tetraciclinas, las quinolonas y los antituberculosos y, de los alimentos, la leche y sus derivados ya que "cuando se toman conjuntamente se produce una interacción farmacocinética de absorción que puede comprometer la biodisponibilidad del fármaco y/o de ciertos nutrientes, como el calcio. Este tipo de interacción puede ser un factor de riesgo de las resistencias".

Por ejemplo, los productos lácteos no deben consumirse si estamos tomando antibióticos como minociclina, doxiciclina y ciprofloxacina porque pierden su efectividad. Además, las bebidas con alcohol no deben combinarse con ningún tipo de medicamentos, mientras que los vegetales como espinaca, brócoli, acelga y col deberían evitarse si se está tomando el anticoagulante Warfarina ya que reduce su efecto medicinal.

Por otro lado, las carnes ahumadas, el vino tinto, los quesos curados y las bananas maduras no deben ser consumidos por quienes toman inhibidores de la monoaminoxidasa ya que aumenta la presión arterial. A estos se suma el jugo de pomelo que no debe consumirse si la persona está medicada con ansiolíticos y corticoesteroides; y también los productos que contienen fibra ya que quitan eficacia a la levotiroxina y la digoxina.

En todos los casos, lo mejor es acudir al médico de cabecera que pueda guiar mejor el tratamiento médico con la alimentación del paciente.