Por qué la alimentación consciente te ayudará a mantenerte en forma (y disfrutar) en vacaciones
La alimentación consciente ha tomado un nuevo impulso desde que se hizo público en las últimas semanas que Taylor Swift es una de sus seguidoras. No hablamos de una dieta más, sino de más bien una filosofía de vida en la que nuestra salud emocional, mental y física están tan interconectadas que lo que le suceda a una le sucede a la otra. Y no nos extraña que Swift -como Isabelle Junot- se encuentre entre sus adeptas: mantener su ritmo requiere, no de un plan de adelgazamiento o una dieta concreta, sino más bien de una nutrición holística y, sí: consciente.
‘La fruta, mejor fuera de las comidas’ y otros grandes mitos nutricionales
Tofu, tempeh, seitán… en una ‘batalla nutricional’, ¿quién saldría ganando?
Puede que las vacaciones nos resulten un momento ideal para ponerla en práctica: estamos más relajadas, exploramos más cosas nuevas y disfrutamos más de la vida. Y puede también que incorporar esta forma de cuidado global en nuestra rutina sea el mejor favor que podemos hacerle a nuestro cuerpo, mente y salud general.
Sin embargo, este periodo también puede llevar a excesos alimenticios y hábitos poco saludables que pueden afectar a nuestro bienestar. Además de algunos ejercicios divertidos como estos, practicar la alimentación consciente es una excelente forma de disfrutar el verano de forma plena, mientras te mantienes en forma, cuidándote. Pero vamos a ver cómo hacerlo.
¿Qué es la alimentación consciente?
Se trata de una práctica que implica prestar atención plena a la experiencia de comer. De observar sin juzgar lo que comes, cómo lo comes y cómo te sientes antes, durante y después de cada comida. Esto, aunque te parezca vanal a primera vista, puede ayudarte a tomar decisiones más saludables y a disfrutar más de cada bocado (sin sentirte culpable).
Y no sólo eso: la alimentación consciente implica una atención máxima no sólo al momento de comer, sino también al momento de elegir los alimentos. Como dicen los expertos de la clínica Mira + Cueto, “los alimentos que ingerimos afectan directamente a nuestro cerebro y nuestra capacidad para pensar, concentrarnos y regular nuestras emociones. Al practicar la alimentación consciente nos podemos dar cuenta de cómo influyen los alimentos en nuestras emociones, reacciones y comportamientos, por lo que incluso nos ayuda a evitar la alimentación emocional, donde comemos como una forma de afrontar el estrés o nuestras emociones”.
Alimentarnos conscientemente nos ayuda a entender las señales que nuestro cuerpo nos manda: el por qué comemos, cuándo nos hemos saciado, cómo regular la cantidad que ingerimos, qué alimentos van más en consonancia con nuestra salud…
Y entre los beneficios, muchos, pero claramente hay uno que destaca sobre los demás: nos mantiene en una forma saludable, haciendo que haya un impacto directo sobre nuestra salud, previniendo algunas enfermedades y llenándonos de energía.
Una vida más saludable es posible si haces pequeños cambios
Recetas saludables: pocas calorías, mucho sabor
Al estar presente en el momento, saboreas y aprecias más cada comida, lo que te permite disfrutar de la gastronomía local y de nuevas experiencias culinarias sin sentirte culpable si estás de vacaciones en un destino que no es tu lugar habitual. Puede ser un momento de máximo disfrute.
Pero además, comer conscientemente te ayuda a reconocer las señales de hambre y saciedad, lo que previene el exceso de comida y el aumento de peso durante las vacaciones.
Enfocarnos en el momento presente a la hora de las comidas también tiene un impacto directo en nuestra salud mental, puesto que conseguimos reducir el estrés y la ansiedad relacionados con la comida y otras preocupaciones, haciendo que nuestras vacaciones sean más relajantes.
También reporta beneficios digestivos, evidemente: comer despacio y masticar bien los alimentos facilita la digestión y puede prevenir problemas comunes como la hinchazón y el malestar estomacal. La práctica de la alimentación consciente puede llevar a elecciones alimenticias más saludables. Puede entrenarte para “decidir mejor”, incluso cuando te enfrentes a esas opciones tan tentadoras pero poco nutritivas…
Cómo practicarlo
Para empezar, tómate el tiempo que necesites. Dedica tiempo para cada comida, evita comer rápidamente o mientras estás distraído por otras actividades. Busca un ambiente tranquilo donde puedas concentrarte en tu comida y en el momento.
Escucha a tu cuerpo: presta atención a las señales de hambre y saciedad que te envía. Come cuando realmente tengas hambre y detente cuando te sientas satisfecha, no llena.
Elige alimentos de calidad. Opta por alimentos frescos y nutritivos y aprovecha para probar frutas y verduras locales, pescados frescos y otros productos típicos del lugar en el que te encuentres.
Saborea la comida. Masticar lentamente y disfrutar cada bocado te ayuda a saborear mejor los alimentos y a sentirte más satisfecho con menos comida.
Sé consciente, también, de lo que bebes. Las bebidas, especialmente las alcohólicas y las azucaradas, son una fuente significativa de calorías vacías. Disfrútalas, pero con moderación.
Planifica tus comidas en la medida de lo que puedas. Si tienes una agenda repleta de citas, planifica tus comidas y aperitivos lo máximo que puedas (o al menos, inténtalo…) para evitar recurrir a opciones rápidas y poco saludables.
Y sobre todo: DISFRUTA. No te prives de probar nuevos alimentos y platos. La clave está en el equilibrio y la moderación. Un capricho ocasional no arruinará tu plan, pero ser consciente de cuánto y de qué comes, sí marcará la diferencia.
Cómo integrar la alimentación consciente en tu rutina a partir de hoy mismo
Implementar la alimentación consciente hoy mismo o durante tus vacaciones en tu día a día, progresivamente y de forma amable, puede convertirse en un hábito beneficioso para tu salud si la conviertes en una rutina a largo plazo. Aquí tienes algunas ideas para integrarlo en pequeños gestos diarios.
Diario de alimentación y sensaciones
Llevar un registro de lo que comes y cómo te sientes al comer, puede ayudarte a identificar patrones y a hacer ajustes más conscientes.
Meditación y respiración
Practicar técnicas de relajación y respiración antes de las comidas puede ayudarte a centrarte y a comer más conscientemente. Una pequeña meditación que no requiere de grandes inversiones de tiempo y que te sitúa en el momento presente.
Prueba suerte aprendiendo nuevas habilidades en la cocina
Involucrarte en la preparación de tus comidas te permite apreciar más los alimentos que eliges y te motiva a elegir ingredientes frescos y saludables. Y además, ¡puede que descubras un hobby nuevo que estaba oculto!
La alimentación consciente es una herramienta muy poderosa para disfrutar de tus vacaciones al máximo mientras mantienes tu salud y forma. Estar presente y atenta a tus hábitos, no solo te hará disfrutar más de la comida, sino que también te sentirás mejor tanto física como emocionalmente. Y siempre es el momento ideal para empezar.