Amalia de Países Bajos y Leonor, dos princesas unidas por la misma condecoración
Amalia de Países Bajos acaba de cumplir 21 años, los celebró el pasado sábado, y ya es toda una veterana en cuestiones de cenas de gala. La heredera al trono neerlandés acompañó a sus padres, los reyes Guillermo y Máxima, este martes al banquete que ofrecieron en honor de Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de Portugal. Es la segunda vez que la princesa de Orange acude a este tipo de citas, después de que en abril debutara en una velada al más alto nivel que se ofreció para los reyes Felipe y Letizia.
La Princesa eligió para la cita un vestido plagado de lentejuelas en color malva con capa de Tadashi Shoki que acompañó de soberbias joyas de diamantes, donde destaca la tiara de estrellas, muy conocida porque fue la que su madre eligió para casarse con el rey Guillermo. Esta diadema ya se ha convertido en una de las favoritas de la heredera. La estrenó en junio de 2022 en la fiesta por el 18 cumpleaños de Ingrid de Noruega, cuando fue la primera vez en la que la vimos lucir este tipo de joya de cabeza.
La tiara se compone de dos partes y aunque en origen tenía en la parte superior unas perlas, con las que su abuela subió al trono, su madre las quitó y las remplazó para su boda por unas estrellas que pertenecieron a la reina Emma, esposa de Guillermo III, y que parece que son del gusto de Amalia. La Princesa completó su espectacular aderezo con pendientes, collar de chatones, pulsera y anillos de diamantes. En su biografía autorizada, Amalia de Países Bajos ya contó que le encantan las joyas (se conoce las de todas las Reinas y princesas de Europa) y no duda en portar importantes piezas del tesoro real neerlandés.
La distinción que comparte con la princesa Leonor
En esta cena de Estado, donde la reina Máxima eligió un vestido en tonos rojos de Jan Taminiau y el parure de Mellerio, la princesa Amalia recibió una condecoración que la conecta directamente con la princesa Leonor. El presidente Rebelo de Sousa la distinguió con la Orden de Cristo, la misma que entregó a la princesa de Asturias el pasado julio cuando realizó su primer viaje oficial al extranjero. Se trata de una banda de color rojo que Amalia llevó sobre su vestido y una cruz que la identifica como dama de esta Orden, cuyo gran maestre es el presidente de Portugal.
Esta es la segunda condecoración extranjera que Amalia de Países Bajos recibe. Hay cierta tradición en que los jefes de Estado entreguen insignias en sus visitas al extranjero. Precisamente en su debut en una cena de Estado ante don Felipe y doña Letizia, fue distinguida con la Real Orden de Isabel la Católica.
El monarca ofreció un discurso en el que dijo: “Portugal y los Países Bajos están históricamente entrelazados. Su visita de Estado, señor presidente, nos brinda la oportunidad de estrechar aún más nuestra cooperación, respetando el pasado y ofrece mejores oportunidades para ello con el elemento que siempre nos ha conectado: el mar (...) Señor presidente, pasado mañana, 12 de diciembre, celebrará su cumpleaños. Felicitar a alguien antes de su cumpleaños trae mala suerte. Entonces no voy a hacer eso. En cambio, lo felicito a usted y a sus compatriotas por los cincuenta años de la Revolución de los Claveles, que trajo la nueva prosperidad de Portugal”, concluyó el monarca.
La visita del mandatario portugués continuará este miércoles con una cita en los Estados Generales, un almuerzo con el Gobierno, un recorrido por el Palacio de la Paz y un desplazamiento hasta Delft para conocer las soluciones que Países Bajos ha hecho para mantener sus deltas y sus zonas fluviales seguras y habitables. Por la noche ofrecerá en Ámsterdam una recepción en el antiguo instituto Real Tropical que cerrará la visita de Estado.