Amnésico, en Netflix: ¿es la película con Josh Duhamel una de las peores del año?
La avalancha de películas y series que estrenan semana a semana Netflix y sus competidoras en streaming nos permite hallar resultados diversos. Desde grandes historias dramáticas como Succession, hasta valiosos registros de corte histórico como El ferrocarril subterráneo, pasando por demoledoras críticas a las falencias del sistema, como Dopesick. Lamentablemente, no todo es bueno. Hay producciones que, más allá de que quizás trepan con facilidad en el ranking de lo más visto, ciertamente dejan mucho que desear desde el análisis.
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Tal vez un ejemplo inmejorable de esto último es Amnésico (en inglés titulado Blackout). Se trata de una cinta de acción dirigida por Sam Macaroni que nos presenta a Cain (Josh Duhamel), un agente de la DEA luchando contra los efectos de la amnesia, causada presuntamente por un golpe durante una persecución automovilística.
No se precisa de grandes conocimientos en cine para percatarse rápidamente las similitudes que se buscan establecer entre el protagonista de Amnésico y su par en la saga John Wick (protagonizada por Keanu Reeves). Tenemos a un personaje principal blanco, bien parecido, pero sobre todo elegantemente vestido, que de pronto se ve luchando frente a un batallón de desconocidos, sin que ninguno llegue a asestarle un tiro a lo largo de los 80 minutos que dura el filme.
Retomando las líneas generales del argumento, Cain es un agente antidrogas que de pronto despierta en la cama de la clínica Sonora, en México. El médico de guardia y la mujer que aparece a su lado (Anna /Abbie Cornish) le explican que, aparentemente por un accidente, sufrió amnesia postraumática. Esa, sin embargo, está lejos de ser su única preocupación.
No pasan muchos minutos para que empiece el largo e interminable desfile de sicarios que buscan dar con Cain y arrebatarle un “valioso maletín”. Nuestro protagonista, afectado además por un medicamento que le inyectaron sin su consentimiento, debe repartir su tiempo inmediato en tres cosas: aclarar quién realmente es la mujer que lo acompaña, pelear por su vida, pero fundamentalmente, intentar recordar quién es.
Amnésico presenta, entre sus varias falencias, una serie de personajes secundarios vacíos de pies a cabeza. El médico que atiende a Cain busca protegerlo de los sicarios, pero a su vez no desaprovecha la menor oportunidad para seguir inyectándole substancias. Pero, no es el único. En sí, todos dentro de la clínica Sonora parecen más preocupados por el maletín gris que por la vida de un agente antidrogas.
Otro personaje que jamás termina de cuajar es el de Ethan McCoy (Nick Nolte), supuestamente, el jefe de Cain en la dirección antidrogas. El desarrollo de este viejo líder en la DEA es tan zigzagueante que se nos complica incluso comentarlo. En un momento parece dispuesto a dar su vida por él, pero luego reacciona y lo traiciona con la excusa de que “en todo lado hay corrupción”.
Algo parcialmente similar ocurre con Anna. Desde su presentación, mintiéndole a un convaleciente Cain con que “es su esposa”, hasta las veces que pareció dispuesta a matar y morir por él, esta joven agente tiene también un camino sinuoso en el argumento de la película.
La parte final de este comentario va directamente hacia Josh Duhamel y Omar Chaparro como Cain y Eddie, respectivamente. El primero, aunque al parecer comprometido con la idea de la cinta, termina desencajando para el papel de forma evidente. Sin estar subido de peso, el agente DEA se muestra lento en las persecuciones y las escenas de peleas cuerpo a cuerpo. En el mismo sentido, observarlo despotricar cada cinco minutos por no poder recuperar su memoria se convierte en un recurso fallido. Aunque nada de esto resulta tan malo como verlo chocarse con una pared de concreto al intentar huir de Eddie.
Del lado del antagonista la situación es igual o tal vez peor. ¿Resulta en algún momento convincente la labor de Omar Chaparro como villano? Ciertamente, no. Desde el look utilizado (una peluca con larga cola y una línea de cabellera cayendo sobre sus ojos) hasta sus expresiones y gestos -incluso mientras liquida a alguien rendido que simplemente lo molesta- terminan por convertirlo fundamentalmente en una parodia de peligrosos “malos” en películas de acción.
Al acercarnos por primera vez a una película puede resultarnos sorpresivo hallar un lanzamiento con solo 80 minutos de duración. Sin embargo, tras ver de forma íntegra Amnésico, queda claro que tal vez ese es su único gran acierto: su brevedad. Sobrepasar ese tiempo con una propuesta llena de interminables persecuciones, diálogos vacíos y recursos repetidos, resultaría, ciertamente, un golpe al espectador.