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Amor verdadero: “Mi esposo trans se convirtió en mujer y todavía estamos juntas”

Amor verdadero: “Mi esposo trans se convirtió en mujer y todavía estamos juntas”
Barbara y Jane Hamlin han seguido felizmente casadas, a pesar de que Jane hizo la transición para convertirse en mujer. La foto fue tomada en el programa “This Morning” de ITV. (Imagen: Ken McKay/ITV/Rex Features/Shutterstock)

Jane y Barbara Hamlin llevaban ocho años de matrimonio cuando surgió un secreto que cambió sus vidas. Aquí comparten su poderosa historia...

Barbara contó:

“Cuando conocí a Jane, la conocí como John, entonces era un elegante y atractivo profesor que trabajaba en la misma escuela que yo.

A pesar de que ella, como ahora la llamo, estaba casada, nos llevábamos tan bien que comenzamos a ir juntos al pub como amigas. Usaba trajes elegantes y recuerdo haber notado que tenía las uñas bien cuidadas. Viéndolo en retrospectiva, esa era la única pista posible.

Tenía 38 años y hacía poco que me había separado de mi esposo, tras 18 años de matrimonio, debido a su carácter difícil. En cambio, Jane era gentil y amable.

Cuando Jane se separó de su esposa dos años después, en 1987, nos unimos. Al igual que a mí, le encantaba socializar y también quería viajar por el mundo.

Ocho meses después, cuando tenía 40 años, nos casamos. Ella ya tenía dos hijos, un niño y una niña, de su matrimonio anterior. A mi edad, sentí que era demasiado tarde para tener hijos propios y me sentía satisfecha enseñando en el instituto.

Jane y yo estábamos felices. No fue hasta ocho años después de nuestro matrimonio, en 1995, que me golpeó una bomba.

Estaba ocupada haciendo las maletas para partir al día siguiente para nuestras vacaciones en Canadá, ligeramente enfadada porque Jane estaba jugando al cricket, cuando encontré una bolsa llena de ropa de mujer en la parte posterior de su armario.

Dentro había una minifalda vaquera, un par de vaqueros sensuales y algunos pantalones de mujer y sujetadores de encaje. Hurgué más y encontré un par de tacones altos de charol negros de talla nueve.

Inmediatamente pensé que estaba teniendo una aventura y me sentí horrorizada ante la idea de que otra mujer hubiera estado viniendo en secreto a mi casa. Miré la ropa con incredulidad.

Seguí haciendo las maletas, pero mi imaginación se desbocó. Cuando llegó a casa del cricket, fingí que todo estaba bien, aunque era difícil. Simplemente no era el momento adecuado para hablarlo ya que estábamos a punto de irnos de vacaciones.

Amor verdadero: “Mi esposo trans se convirtió en mujer y todavía estamos juntas”
Jane Hamlin es presidenta de The Beaumont Society, el grupo de apoyo trans más grande del Reino Unido (en la foto aparece junto a su esposa Barbara, Holly Willoughby y Phillip Schofield en el programa “This Morning” de ITV). (Ken McKay/ITV/Rex Features, Shutterstock)

Al día siguiente, ya en el avión, miraba a Jane pensando: 'Realmente no te conozco. ¿Qué gran secreto estás ocultando?'.

Cuando llegamos a Canadá, mientras estábamos acostadas en la cama en medio de la oscuridad, le solté: ‘Entonces, ¿qué significa esa bolsa llena de ropa de mujer que encontré?’.

‘Es para mí’, respondió Jane tímidamente. Escuchar la verdad, que la ropa era suya, fue un gran alivio. Me preocupaba mucho que me hubiera sido infiel, algo que habría sido mucho peor.

A ella tampoco le molestó que yo me hubiera enterado. Mientras explicaba que le resultaba relajante usar ropa de mujer pude notar un alivio auténtico en su voz. Dijo que hacía años que quería decírmelo, pero que le preocupaba mi reacción.

Pasamos horas acostadas en la cama hablando, pero mi reacción también me sorprendió. Descubrí que tenía una mentalidad más abierta de lo que pensaba. Había leído sobre el travestismo antes. Si me lo hubiera contado de la nada, quizá habría reaccionado de manera diferente, pero al descubrirlo de esa manera, me enfoqué en el alivio que sentí al saber que no estaba teniendo una aventura.

En aquel momento yo tenía 49 años y Jane 48 y siempre supe que estaríamos juntas por el resto de nuestras vidas. Asumí que a partir de aquel momento ese sería 'nuestro secreto' porque debido a su trabajo, su familia y el estigma que implicaba, nadie debía saberlo.

En aquel entonces, pensé que solo se trataba de vestir ropa de mujer. Nunca imaginé que más adelante eso la llevaría a desear una reasignación de sexo completa.

Como estábamos de vacaciones, teníamos una actitud diferente, más experimental. Exploré cómo era tener un esposo que quería usar ropa femenina.

Fuimos de compras juntas a Vancouver y los empleados asumieron que el precioso top dorado que compramos era para mí, no para ella. Fue sorprendentemente agradable comprar ropa con mi esposo.

Amor verdadero: “Mi esposo trans se convirtió en mujer y todavía estamos juntas”
Al inicio, Barbara Hamlin no tenía idea de que el deseo de Jane de usar ropa femenina la llevaría a una reasignación de sexo completa.

De vuelta a la normalidad en el Reino Unido, sentí una repentina necesidad de contarle a mis dos amigas más cercanas lo que había descubierto sobre Jane. Cuando terminaron las vacaciones, mis pensamientos entraron en bucle. Poder compartir nuestro gran secreto disminuyó la presión.

Mis amigas fueron maravillosas y prometieron apoyarme. Una estaba dispuesta a invitar a Jane a su casa vestida como su alter ego femenino para demostrar su aceptación.

Dos días después de que regresamos vi por primera vez a Jane usando ropa de mujer. En aquel momento todavía tenía bigote, por lo que era extraño que usara una falda.

No estaba segura de cómo me sentiría, pero para mi sorpresa, ansiaba que se vistiera de mujer, probablemente porque parecía muy feliz. Además, John, el hombre que amaba, todavía estaba detrás.

Nuestro secreto nos acercó y comenzamos a buscar oportunidades para que John pudiera expresarse como Jane fuera de nuestra casa. En aquel momento, ya se había afeitado el bigote.

Nos las arreglamos para ir a un club de travestismo en Londres y quedarnos en un hotel. Nos preocupaba la reacción del taxista, pero este dijo cortésmente sin inmutarse: ‘Señoras de la noche, ¿a dónde les gustaría ir?’ Fue muy liberador para Jane.

Pasamos la noche sentadas en nuestras butacas, observando a la gente, maravillándonos con todos los atuendos exóticos. El vestido de Jane era conservador en comparación con aquellos. La experiencia fue una verdadera revelación para ambos y Jane disfrutó de la oportunidad de pasar desapercibida usando ropa de mujer.

Muy pronto se convirtió en una rutina: cuando John llegaba a casa de su trabajo como director de la escuela primaria del pueblo, se cambiaba y se ponía su ropa femenina. Me sorprendió la rapidez con que aquello se volvió normal.

Me apetecía estar con ella, ya fuera en modo masculino o femenino. Al principio, pasó por la ‘fase de las minifaldas’ cuando estaba en casa, pero por suerte no duró mucho.

Es extraño, pero ver el entusiasmo de John hizo que reevaluara mi apariencia. Sentí que Jane se veía mucho mejor que yo en ropa de mujer. ¡Tiene piernas más bonitas y un trasero más pequeño! Fue por esta época que empecé a llamarla ‘Jane’.

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Barbara Hamlin dice que ver a Jane divirtiéndose y experimentando con ropa y maquillaje hizo que reevaluara su propia apariencia.

Tuve que hablarme con firmeza para detener una nueva inseguridad que estaba naciendo. Me recordé a mí misma que Jane nunca había dicho nada que indicara que no le gustaba mi aspecto.

No se trataba de que ella quisiera estar con otra persona. Se trataba de que ella quería explorar otra faceta de sí misma.

Las primeras veces, le enseñé a Jane a maquillarse, pero tenía tan poca idea sobre la ropa como ella. Descubrimos juntas lo que mejor le sentaba y compramos tallas más grandes por Internet: una talla 20 superior y talla 16 inferior.

Le hablamos a un par de amigos más sobre Jane. Se asombraron, pero lo aceptaron. Poco a poco, con el paso de los años, Jane quiso salir y hacerse pasar por mujer en público, por lo que empezó a usar ropa más sobria y parecida a la mía.

Nos asomábamos a la puerta principal para comprobar que los vecinos no estaban mirando para salir y conducir hasta las ciudades cercanas para ir de compras.

Pero finalmente Jane sintió que vestirse de mujer a tiempo parcial no era suficiente. En 2011, me dijo que quería comenzar el tratamiento hormonal y hacer la transición para vivir como mujer a tiempo completo.

Me explicó que era algo muy arraigado, que incluso a los cinco años le había dicho a su madre: ‘Mira, soy una niña, quiero usar ropa de niña’. La transgeneridad era algo inaudito en aquellos días, por lo que su madre no le hizo caso.

Sentía mucha ansiedad y me despertaba deprimida. Tuve que afrontar la perspectiva de que el hombre con el que me había casado era realmente una mujer.

A pesar de todo, nunca valoré la separación. Nos llevamos tan bien que no quería que esto significara el final de nuestro matrimonio. Pero en mi interior se activó una fuerte sensación de duelo por el esposo que había perdido.

Una cosa es querer vestirse como mujer y otra recibir tratamiento hormonal como primer paso para someterse a una operación completa de reasignación de sexo. La idea de la operación me perturbó y me preocupaban los riesgos de la cirugía.

Fue muy difícil acostumbrarme a la idea. Le decía a Jane que la amaba, pero a veces perdía los nervios. Su siguiente paso fue presentarse como mujer en la universidad donde entonces trabajaba.

Afortunadamente, sus empleadores fueron inmensamente solidarios. Jane también recibió más de 100 correos electrónicos de apoyo de los estudiantes.

Amor verdadero: “Mi esposo trans se convirtió en mujer y todavía estamos juntas”
Barbara Hamlin recibió orientación para superar la sensación inicial de haber “perdido” a su esposo.

Todavía necesitaba superar mi sensación de pérdida, así que comencé a ver a un terapeuta. Explorar mis sentimientos me ayudó a confirmar que quería quedarme con Jane.

Empecé a ver las cosas de manera diferente. No estaba perdiendo a mi esposo, sino que tenía a la misma persona bajo una forma diferente.

Antes de que Jane comenzara el tratamiento hormonal, sabía que teníamos que decírselo a sus hijos, que tenían treinta años en aquel momento. Como puedes imaginar, estaban completamente desconcertados.

Desde entonces, hemos descubierto que muchas personas transgénero se han separado de sus familias, algo trágico. Eventualmente, después de muchos correos electrónicos y llamadas telefónicas, lo asumieron.

El siguiente paso fue decírselo a todas las personas del pueblo, así que fui casa por casa antes de reunirnos para celebrar una noche con vino y queso que estaba organizando para un grupo local, para advertirles de que notarían un cambio en ‘John’ esa noche.

Un amigo se horrorizó y dijo: ‘¡No puede hacer eso!’, y tuvo que beber un trago más fuerte. Se lo expliqué diciéndole que puedes amar a alguien, pase lo que pase.

Con los años, se acostumbró a que John fuera Jane.

Tuvo que vivir como mujer a tiempo completo durante dos años antes de someterse a la operación, que implicó una vaginoplastia completa (cirugía para crear una vagina, a menudo invirtiendo el pene y extirpando los testículos). Con el tratamiento hormonal, a Jane le crecieron los senos y su vello facial se ralentizó.

Durante la mañana de la operación en junio de 2014, después de un viaje de cuatro horas al Nuffield Health Hospital en Brighton, lo que más sentía era miedo.

Me preocupaba que la cirugía saliera mal, pero todo marchó según lo planeado. Aunque habían cambiado muchas cosas, la ansiedad se estaba desvaneciendo y comencé a sentir que podíamos pasar a una nueva fase de nuestra vida juntas.

Ya no me preocupan las miradas y Jane está tan segura de sí misma que parece inmune a ellas. Estoy muy orgullosa de su fortaleza.

Sin embargo, tenemos cuidado de los sitios que visitamos y no iríamos a la ciudad a altas horas de la noche.

Solo hemos tenido una mala reacción, cuando el hombre detrás del mostrador de nuestra carnicería local comentó: ‘Veo que hemos venido con un vestido elegante hoy’. Jane se molestó tano que nunca volvimos.

Jane se califica a sí misma como una ‘mujer trans lesbiana’, lo que significa que todavía se siente atraída por mí, como yo por ella. Todavía intimamos como pareja casada, nos besamos y abrazamos.

Al conocer a otras personas trans, he aprendido que mi caso no es habitual. Por desgracia, cuando esto sucede los matrimonios terminan. Otra esposa y yo hemos creado un grupo de apoyo llamado Beaumont Partners, para ayudar a las esposas y parejas de las personas trans. Cuando me enteré, me sentí tan sola que no quiero que nadie más se sienta así.

Quería asegurarles a otras esposas que, con tiempo y coraje, puedes llegar a superarlo. Jane y yo somos personas comunes cuyo amor y compatibilidad han trascendido todo”.

Amor verdadero: “Mi esposo trans se convirtió en mujer y todavía estamos juntas”
Jane Hamlin pasó años queriendo contarle su gran secreto a su esposa Barbara, pero le aterrorizaba perderla.

Jane contó:

“Cuando salí por primera vez, todos me dijeron: ‘Eres muy valiente’, pero en realidad me sentí aliviada porque ya no estaba viviendo una mentira. La persona más valiente es Bárbara.

Había querido decírselo durante años, pero me asustaba mucho que se enojara o que incluso me abandonara. Llevaba toda la vida reprimiendo este lado de mí misma, pero nuestro matrimonio es más fuerte ahora porque no tengo que preocuparme por lo que digo.

Desde que tengo memoria, he sentido que nací con el género equivocado. Cuando era niño, solía intercambiar ropa en secreto con la niña de al lado por curiosidad infantil.

Le dije a mi madre que quería vestirme de niña, pero ella me espetó: ‘No seas estúpido, no puedes’. La sensación nunca desapareció.

Cuando Bárbara encontró mi bolsa con ropa de mujer, sentí una gran sensación de alivio. Pasé años vistiéndome en secreto cuando ella estaba fuera de casa por la noche. Fue horrible saber que no podía compartirlo con Bárbara.

Algunas mujeres en su posición sienten que su esposo las traicionó, pero Bárbara no se sintió así.

Tampoco me sentí culpable porque no es mi culpa ser trans. Así nací. Nadie entiende realmente por qué.

Muchas familias apartan a las personas trans, así que estaba ansiosa por decírselo a mis hijos adultos. Mi hijo y mi hija estaban conmocionados, lo cual es comprensible.

También decidí contárselo a mi exesposa, ya que sabía que mis hijos necesitarían a alguien con quien hablar. Nos conocíamos desde que teníamos 18 años, pero cuando nos reunimos como Jane, ella me dijo: ‘Nunca te había visto tan relajado’.

Mientras nos sentábamos y tomábamos una taza de té con Barbara, mi exesposa le dijo: ‘¡No podría haber lidiado con esto!’. Soy muy afortunada de tener a Bárbara.

Curiosamente, fue más fácil contárselo a mis nietos. Los niños aceptan mejor las cosas de manera natural. Cuando me vieron por primera vez como Jane en un almuerzo en el pub se mostraron un poco tímidos, pero Barbara sacó un juego de cartas para distraerlos.

Con el tiempo, pude explicarles a mis hijos que no era una especie de crisis de la mediana edad. Mi hija admitió que, al crecer, siempre sintió que yo había estado buscando algo. Ahora todo tenía sentido.

Como portavoz, me han atacado en Internet por hablar sobre temas trans. Intento no tomármelo como algo personal, pero no es fácil.

La brigada anti-trans tiene una voz muy fuerte, por lo que puede ser difícil formar parte de una minoría. Sueño con un mundo que nos acepte plenamente”.

Emma Elms