Anécdotas y reflexiones en la ruta de un chalchalero

Los comienzos con el canto, las primeras grabaciones, los viajes a Buenos Aires y las polémicas sobre el festival de Cosquín

En varias charlas mantenidas con LA NACION, Juan Carlos Saravia encendió la máquina de los recuerdos. De allí salieron muchas anécdotas y reflexiones sobre más de medio siglo de vida chalchalera, grabando discos, subiendo a escenarios, siempre dedicado a la difusión de la música nativa.

En el principio

"Cuando tuvimos éxito muchos vieron el filón comercial y todos los grupos aparecían con tres guitarras y un bombo, pensando que era la fórmula mágica. Pero lo que no sabían es que nosotros aparecimos con esa formación porque ninguno sabía tocar bien ningún instrumento. [Víctor "Cocho"] Zambrano vio un bombo por ahí y dijo: «Yo toco el bombo». Yo sabía dos tonos con la guitarra y el Cuchi Leguizamón me empezó a enseñar dos tonos más, Do mayor y dominante. En ese contexto apareció el grupo, y nunca nadie pensó que iba a pasar lo que pasó".

Destino Buenos Aires

"Nadie podía pensar en venir a Buenos Aires. Eran 800 kilómetros de ripio y otro tanto hasta llegar acá. Si uno necesitaba hablar por teléfono, había siete horas de retraso para comunicarse o tenía que esperar dos días. Por eso veníamos a trabajar y con lo que ganábamos nos volvíamos a Salta. Durante tres meses nos rascábamos la panza hasta que se acababa la plata y volvíamos a llamar a Buenos Aires. Creo que también fue una manera de que no se cansen los porteños de nosotros."

La primera grabación

"La primera canción que grabamos en nuestra carrera fue «Lloraré», no me olvidó más. Estuvimos ensayando como tres meses antes de entrar en los estudios que estaban en la calle Bartolomé Mitre. El micrófono tenía una forma rara, dividido en dos partes, por una la voz iba directamente a una especie de cámara de eco, eran de las primeras que había y es una de las pocas grabaciones donde aparece José Antonio Saravia Toledo."

La frase que nunca termina

"No sabíamos cantar y creo que eso de cortar las sílabas fue una defensa a la falta de aire. Pero no nos poníamos de acuerdo y sin querer se convirtió en un distintivo de Los Chalcha. Tanto que un día Yupanqui me dijo: «Mire paisano, ustedes consiguieron la afinación perfecta, que es que la gente reproduzca en su oído lo que no escucha». Hasta Chabuca Granda, después que le contamos esto, hizo lo mismo, y el otro día escuché un tema de Mercedes Sosa donde obvia la última sílaba. Así que hay una influencia".

Cosquín y las polémicas

"Antes, cuando un artista triunfaba lo sacaban en andas del escenario y se lo llevaban hasta el río, donde hacían un asado para todos y seguían la farra hasta la mañana. Me acuerdo una vez que hubo un grupo que se le adelantó a otro que se había consagrado y se comieron todo el chivito que estaban preparando. Eso era Cosquín. No como ahora, que es la competencia por quién cobra más, quién lleva más gente o quién cierra la noche. Eso está matando a Cosquín. Antes, si cobrabas, mejor. Lo lindo era ser parte de ese festival. Era otro espíritu. Para mí, todo se entró a desbarrancar cuando empezaron con los concursos y después con la televisación. Antes venía una delegación del interior y estaba una hora sobre el escenario mostrando lo que tenía. De ahí salieron muchas figuras."

Anuncio de la despedida

"Tenemos muchas canciones, así que estamos pensando en poner atriles. Hasta vamos a parecer cantores en serio", bromeaba, cuando se permitió la primera ironía sobre el festejo de los 50 años de Los Chalchaleros, en 1998. Unos años después anticipaba la despedida de los escenarios. "Es una manera de divertirnos nosotros y divertir a la gente. Queremos mantener el entusiasmo y la sorpresa. El día en que me aburra haciendo las canciones que canto desde los 18 años cuelgo los botines".