Ana Luisa Peluffo, la bella actriz que nunca le temió al desnudo pese a las críticas de la sociedad
A sus 94 años, vive tranquila y disfruta viéndose como las muchas mujeres que encarnó en la ficción
Hace más de medio siglo que Ana Luisa Peluffo se afincó en la memoria colectiva de los mexicanos como la mujer que detrás de la escultura de ‘La Diana Cazadora’.
La idea de que la actriz, quien recientemente celebró su 94 cumpleaños, es la modelo de la pieza surgió principalmente después de que protagonizó la película La Diana Cazadora, de Tito Davison, en 1957. Y aunque se dio por hecho que el monumento que luce en Reforma está moldeado a su imagen y su semejanza, en realidad no es así.
Con la publicación del libro El secreto de la Diana Cazadora en 1992 se supo que la modelo de la estatua fue Helvia Martínez Vedayes, quien posó en 1942 para el escultor Juan Fernando Olaguíbel.
Asimismo, tal como ha ocurrido con otras actrices de su generación aún vivas, mucho la han dado por muerta. De hecho, a mediados de este 2023 fue una víctima más de los rumores de decesos que se viralizan en redes sociales. Pero es justo en la recta final del año que reaparece para mostrarse de nuevo ante el público y así descartar cualquier información falsa sobre su fallecimiento.
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Retirada de la actuación, siendo su última aparición en la serie El mariachi (2014), Ana Luisa Peluffo vive en su casa de Morelos. Es atendida por su hijo, goza de buena salud independientemente de los “achaques” propios de su edad y disfruta de sentarse a ver sus películas, las cuales revisa con gusto. Dice estar tranquila y serena porque vivió como quiso.
"Todos tenemos que desaparecer, hay que tomarlo con calma y sin hacer tantos dramas", confesó en una reciente entrevista. No le tiene miedo a la muerte y pide ser recordada como una persona alegre, feliz y de buen humor.
A reserva de lo que determine el tiempo sobre su final, ella quiere aprovechar lo más que se pueda junto a su familia, en su hogar y sin escándalos. Goza la calma y la procura. En su paz vuelve a observarse a sí misma a través de la pantalla en las distintas historias que filmó y se divierte viéndose como las muchas mujeres que encarnó en la ficción.
Los desnudos y una muerte que la perjudicó
Pero su vida no siempre estuvo libre de escándalo. El medio desnudo que hizo para la película La fuerza del deseo, de Miguel M. Delgado, en 1955, por ejemplo, incomodó a la sociedad conservadora de la época que la consideró una mujer "impúdica" por faltar a los principios de la buena moral.
Posteriormente volvió a desnudarse en filmes como Perro callejero (Gilberto Gazcón, 1980) y La combi asesina (Alberto Mariscal, 1982). En estos trabajos lo hizo con más de 50 años de edad y lució un físico perfectamente cuidado, lo que habla de la aceptación que tenía por sí misma. Alimentación, ejercicio y autoestima fueron factores que atendió a lo largo de su vida para contrarrestar el pensamiento social de que las mujeres de la tercera edad no son atractivas.
Pero eso no fue tan escandaloso como lo sucedido en 1965 con el fallecimiento del periodista Rafael Romero Sánchez, quien murió en casa de la actriz. Informaciones publicadas por la nota roja de aquel entonces especularon con varias teorías: asesinato, crimen pasional, suicidio. El hecho se construyó como una leyenda urbana de misterio.
Se dijo que el periodista había sido golpeado por invitados de Peluffo en una fiesta organizada en casa de la actriz y posteriormente arrojado a la piscina para ahogarlo. Esa fue la versión que quiso manejar la policía de Morelos para poder informar un crimen a la opinión pública.
No obstante, el padre de la actriz, Manuel Tránsito Peluffo, acudió con las autoridades para desmentir y contradecir lo que consideraron una “infamia”. Lo hizo brindando su versión de los hechos acompañado de testigos para referir que el periodista se excedió en su forma de beber, sufrió una caída y cuando los otros invitados se dieron cuenta de que estaba ahogándose lograron sacarlo e intentaron salvarlo llevándolo a la Cruz Roja. Sin embargo, murió. El reporte médico y forense indicó que murió por congestión alcohólica.
Durante algunos años se estigmatizó a Ana Luisa Peluffo por ser la anfitriona de una reunión que culminó en un supuesto crimen que se quiso ocultar, mismo que no sucedió, pues tal como lo notificó la necropsia se trató de un accidente derivado por la excesiva ingesta de bebidas alcohólicas.