Ana Serradilla y el dolor que calló por más de 20 años

MEXICO CITY, MEXICO - DECEMBER 17: Ana Serradilla poses for photos during a press conference of the film 'El hubiera sÌ existe' at Cinepolis Universidad on December 17, 2019 in Mexico City, Mexico. (Photo by Adrián Monroy/Medios y Media/Getty Images)
Ana Serradilla durante la promoción de su película El hubiera sí existe en 2019 (Crédito: Adrián Monroy/Medios y Media/Getty Images).

Con motivo de sus 25 años de carrera artística, Ana Serradilla concedió una entrevista a finales de 2022 en la que aseguró que su felicidad no estaba en lo material ni en los reconocimientos internacionales, sino en cosas sencillas como una buena comida, leer un libro, tener a su pareja, pero sobre todo, gozar de buena salud para desarrollar su profesión.

Y es que en un cuarto de siglo, Serradilla ha hecho de todo: series, televisión, cine, teatro, doblaje, trabajos con los que ha obtenido premios como la Diosa de Plata, Talento Caracol, Canacine, y demás nominaciones igual de importantes tanto en México como en el extranjero. Pero mucho de este éxito lo logró ignorando y adormeciendo a su cuerpo para poder resistir las extensas jornadas de trabajo.

"Desde que nací, tengo una estrecha relación con el dolor, no solo el dolor emocional, sino el físico. He aprendido a vivir con el dolor físico", dice la protagonista de La boda de mi mejor amigo en una plática con el diseñador Marco Chong. La actriz confesó que nació con una anomalía en su nariz, padeció depresión en su niñez que trató en su vida adulta y casi al mismo tiempo empezó con algunos síntomas relacionados con la endometriosis y que nadie supo diagnosticarle.

Serradilla tuvo su primer protagónico alrededor de sus 20 años en la telenovela Chiquititas, que se grabó en Buenos Aires, Argentina. Era, además, también su incursión en la actuación luego de abandonar su carrera como diseñadora gráfica.

Fue en la capital argentina cuando su cuerpo comenzó a presentar los primeros síntomas que no supo reconocer, ni el médico que la trató en el momento. "Estando en uno de esos llamados, me dio uno de esos cólicos horrendos y me llevaron rápido con un doctor, me dijeron 'tú toma pastillas anticonceptivas, con eso se te va a quitar' y pues estuve 26 años de mi vida tomando pastillas anticonceptivas".

Más de dos décadas después y tras varias investigaciones que hizo por su cuenta, pues su ginecólogo de cabecera también minimizó sus síntomas, descubrieron que padecía endometriosis.

La endometriosis es un trastorno a menudo doloroso en el cual el tejido similar al tejido que normalmente recubre el interior del útero (el endometrio) crece fuera del útero. La endometriosis afecta más comúnmente a los ovarios, las trompas de Falopio y el tejido que recubre la pelvis, de acuerdo con una explicación de la Mayo Clinic. Los síntomas más comunes son el dolor y la menstruación irregular, y varían entre las mujeres.

Aún no hay cura para este padecimiento, pero algunos tratamientos sugeridos van desde los analgésicos, la terapia hormonal o las intervenciones quirúrgicas.

Serradilla fue tratada con pastillas anticonceptivas. "Eso provocó que yo viviera feliz un buen rato, pero no podía dejar de lado que tenía migrañas, que padecía inflamación en mi cuerpo muy extraña —se me inflamaban demasiado los tobillos—, que de pronto sentía fatiga crónica, que tenía mucha debilidad y que eso no era normal, y aparte yo me echaba unas jornadas de trabajo ¡muy duras!, mi corte más rudo fue de 22 horas de trabajo y yo decía '¿pues cuántas tiene el día, cómo que de 22?', pues sí, así trabajaba yo de loca".

Tras su debut, Ana se convirtió en una celebridad: la favorita en varias telenovelas en Argos (Mirada de mujer, Las Juanas, La vida en el espejo), comenzó a hacer cine (Un mundo raro, Cansada de besar sapos, Déficit), series (Esposas desesperadas, Alguien más) y se diversificó con algunas puestas teatrales (Fresas en invierno, Pájaro negro, La Venus de las pieles). Es una actriz que no ha parado desde 1998, aún con las dolencias que su cuerpo gritaba.

  

Y encima diciendo 'no, sí, voy a dar función, a mí nadie me interna', pasando por encima de mi cuerpo y de mis fuerzas. Y el dolor, como ignorando a ese dolor, y tomando un exceso de analgésicos, porque yo siempre he sido la niña fresa que 'no, no, alcohol, no'; me tomó solo una copita, de drogas nada, ¡pero qué tal los analgésicos!, yo no podía trabajar ni vivir ni levantarme de mi cama si yo no tomaba ocho analgésicos diferentes.Ana Serradilla

El callarse también lo hizo porque no quería convertirse en la actriz incómoda, aquella que ante la mínima excusa paraba el trabajo de toda una producción. "Cuando yo sentía mi dolor, que no lo podía disimular o evitar, era o la hipocondríaca o la loca o la que siempre se queja y era como un 'dios mío, llevo callando el dolor desde que nací y cuando me atrevo a abrir la boca, soy juzgada y golpeada', o sea así como 'cállate, no digas, no hables, no nada', entonces era como un 'no, debo seguir callada'".

El cuerpo grita lo que las emociones callan

Como figura pública, Ana Serradilla también ha tratado de ser una persona alejada de los escándalos y es reservada con su vida privada.

A través de sus redes sociales comparte parte de sus proyectos actorales y algunas instantáneas de su vida al lado de su esposo Raúl Martínez Ostos y de Olga, Felipe y Gregorio, su perrijos y gatijos. Y hasta ahora, ha abierto su corazón para hablar de este momento sobre cómo ha sido su relación con el dolor, su cuerpo y la endometriosis que prácticamente ella descubrió.

"Se me generó una enfermedad ya muy... el cuerpo, yo lo que digo es que cuando uno no le hace caso a las emociones, el cuerpo grita. Entonces le tocaba ya a mi cuerpo gritar y decirme 'Ana, para ya, estás pasando por encima de ti en todos los sentidos'", compartió la actriz.

Aunque su ginecólogo insistía en que ella se veía y estaba "impecable", ella no lo creía así y le insistió en que la escuchara. "Yo le decía 'creo que tenemos que hacer más estudios porque ya me puse a investigar y todos mis síntomas son de esto'", recordó.

Tras mucha insistencia, los estudios revelaron lo que ella ya presentía, "me hicieron la resonancia de pelvis y sale una cosa terrible, que ya tengo invadido el intestino, el colon, todo y que me tienen que hacer una cirugía, a la que me tardo dos años en acceder a hacerme, porque me daba mucho miedo".

La operación quirúrgica sucedió recientemente, confesó Serradilla, y no fue fácil, especialmente al darse cuenta de que dio mayor prioridad a su círculo que a ella misma.

"Lo que termino de aprender ya a mi edad es que si tú no te amas a ti, tampoco puedes amar y cuidar a los demás desde un lugar sano, porque yo me daba, y hasta la fecha siento que me sigo dando a los demás, pero como una forma de darme a mí sin darme a mí, pero no es correcto porque no es sano y no está bien. Está muy bien darse, está muy bien servir, pero primero tienes que estar tú bien porque si no llega un momento en el que terminas por explotar", reconoció.

Todo esto le ha permitido verse también como una mujer renacida y que desde ya ha comenzado a poner límites, ahora sí para gozar de su salud y estar con los suyos de una manera más armoniosa.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Casa de la Bola, cuando el talento de Hollywood y Broadway se une al espíritu mexicano