La analogía del paraíso-infierno, en "Soy mi diablo"

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 29 (EL UNIVERSAL).- Como una maquinaria para sublimar el dolor a través del arte se concibe "Soy mi diablo", unipersonal escrito, dirigido e interpretado por la bailarina Angélica Baños, en el que lo coreográfico y el drama confluyen. La herida y el dolor son, dice, el germen creativo. "La idea pulsátil es que la pieza se detenga en un estado contemplativo de dolor y tener, de pronto, la analogía paraíso-infierno con sus emociones que se tornan oscuras; trata de cómo un lugar o una situación que evoca bienestar puede romperse, convirtiéndose en un infierno donde uno mismo es quien sigue lastimándose", explica Baños en entrevista.

La historia que Baños representa en escena es la de una mujer que llega al teatro y antes de empezar la función se dirige al público; tiene ganas de hablar, de contar cosas importantes: empieza por relatar su vida, pero cuando menciona una perra callejera, herida, que adoptó, se trastoca la narrativa. "Su historia se entreteje con la de la perra y se crea la metáfora —desde la primera capa narrativa, el momento previo a la función—, una construcción dentro de la dramaturgia en la que el público se pierde. Esta mujer habla hasta que el público entiende que ella hace una especie de metamorfosis, se convierte en esta bestia de la que habla. La perra es la metáfora del dolor y de esta mujer que alguna vez necesitó ayuda".

Una narrativa que se corresponde con ciertas vivencias de la bailarina y coreógrafa. En 2022, Baños se enteró de que se le había roto una vértebra. Fue un primer duelo que se empalmó con la pérdida de un ser querido. "Estaba en un ambiente muy de muerte, experimentando el luto por mi propio cuerpo". Esto explica que el trasfondo de la obra sea la manera en la que alguien puede tener una relación destructiva consigo mismo. "Pero también es una metáfora sobre permitirse ser una bestia y recurrir a los lugares de animalidad, instinto y protección".

El desarrollo de la obra no empezó con la potencia corporal bajo la que se abordan los proyectos dancísticos: "Quería hacer una obra cuando no podía bailar. Por ello empecé escribiendo, usando recursos que me evocaron la detonación del movimiento desde ciertos sitios que no eran las esferas del virtuosismo, las técnicas o los grandes rangos articulares. Fue construir más la imagen, la metáfora. La misma obra me fue obligando a usar la voz en escena, a poner el cuerpo desde lugares que no son meramente dancísticos".

En México estará en El Milagro el 12, 13 y 14 de enero, luego en el Edomex, Hidalgo e incluso en Costa Rica, El Salvador y Argentina.