Andrea Acatto: el largo camino de la actriz de Matrimonios... y algo más y Los Benvenuto que fue tras un sueño a Hollywood

Andrea Acatto: el largo camino de la actriz de Matrimonios... y algo más y Los Benvenuto que fue tras un sueño a Hollywood
Andrea Acatto: el largo camino de la actriz de Matrimonios... y algo más y Los Benvenuto que fue tras un sueño a Hollywood - Créditos: @Gentileza Andrea Acatto

Trabajó en Matrimonios... y algo más, La banda del Golden Rocket, Son de Diez y Los Benvenuto, pero en los ‘90 se fue a México en busca de un sueño. En los últimos veinte años, Andrea Acatto vivió entre Buenos Aires, Miami y Los Ángeles y nunca abandonó el anhelo de ser una estrella de Hollywood, ganar dinero y abrir una escuela-hogar de artes y oficios en nuestro país, para darle una oportunidad a los que menos tienen . Volvió a Buenos Aires en el 2010 y hace cuatro meses regresó a Los Ángeles, donde tiene una productora que busca colocar contenidos en ambos países. Además, trabaja como cajera y barista en los Estudios Fox, y convive con su socio y mejor amigo.

En diálogo con LA NACION, Andrea Acatto habla de su ir y venir, de sus inicios en la televisión gracias a Hugo Arana y Hugo Moser y de sueños. Dice que de chica quería ser bailarina clásica y que para eso se preparó. “Estudié baile clásico, moderno, jazz, flamenco y aspiraba a trabajar en el Bolshoi hasta que crecí y me di cuenta que no tenía cuerpo de bailarina. Ahí decidí ser actriz”, recuerda. Pero su papá no quería saber nada, y aunque su mamá la apoyaba, era muy chica para tomar decisiones y llevarlas a cabo. “Así que empecé a estudiar a escondidas, con el marido de mi profesora de danzas, que daba clases en el Conservatorio. Hice obras de teatro, siempre sin que mis padres supieran, hasta que participé en Control remoto, un programa en el que se jugaba por un viaje a Bariloche. Había sketches de actuación, de danzas e hice las coreografías y todo lo que se necesitaba para poder presentarnos ”, asegura.

Andrea Acatto
Andrea Acatto - Créditos: @Gentileza Andrea Acatto

No ganaron el viaje, pero se hizo amiga de dos productores de Canal 9, Paula Jackobson y Cacho Paredes, que le abrieron la puerta para que fuera cuando quisiera buscar trabajo. “Al año siguiente fui a la universidad a estudiar Relaciones Públicas, para ser la hija que mis padres querían. Sentía mucha responsabilidad porque soy la única mujer y la mayor de cuatro hermanos varones y quería ser el ejemplo a seguir. Trabajaba en la universidad en el área de cuentas corrientes, a pesar de que detesto los números, pero quería que me becaran. No se dio. Un día fingí estar enferma para escaparme del trabajo, me dieron unos días de licencia y los utilicé para ir a Canal 13 a ver a esos productores. Les conté que quería trabajar, y mi meta era estar en el programa donde había muchos actores reconocidos, Matrimonios... y algo más, por lo cual me quedé en el pasillo, esperándolo. Y me presentaron a Edgardo Borda, que me dio un pequeño papel en un programa de Darío Vittori ”, detalla.

-¿Y pudiste hablar con Hugo Moser?

-Estuve horas esperando a Moser y salió Hugo Arana, que me preguntó qué hacía y me dijo que era muy chica para estar ahí tantas horas. Le dije que buscaba trabajo como actriz, me hizo decir unas líneas de su sketch, que era el de “El groncho y la dama”, me dijo que esperara, habló con Moser, que finalmente me atendió porque ya habían terminado de grabar. Me pregunto qué necesitaba, le dije que me quería ir a Hollywood a hacer la vida de Marilyn Monroe, que aprovechara para contratarme antes de viajar, y me respondió que a esa hora la sonrisa de una caradura venía bien y me dio un papel para grabar ese sábado, para hacer de hija de Rodolfo Ranni.

-Y te quedaste...

-Sí, protagonicé un sketch con Fernando Lupiz, fui mucama en “El groncho y la dama”, además de la hija de Ranni, todo con mucha letra. Estaba feliz. También fui a ATC, estaba en un pasillo maquillándome y pasó Adolfo Castello y me dijo, ‘qué hace una mujer tan chiquita pintándose como una puerta’. Le contesté que buscaba trabajo y me respondió ‘no busqué más’, y me llevó a grabar La noticia rebelde e hice un sketch que se llamaba “Polvo de estrellas” y era una televisión trucha que se colaba dentro del programa, y yo la protagonizaba. En un día grabamos un montón, para varias semanas. Cuando volví a Canal 13 le pedí permiso a Moser para ir a ATC y me dijo que no, que ahora era artista del canal.

-¿Seguiste en Matrimonios y algo más, entonces?

-Por un tiempo. Muchas de las actrices eran vedettes, yo era muy voluptuosa y flaca en ese momento, y Moser quería que saliera en ropa interior. Pero yo me negaba porque no me interesaba tener ese perfil; yo quería actuar. Me acuerdo que Mirtha Busneli me llevaba vestuario porque siempre me querían poner en bikini. Un día Moser se cansó, y además pasó algo que no creo que haya sido intencional, pero sí un mecanismo de defensa, y fue que empecé a engordar; no mucho, cuatro kilos. Pero me dijo que estaba gorda para el programa y que como no quería ponerme en ropa interior, no le servía. Me echaron, sin decirme ni chau. Igual voy a estar siempre agradecida por la oportunidad .

-Moser te abrió y cerró las puertas…

-Sí. Ya entonces tenía conciencia feminista y no me gustaba la cosificación. No quería ser vedette, estaba lejos de eso. No me llamaron más y pusieron a una vedette en mi lugar.

-¿Y cómo seguiste adelante?

-Me costó un poco volver a salir a buscar trabajo y además me sentía gorda. Hice dieta, bajé mucho de peso, demasiado creo, pero me sirvió para ir a Telefe. Me vio un productor, Chacho Cordone, y me ofreció hacer de novia de Carlín Calvo en Amigos son los amigos, en la segunda temporada. De ahí fui a La banda del Golden Rocket.

-¿Cómo fue?

-Necesitaba un trabajo fijo que me diera dinero, y me había buscado un curro que era trabajar organizando eventos, buscando sponsors y haciendo las relaciones públicas en discotecas de moda. Sentía que no pertenecía a ese mundo, pero me servía porque podía invitar a amigos actores como Adrián Suar y Diego Torres, que fueron los que me hicieron saber que buscaban actrices para un programa. Fui a ver a los autores, Jorge Maestro y Sergio Vainman, y justo buscaban a una actriz para que hiciera de una loca enamorada de Diego. El personaje pegó, era la primera escena del primer programa, y fue muy gracioso. Estuve como cuatro años, de forma intermitente. Después me llamó Patricia Weber para hacer unos capítulos en Son de Diez, donde era amiga del personaje de Florencia Peña, éramos las “pechochas”.

-¿Y cómo seguiste?

-Cuando terminé hice Los Benvenuto, con un personaje de amiga de la sobrina de Guillermo Francella. Me di el gusto de ser la chica con la que los protagonistas de la época tenían romances de ficción. Fue una experiencia con mucha adrenalina que disfruté. También hice de contrafigura de Carolina Papaleo en Una voz en el telefóno, por algunos capítulos. Y siempre digo en broma que a ella no le gustaba porque me pegaba en serio (ríe). No me molestaba porque le daba mucha efectividad a la escena. Aprovechando que estaba en Canal 9, quise decirle a Moser que estaba agradecida por la oportunidad que me había dado. Pude hablar con su productora, y enseguida me llamaron para un personaje en El precio del poder, una enfermera que tenía que actuar con Rodolfo Beban. Y ahí me mandé una macana.

-¿Qué pasó?

-Pasaban los capítulos, mi personaje no crecía y yo ya tenía un trabajo estable en una compañía discográfica, como relaciones públicas. Y no podía faltar. Entonces planteé esa inquietud y me sacaron del programa. Aprendí que hay que callearse la boca. No fue por ego sino por miedo a perder el otro trabajo, pero me arrepentí porque si no decía nada, hubiera seguido en el unitario. Hice un capítulo de Alta comedia antes de viajar a México.

-¿Por qué te fuiste a México?

-Porque conocí a unos productores mexicanos que me ofrecieron trabajo en una discográfica de allá y la posibilidad de entrar a Televisa, por unos conocidos. Era 1997. Mis padres, a su vez, tenían unos amigos allá, y mi mejor amigo, se prendió y me dijo ‘vamos’. Me entusiasmé y me fui, pero cuando llegué estos productores no aparecieron; era todo mentira. Así que con mi amigo empezamos a hacer castings para publicidad y trabajé dando clases de danzas en Televisa a cambio de clases de neutro. Hubo algunas cosas que no me gustaron, no me sentí cómoda y me fui a Miami.

-¿Y cómo te fue en Miami?

- Mi meta era llegar a Hollywood, ganar plata y cumplir sueño de tener una escuela-hogar para pibes de la calle en Argentina. Y necesito consagrarme en Hollywood, hacerme millonaria y usar el dinero para eso . Trabajé en colonias de vacaciones, después en una heladería, y un día, enchastrada de chocolate, vi entrar a Hilda Lizarazu y su representante, María Watson, que era amiga mía de la época en la que trabajé en la Rock and Pop, también en relaciones públicas. Me ofreció un trabajo de prensa en un festival de rock y enseguida dejé el delantal y me fui. En ese festival, casualmente, me encontré con otro amigo, uno de los directivos de MTV, le dije que estaba buscando trabajo y me recomendó para sumarme a ese canal. Estuve también en Nickelodeon y llegué a ser directora de piso y productora de un programa que se llamaba Conexión. Pero lo que quería era actuar, y ahí no había mucho porque el mercado latino era muy reducido. En el 2001 me caí patinando, me rompí una pierna y volví a Argentina operarme.

"Mi meta era llegar a Hollywood, ganar plata y cumplir sueño de tener una escuela-hogar para pibes de la calle en Argentina"
"Mi meta era llegar a Hollywood, ganar plata y cumplir sueño de tener una escuela-hogar para pibes de la calle en Argentina" - Créditos: @Gentileza Andrea Acatto

-Volviste para sanarte…

-Sí. Mi intención era quedarme, pero fue una época difícil, no conseguía trabajo y como era residente en los Estados unidos, no podía estar más de seis meses fuera del país. Finalmente vine a Los Ángeles, me compré una bicicleta y recorrí agencias dejando fotos y curriculum, conseguí representante, pero eran todos roles latinos, y me decían que yo parecía italiana. Como no me salía nada como actriz, empecé a trabajar en un restaurante argentino, después en otro y otro hasta que caí en un local de ropa de danzas donde conocí a varios profesores. Terminé dando clases en diferentes escuelas y también tenía alumnos particulares; me iba súper bien. Hasta que la lesión que había tenido en una pierna influyó en la otra y tuve síntomas de fascitis plantar, no pude seguir dando clases y tuve que estar en reposo varios meses.

-Cambio de planes, ¿qué pasó?

-Me conseguí un trabajo de telmarketer que no podía soportar. Entonces, al poco tiempo lo dejé y me anoté como voluntaria para festivales de cine y conocí a un periodista argentino que tenía una agencia de noticias de espectáculos y buscaba una actriz que hiciera de periodista de notas en joda. El personaje era buenísimo y gustó mucho pero el late night show en el que iban a salir las notas nunca se hizo y yo quedé como periodista, pero haciendo notas en serio y estuve del 2004 al 2010 trabajando en Hollywood. El tema es que ganaba poco porque trabajaba para una empresa argentina; era reportera de noche, y de día trabajaba como asistente de maestra en jardín de infantes, los fines de semana restaurantes, y como maquilladora. Estaba todo el día trabajando, no tenía tiempo para audicionar y estaba cansada, aturdida de ansiedad.

-¿Entonces volviste al país?

-Yo nunca me fui con la idea de no volver; la verdad es que me sentí expulsada, una exiliada económica. Mi idea es vivir en la Argentina, porque amo mi país y ahí está mi familia y la gente que amo. Quería conseguir plata para abrir esta escuela-hogar, y sentía que pasaban los años y no lograba actuar porque no daba latina y mi inglés tiene acento así que tampoco doy para un personaje autóctono. Estaba harta de extrañar, quería ver crecer a mis sobrinos, así que me volví en el 2010. Tenía pensado quedarme y eso hice durante once años. Lo primero que quise hacer fue un documental sobre chicos de la calle. Empecé a moverme con esa intención y conseguí trabajar en el Gobierno de la Ciudad, en el BAFICI, luego en la Secretaria de Desarrollo, di clases en barrios vulnerables. Fue una experiencia positiva, pero hubo cosas que me hicieron ruido, había discordancias y me fui. Había vuelto muy flaca de los Estados Unidos y acá empecé a engordar y me sentía incomoda, quería bajar de peso para poder trabajar como actriz. Me sentí perdida hasta que una amiga me ayudó a hacer un pequeño papel en El Tigre Veron y otro en la película Mi obra maestra. Esos 11 años en Buenos Aires lo intenté todo para volver a trabajar.

Acatto trabaja en una serie que "habla sobre una mujer en la menopausia que trata de volver a ser quien era" y que tiene mucho de autobiográfica
Acatto trabaja en una serie que "habla sobre una mujer en la menopausia que trata de volver a ser quien era" y que tiene mucho de autobiográfica - Créditos: @Gentileza Andrea Acatto

-Varias veces haces referencia a tu peso, ¿te sentiste discriminada?

-Sí, siempre tuve un tema con el cuerpo porque tengo mucho busto y cuando estoy muy flaca se nota mucho, me da vergüenza y me parece que por eso me recubrí de una capa de grasita, para que no se notara tanto. Siempre fui voluptuosamente rellena. Desde que llegué a Los Ángeles bajé diez kilos y ahora estoy en el proceso de quererme, por primera vez en la vida. De todo eso quiero hablar en la serie que estoy desarrollando, se llama Wannabe, que significa algo así como ‘querer ser’ y habla sobre una mujer en la menopausia que trata de volver a ser quien era. En realidad, estoy ficcionando mi propia vida que puede ser atractiva en ritmo de comedia . La estoy desarrollando con mi productora que se llama A.L.A.’s. Necesito vivir en la Argentina y tener un ingreso de los Estados Unidos, porque allá no pude conseguir trabajo.

-¿Estás trabajando sola en ese proyecto?

-Estoy asociada con mi amigo Javier Prato, y elaboramos contenidos que queremos ubicar en ambos países. Mientras tanto, trabajo como cajera y barista en los Estudios Fox, con la ilusión de que algún productor me descubra (ríe) y poder actuar. En mi productora quisiera poder trabajar con mis hermanos: Fernando que es director de fotografía, Martín licenciado en marketing y Pablo, director de drones. Y mi amigo es el mejor editor, y además convivimos, somos roommates, en un ambiente que casi ni tiene cocina, pero la inventamos.