Andrea Palma y la distinguida amistad que la convirtió en una diva adelantada a su tiempo

Actress Linda Christian and Andrea Palma in a scene from the movie
Las actrices Andrea Palma (de pie) y Linda Christian en una escena de la película Tarzan and the Mermaids (Foto: Donaldson Collection/Getty Images).

Andrea Palma es considerada la primera diva del cine mexicano. Fue una actriz con un profundo sentimiento cinematográfico y una bien orientada experiencia teatral, pasiones que enriqueció desde niña cuando le gustaba memorizar versos para después declamarlos a quien quisiera escucharla.

Esa facilidad de aprenderse diálogos también fue una de sus mayores ventajas frente a los productores, como ocurrió cuando su amiga, la actriz Isabela Corona, tuvo que ausentarse de la obra teatral Maya por motivos de salud. Al enterarse, buscó al director Alfredo Gómez de la Vega para asegurarle que se sabía de memoria todos los diálogos, y aunque de principio no le creyó, demostró que fue la suplente perfecta.

Guadalupe Bracho Pérez Gavilán, como la nombraron sus padres, tomó su nombre artístico "Andrea Palma" gracias a la sombrería que fundó, Casa Andrea, a donde acudían las actrices destacadas de inicios del siglo pasado. Y el "Palma" estuvo inspirado en una de sus ricas y elegantes clientas.

Su experiencia en moda y la admiración que sentía por sus primos Dolores del Río (la primera diva internacional) y Ramón Novarro la sedujeron para emprender su propio viaje a la meca del cine, Hollywood, donde aún reinaba el cine mudo y algunos aventureros comenzaban a soñar con ponerle sonido a sus producciones.

Aún en plena depresión económica, Palma destacó como costurera y consiguió algunos papeles de extra al lado de sus familiares. Gracias a esto, tuvo la oportunidad de conocer a Marlene Dietrich, quien estaba por iniciar las grabaciones de Blonde Venus (1932). La dedicación que la alemana vio en la joven la llevó a adoptarla como su estilista personal y con el tiempo su asistente y amiga.

La amistad con Dietrich también le ayudó a rebelarse a los convencionalismos sociales, ya que fue la primera que usó pantalones en México y fumó en público, la pionera en dejar de usar brasier, además de ser una de las primeras en aprender a conducir autos. "Manejaba fatal", contó Diana Bracho, su sobrina, en una entrevista con Excélsior.

Pero si había algo que más le admiraba la mexicana eran sus severos modales, heredados de sus estrictos padres alemanes, así como su glamurosa forma de vestir, detalles que inspiraron a Palma en su primer rol importante en México, el de "Rosario" en La mujer del puerto, que cautivó al público.

"Al leer el argumento y ver el personaje, caí muerta de la emoción; sobre todo por la segunda parte, pues coincidía mucho con las cosas que estaba haciendo Marlene. Además había alguna semejanza con ella; bueno, yo no tenía su cuerpo, pero en fin, más o menos… ¡Como no iba a ganar (el papel) si venía bien estudiada! Sabía de poses y miradas fatales copiadas de Marlene, sabía poner y usar pestañas postizas, sombreros, trajes, etcétera", contó la actriz para los Cuadernos de la Cineteca Nacional.

La mujer del puerto es una historia protagonizada por una prostituta, un personaje que incorpora a su drama elementos propios de la moralidad católica, como la culpa, el pecado original, la contraposición a la maternidad santificada por el matrimonio y la necesidad de sacrificio como medio de expiación. "Rosario" convirtió a Palma en una superestrella instantáneamente.

Su siguiente trabajo también le permitió acercarse a su pasión por las letras al encarnar a la poetisa rebelde feminista sor Juana Inés de la Cruz, un largometraje considerado el primer documento audiovisual de ficción basado en la vida de esta exponente de la literatura mexicana.

Palma participó en más de 30 filmes que formaron parte de la denominada Época de oro del cine mexicano. En la mayoría de sus películas del género melodramático interpretó personajes que oscilaban entre los dos arquetipos femeninos de la cinematografía nacional: la "buena" madre o la prostituta, como su papel de "Rosaura", una dama de la alta sociedad tapatía que lleva una doble vida alquilando un burdel en Ciudad Juárez en la película Aventurera.

Tras una breve y poco exitosa temporada en Hollywood, la actriz mexicana inició la década de 1940 lejos del cine pero presentándose en diferentes teatros. Fue hasta 1943, bajo la dirección de su hermano Julio Bracho que vuelve a los foros con la película Distinto amanecer para interpretar a "Julieta", una esposa frustrada durante el día y dedicada a la prostitución en las noches. El filme fue quizá el primero en proyectar a Ciudad de México como la urbe cosmopolita en la que se estaba convirtiendo.

"El de Andrea Palma en Distinto amanecer es el trabajo más eminente que he visto en el cine mexicano, por su absoluta naturalidad", dijo Corona para El Universal en 1943. La primera actriz de teatro, Clementina Otero, secundó esta declaración: "siempre consideré a Andrea Palma como la primera actriz del cine mexicano, y Distinto amanecer no sólo me confirma esa opinión, sino me ha producido la enorme satisfacción de comprobar el asombroso adelanto de la cinematografía nacional".

Andrea se mantuvo en la industria cinematográfica hasta 1973, fecha de su última película junto a su hermano Julio Bracho, En busca de un muro. Sin embargo, desde finales de la década de los 50 su dedicación principal era el teatro y la televisión. En la pantalla chica destacó como presentadora de la serie La novela semanal (1963), donde presentaba de manera cercana los clásicos de la literatura.

En Televisa triunfó con participaciones en las telenovelas Mundo de juguete en 1974, Pobre clara en 1975 y Pasiones encendidas en 1978. Su última novela fue al lado de su sobrina Diana Bracho en Ángel Guerra (1979).

Se casó solo una vez, con el actor Enrique Díaz Indiano, quien falleció nueve años después de su retiro. Lejos de los escenarios y sin su compañero de vida, Andrea Palma confrontó a la soledad y hacia finales de 1983 se recluyó voluntariamente en la Casa del Actor, el asilo para actores veteranos auspiciado por la ANDA, en donde tendría con quien hablar y recordar tiempos pasados.

Pero los últimos años de su existencia tampoco fueron benevolentes, pues padeció arteroesclerosis cerebral, enfermedad por la poco a poco fue perdiendo la coordinación del habla.

Andrea Palma murió el 11 de noviembre de 1987. La madre Honorina, quien la asistió en sus últimos momentos, declaró que la diva mexicana "murió tan natural que casi sonrió".

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