Angélica Chaín, 'la reina del cine de ficheras' que se retiró en su mejor momento

Angélica Chaín, actriz que tuvo su época de esplendor con 'el cine de ficheras' (Foto: Captura de pantalla)
Angélica Chaín, actriz que tuvo su época de esplendor con 'el cine de ficheras' (Foto: Captura de pantalla)

El año de 1991 es la fecha que registra el último trabajo que hizo Angélica Chaín. Produjo y protagonizó Hembras de tierra caliente, película dirigida por Luis Quintanilla Rico. Esa producción fue su retiro del ambiente artístico. A partir de entonces se alejó por completo del espectáculo llevándose consigo el distintivo de “la reina del cine de ficheras”.

Fue un mote que el público le puso y la prensa adoptó. También fue un apelativo que dividió opiniones debido a que un sector de fans de las sexy comedias consideraron que la verdadera monarca era Sasha Montenegro. Durante la década de los 80's, Angélica y Sasha fueron las dos estrellas femeninas estelares que se convirtieron en éxito taquillero. Surgió el rumor de una supuesta rivalidad. Cabe señalar que estuvieron juntas en Santo y Blue Demon vs. El doctor Frankenstein (Miguel M. Delgado, 1974).

Pero no existió tal animadversión entre ellas. Por el contrario, Montenegro reconoció a su colega como una figura importante dentro de la industria en aquellos años. Asimismo, la proliferación de títulos dentro del denominado “cine de ficheras” permitió que ambas tuvieran protagónicos sin chocar una con la otra en sus respectivos objetivos por mantenerse en la cima.

De hecho, y de forma circunstancial, Montenegro favoreció a Chaín para que se consolidara como una de las grandes estrellas del cine nacional entre 1980 y 1990, esto gracias al romance que sostuvo con el expresidente José López Portillo. Al quedar embarazada debió ausentarse de las pantallas, situación que motivó a los productores a voltear hacia Angélica y ofrecerle filmes que estaban pensados para su compañera.

La ausencia de Montenegro en las pantallas se equilibró con la presencia de Chaín en cuestión de taquilla. A su vez, la actriz aprovechó su momento y dio el paso a la televisión para combinar participaciones con el cine. Para complacer y mantener cautivos a sus seguidores, Angélica aceptó desnudarse en varias películas de “ficheras”, así como en filmes de acción.

Mostrar su figura al desnudo detonó más venta de entradas y más contratos. A diferencia de otras actrices que aparecían sin ropa, Chaín era protagonista de las historias y su nombre lucía como estelar en los créditos, detalle por el cual se le llamó ‘la reina del cine ficheras’. Influyó además la distancia que se vio obligada a poner Sasha Montenegro con el cine debido a su maternidad.

Sobresalió con El día de los albañiles (Adolfo Martínez Solares, 1982), El ratero de la vecindad (Gilberto Martínez Solares,1982) y Los verduleros (Adolfo Martínez Solares, 1986),

Lo curioso, por no decir que lo contrastante, es que se le identificó con ese sello pese a que tomó la decisión de incursionar en las telenovelas para mostrarse como actriz completa, no únicamente nudista. Validarse como histrionisa fue de sumo interés para ella, sobre todo porque su formación no era actoral. Sus primeros pasos en el ámbito artístico fueron con el burlesque y las fotonovelas. Para pulirse como intérprete tomó clases con José Luis Ibáñez, reconocido director teatral.

Con El maleficio (1983), Juana Iris (1985) y Seducción (1986), Chaín se probó en las telenovelas de Televisa. Fue bien recibida por los televidentes a pesar del estigma que se tenía sobre su perfil profesional como una intérprete de personajes populares con propensión al desnudo. Ayudó bastante su porte elegante para concederle el beneficio de la duda en melodramas.

Sin embargo, el cine siguió siendo su punto fuerte. En 1989 asumió el riesgo de interpretar un doble papel en El diario íntimo de una cabaretera, película dirigida por el legendario cineasta Gilberto Martínez Solares. Dio vida a un par de gemelas opuestas entre sí en todos los sentidos, lo que implicó un reto para manejar dos personalidades diferentes en una misma historia.

Allí parecía despuntar como una actriz que quería probarse en tramas ajenas a las sexy comedias, mayor aún porque se avecinaba la década de los 90’s, periodo en que el cine de ficheras ya no iba a tener cabida. Pero de buenas a primeras desapareció de la industria luego de contraer matrimonio con el magnate hotelero y azucarero Enrique Molina Sobrino. Dejó de saberse sobre ella por completo hasta 2018, año en que apareció en una foto junto a su marido celebrando un aniversario de bodas.

Se retiró como estrella de la pantalla grande que fue durante su época, justo en un instante de avances para sus propósitos actorales y cuando inició a desenvolverse como productora cinematográfica. Quiso enfocarse en su vida familiar.

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