Anticipo. Billy Bond hará un ambicioso musical sobre el rock nacional en el Luna Park

Billy Bond, en la puerta del Luna Park
Billy Bond, en la puerta del Luna Park

Hoy, 20 de octubre, hace exactos 50 años que protagonizó uno de los hechos más comentados de toda la historia del rock nacional y acuñó una de las frases más célebres en medio de una performance en un recital colectivo (junto a Aquelarre, Color Humano, Litto Nebbia, Pappo’s Blues y Pescado Rabioso) en el Luna Park. “Rompan todo”, dijo entonces Billy Bond, líder de La Pesada del Rock, dándole vía libre a los espectadores ubicados en los atiborrados sectores populares del estadio (luego de que las vallas hubieran empezado peligrosamente a ceder) para pasarse a las plateas. El episodio continuó con la participación de la policía, que detuvo y aporreó a varios fanáticos y se llevó preso al mismo cantante. Corría 1972 y el rock con sus (posibles) excesos no eran aún asimilados por una sociedad que, pocos años más tarde, conocería la peor cara de la represión.

Con motivo de esta fecha, que –está dicho- se “conmemora” hoy, varios medios se han comunicado a la distancia con Bond, quien desde su exilio de 1976 vive en San Pablo –donde se casó y fundó una familia-. Incluso LA NACION, que ha publicado en los últimos días dos notas al respecto. La novedad, que él hará pública en horas de la tarde (pero que decidió adelantarle en exclusiva a LA NACION), es que sobre ese episodio y todos los otros de su vida, estrenará el año próximo un musical, que, además será, “un homenaje definitivo al rock nacional”. ¿Y dónde lo llevará a cabo? Nada más ni nada menos que en el Luna Park, donde comenzó la leyenda.

Soy el rock se llamará el espectáculo. Tendrá como subtítulo (¿o anzuelo) la famosa frase “Rompan todo”, y el agregado capcioso de “Operita” (en referencia al último disco de Billy Bond y La Pesada del Rock, titulado Tontos (operita), 20 de octubre de 1972) , que para muchos significó “el final del rock nacional”, al menos desde el punto de la rebeldía que anidaba el género en sus comienzos. Instalado por unas horas en Buenos Aires, el mismo Bond en persona explica la génesis del proyecto: “En realidad primero iba a ser un gran musical con y sobre Charly García, pero después vino la pandemia y él se enfermó un poquito, y como yo ya me había gastado un montón de dinero en estructuras teatrales y estas pueden ser aprovechables para cualquier idea, ahí di una vuelta de timón y modifiqué la idea del musical. ¿Y qué es lo que tenía más a mano? ¡Los 50 años del “Rompan todo” en el Luna Park! Pero, ojo, no será un espectáculo sólo sobre eso, no, será la historia de un pibe, que bien podría ser yo mismo o cualquier otro hijo de inmigrantes, y de todo lo que ha pasado en el país a lo largo de estas cinco décadas, a nivel musical e histórico”. De esta manera, anticipa, irán sonando a lo largo de dos horas temas de diversos artistas, “como en una suerte de túnel del tiempo”, desde Palito Ortega y Johnny Tedesco hasta Andrés Calamaro, Los Fabulosos Cadillacs y La Renga, pasando por Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Los Redonditos de Ricota y Soda Stereo.

Bond se cree con derecho a involucrar a todos esos músicos en su espectáculo “porque aunque muchos no lo sepan o no lo recuerden produje a la mitad de esos grandes ídolos”. Y pasa a relatar: “Yo fui el productor de los cuatro discos de Sui Géneris, también de Pappo y de Manal. Lancé a Seru Girán, los contraté aquí, los hice grabar en Brasil y concluimos la masterización en LOS Estados Unidos. Y si hablamos de Spinetta, él llegó a tocar en La Pesada. Todos fueron amigos míos, así que no creo que nadie se ofenda, en todo caso este espectáculo es un homenaje a ellos”, aclara. Y de paso también a otras figuras populares argentinas, no todas del campo musical. Habrá homenajes a Carlos Gardel y Mercedes Sosa, sí, pero también a Diego Maradona y Jorge Luis Borges. Y también podría suceder –confía Bond- que hasta el mismísimo Charly García asista a una o varias de las funciones para interpretar sus canciones al frente de los teclados y ser celebrado en vivo.

La producción de Soy el rock está estimada en un millón y medio de dólares y se entiende su alto costo cuando Bond comenta todo lo que incluirá: 400 metros de pantallas LED, 15 escenarios variables, 4 ascensores, efectos 4D de primera línea, una orquesta de 40 músicos, una banda de rock de 10 integrantes, un coro de 20 cantantes más 30 bailarines y acróbatas y 15 actores, ¡y hasta un buque de grandes proporciones y un helicóptero que descenderá en medio del estadio!, “para simular un episodio de la Guerra de Malvinas”. “Será un espectáculo de 180º, absolutamente inmersivo, en el que caerá nieve, habrá viento y olores”, enumera. Bond se ampara para acometer tamaña labor (que parece titánica) en sus años de productor y director de los más importantes musicales de Broadway en Brasil. En su haber figuran, por ejemplo, las versiones paulistas de El fantasma de la ópera, Los Miserables, Rent, El beso de la mujer araña y El mago de Oz.

Portada de la revista Así, del 24 de octubre de 1972.
Portada de la revista Así, del 24 de octubre de 1972.

Aunque las fechas aún no están confirmadas, se prevé que el musical será ofrecido durante siete noches contiguas, tentativamente las del 27, 28, 29, 30 y 31 de mayo y las del 1 y 2 de junio, del 2023. Lejos de poner algún tipo de reparos (por los hechos de violencia sucedidos allí hace 50 años, y que lo tuvieron a él como a uno de sus protagonistas principales) los actuales propietarios del Luna Park le darían la bienvenida a Billy Bond y a su musical de muy buena gana. ¿Por qué? “En los años 70 fui amigo personal del padre Mujica y el dueño actual del Luna Park es el clero, por no decir el Papa. ¿Y quién es hoy el Papa? El padre Francisco, otro viejo amigo del padre Mujica. Todo ellos estaban en contra de la represión y de los militares. Como verás, todo se hilvana hoy, sin connotación política partidaria, para que yo pueda volver al Luna Park de la mejor manera”, sostiene el músico, que además de producir y dirigir el espectáculo, participará de él, arriba del escenario, cantando los temas más emblemáticos de La Pesada del Rock (“La marcha de San Lorenzo”, “Salgan al sol”, “Tontos”, “La pálida ciudad” y “Señor presidente”), “verdaderos himnos de la única banda que desde sus letras tuvo una relación directa contra el sistema”, y varias otras joyas del rock nacional. “De todas maneras la idea es que no haya una sobredosis de Billy Bond y La Pesada del Rock en Yo soy el rock sino que sea más bien la historia de unos amigos que a lo largo del tiempo fundaron un género y construyeron una épica”, concluye entusiasmado, a sus jóvenes 78 años.