Árbol de Navidad natural o artificial: ¿cuál es mejor para el planeta? La respuesta es compleja

Los estadounidenses gastan mucho dinero en árboles de Navidad, tanto reales como falsos. Pero ¿qué opción es mejor para la Madre Tierra? Depende. (Crédito Getty Images y Caitlin Murray)
Los estadounidenses gastan mucho dinero en árboles de Navidad, tanto reales como falsos. Pero ¿qué opción es mejor para la Madre Tierra? Depende. (Crédito Getty Images y Caitlin Murray)

En la sección Vida Sostenible, Yahoo Vida y Estilo analiza algunos de los problemas más apremiantes que afronta nuestro planeta y revela qué puedes hacer para marcar la diferencia.

Oh árbol de Navidad, oh árbol de Navidad, ¿cuán sostenibles son tus ramas?

Cuando nos preguntamos qué tipo de árbol es mejor para el planeta –los árboles naturales que demandan mucha tierra, agua y transporte o los árboles artificiales que se pueden reutilizar, pero provienen del petróleo y no son biodegradables– la respuesta no es muy clara.

“Hay muchos matices”, le confesó a Yahoo Vida y Estilo Andy Finton, ecologista forestal y director de conservación del paisaje de Nature Conservancy. Explicó que el factor más importante de la ecuación se produce después de Navidad, el momento en que los compradores deciden cómo y cuándo deshacerse de sus árboles.

Para entender el panorama general, es mejor comenzar por el principio.

¿De dónde provienen los árboles de Navidad naturales?

“Muy pocos árboles de Navidad provienen de los bosques”, dijo Bert Cregg, fisiólogo de árboles y profesor de horticultura y silvicultura en la Universidad Estatal de Michigan. “Prácticamente todos esos árboles se cultivan en granjas familiares con el propósito de venderlos”.

En cierto momento del año llega a haber entre 350 o 500 millones de árboles creciendo en las granjas de Estados Unidos. Cada año se cultivan alrededor de 30 millones, de los cuales se venden 21,6 millones mientras las partes que sobran suelen convertirse en mantillo para la jardinería. Este negocio generó 984 millones de dólares en 2021, según un informe de Nielson y la Asociación Americana de Árboles de Navidad, que promueve este tipo de industria. Este año, los precios de los árboles naturales oscilan entre 50 y 200 dólares, dependiendo del tamaño y la especie.

(Nathalie Cruz para Yahoo Vida y Estilo)
(Nathalie Cruz para Yahoo Vida y Estilo)

Los agricultores suelen reemplazar cada árbol de Navidad talado con dos o tres plántulas, cada una de las cuales tardará alrededor de 11 años en crecer y estar lista para ser talada, según ACTA. Por ende, los árboles naturales son un “producto sostenible y renovable”, apuntó Finton.

Sin embargo, todo se complica cuando intentamos desglosar la huella de carbono general de los árboles naturales; o sea, la cantidad total de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano que se genera durante todo el proceso.

Por un lado, mientras el árbol de Navidad natural crece eliminade 2 a 4,5 kilos de carbono de la atmósfera, el equivalente a aproximadamente dos galones de gasolina, algo positivo. Sin embargo, es probable que la maquinaria y los camiones que se utilizan para cortarlos y transportarlos a los mercados y hogares anulen esa contribución positiva llegando a un punto de equilibrio difícil de precisar.

Una alternativa consiste en optar por lo que podría ser la opción más sostenible de todas: un árbol de Navidad “vivo” que no ha sido cortado, sino que se vende con sus raíces intactas, lo cual permite cuidarlo en el hogar durante la temporada navideña y luego plantarlo en el patio cuando llegue la hora de sacarlo del salón.

“Me gusta mucho esa idea”, reconoció Finton. “Recoge lo mejor de todos los mundos: un árbol natural que aporta beneficios climáticos y ecológicos a largo plazo”.

Optar por un árbol de Navidad vivo, que se vende con su cepellón para plantarlo cuando terminen las fiestas, podría ser la solución perfecta para el dilema del árbol sostenible. (Foto: Getty Images)
Optar por un árbol de Navidad vivo, que se vende con su cepellón para plantarlo cuando terminen las fiestas, podría ser la solución perfecta para el dilema del árbol sostenible. (Foto: Getty Images)

Sin embargo, esta opción plantea algunos inconvenientes. Por ejemplo, no todos tienen un patio. También requiere un riego adecuado mientras se encuentra en el interior del hogar porque si se seca y muere “hace fracasar el propósito”, indicó Finton. También es necesario planificar algunos detalles de antemano: en primer lugar, debes elegir un sitio lo suficientemente grande como para poder plantar la variedad de abeto que hayas comprado y, en segundo lugar, acordarte de cavar el hoyo en noviembre, antes de que el suelo se congele si vives en una zona fría. “Otra posibilidad es colocar la planta en una maceta, cubrirla con tierra y plantarla en primavera. O puedes guardarla en el cobertizo o el garaje para evitar que se congelen las raíces, pero regándola de vez en cuando”, sugirió.

Si no tienes un patio (o un pulgar verde), otra opción es alquilar un árbol vivo. Podrás decorarlo y amarlo hasta que lo recojan para devolverlo al vivero cuando termine Navidad.

¿De dónde provienen los árboles de Navidad artificiales?

“Los árboles artificiales generalmente están hechos de plástico, casi siempre PVC”, explicó Finton, refiriéndose al cloruro de polivinilo, el tercer polímero sintético de plástico más producido del mundo –se fabrican 40 millones de toneladas anuales–, y también “el más dañino para el medio ambiente de todos los plásticos”, según Greenpeace.

Al menos el 90 % de los abetos falsos, 12,9 millones de los cuales fueron comprados por hogares estadounidenses en 2021, según ACTA, se fabrican y envían desde China, agregó. “Solo desde el punto de vista climático, se tarda una eternidad en crear un árbol artificial. Los combustibles fósiles están implicados en la producción del plástico y la fabricación y transporte del árbol, por lo que tiene un gran impacto en términos de emisiones de carbono”, hizo notar. Puede representar un gran ahorro a largo plazo, pero implica un gran desembolso inicial ya que el precio de un árbol artificial suele oscilar entre 100 y más de 500 dólares.

Dicho esto, Finton señaló que algunos estudios afirman que reutilizar los árboles artificiales durante al menos 20 años puede ser tan bueno como comprar uno natural cada año pues “se necesita ese tiempo para que un árbol artificial equilibre el impacto climático o de carbono que implica recurrir a un árbol natural cada Navidad”. Otros datos, como los que ha recopilado el informe de ACTA sobre la Evaluación del Ciclo de Vida 2018, indican que el tiempo de compensación es mucho menor e incluso señalan que los árboles artificiales pueden ser mejorespara el medio ambiente que los naturales si los conservamos durante más de cinco años.

Mac Harman, fundador y CEO de la compañía de árboles artificiales Balsam Hill, considera que mantener un árbol navideño artificial durante ese periodo de tiempo es una opción realista. Citó una investigación de ACTA en la que se indica que la mayoría de los clientes son consistentes en su decisión de comprar árboles artificiales, de manera que el 26 % piensa tenerlos durante al menos cinco años y el 49 % espera usarlos más de 10.

El 49 % de las personas que compran árboles artificiales esperan tenerlos más de 10 años, un detalle que contribuye a compensar la enorme huella de carbono del árbol. (Foto: Mel Melcon/Los Angeles Times vía Getty Images)
El 49 % de las personas que compran árboles artificiales esperan tenerlos más de 10 años, un detalle que contribuye a compensar la enorme huella de carbono del árbol. (Foto: Mel Melcon/Los Angeles Times vía Getty Images)

“Las personas que compran un árbol artificial piensan usarlo durante mucho tiempo”, le dijo Harman a Yahoo Vida y Estilo. “Cuando la mayoría de la gente deja de usar su árbol artificial, suele dárselo a otra persona, lo donan al Ejército de Salvación o a Goodwill. Por tanto, esos árboles terminan teniendo un el ciclo de vida útil de 10 a 20 años”.

Balsam Hill es solo una de las compañías, junto con Ikea, que han ampliado su oferta de productos para incluir árboles hechos de polietileno (PE), un plástico menos tóxico que el PVC, aunque no es exactamente sostenible. ¿Buscas una opción mejor? Compra un árbol usado, ya sea en una tienda de segunda mano o en Internet.

¿Dónde terminan los árboles naturales cuando mueren?

El mayor impacto medioambiental dependerá de lo que decidas hacer con el árbol cuando terminen las fiestas navideñas. Además de plantar un árbol de Navidad vivo, ya sea en tu propiedad o en el vivero de donde proviene, muchos pueblos y ciudades están poniendo en marcha iniciativas sostenibles para cortar árboles. Tal es el caso de los programas de reciclaje en la acera como el que ofrece la ciudad de Nueva York, que astilla los árboles y los mezcla con hojas para crear compost para sus parques y jardines públicos.

Earth911 tiene una base de datos que te permitirá encontrar los programas de reciclaje de árboles navideños en municipios locales, algunos de los cuales pueden captar el carbono que se libera de los árboles después de la incineración y convertirlo en energía. Otros programas más creativos utilizan los árboles que se desechan para construir dunas de arena que evitan la erosión frente a la playa.

Algunos programas creativos de reciclaje de árboles navideños utilizan los abetos que se desechan para construir dunas de arena que evitan la erosión frente a la playa. (Foto: Getty Images)
Algunos programas creativos de reciclaje de árboles navideños utilizan los abetos que se desechan para construir dunas de arena que evitan la erosión frente a la playa. (Foto: Getty Images)

Cregg dijo que quienes viven en áreas rurales donde no existen iniciativas de reciclaje pueden dar las ramas a los animales. “Hay personas que tienen granjas de cabras, a las cuales les encanta comer árboles”, apuntó. “Incluso puedes donarlos a zoológicos. A algunos animales les encanta masticar árboles de Navidad”.

Otros han optado por dejar sus árboles en lagos cercanos, lo que crea un hábitat atractivo para los peces y al mismo tiempo bloquea el carbono en el árbol en vez de liberarse al aire. También hay quienes han dispersado trozos del árbol cortado en el suelo de un bosque para crear nuevos hábitats que los animales pueden usar como refugio. No obstante, recuerda que algunas ciudades prohíben estas prácticas, por lo que es importante que te informes sobre las leyes locales.

¿Qué pasa cuando te cansas de tu árbol artificial?

En cuanto a los árboles artificiales, lo mejor que puedes hacer es usarlos durante mucho tiempo. Si decides deshacerte de él, puedes regalarlo a un amigo o familiar o donarlo al Goodwill local u otra tienda de segunda mano.

Otra alternativa es reciclarlo usando un par de tijeras grandes para convertir algunas de sus ramas de metal en coronas, servilleteros, centros de mesa o guirnaldas, cosas que puedas usar de nuevo, año tras año.

Cualquier opción que implique reutilizar el árbol artificial es mejor que tirarlo a la basura, donde se sumará a los más de dos mil millones de kilos de desechos que se acumulan en los vertederos cada temporada navideña. De hecho, si todos los árboles artificiales terminaran en los vertederos de Estados Unidos después de cada temporada navideña, liberarían 520 000 toneladas métricas de emisiones de gases de efecto invernadero, el equivalente a 1,3 mil millones de millas de un automóvil de pasajeros, según un informe de Statista de 2021.

Entonces, ¿cuál es la solución?

Nada es blanco y negro, ni siquiera completamente verde. Pero la mejor opción parece ser comprar o alquilar un árbol de Navidad vivo.

Aparte de eso, aunque la mayoría de los expertos coinciden en que comprar árboles naturales es mejor para el medio ambiente, a largo plazo su impacto dependerá de las decisiones que tomen las personas cuando llegue el momento de deshacerse de sus árboles, ya sean naturales o artificiales.

En cualquier caso, Cregg señala que es importante tener en cuenta varios aspectos en el momento de tomar la decisión.

“Me refiero a los tres pilares de la sostenibilidad: ambiental (bueno para el planeta), social (bueno para la cultura) y económico (bueno para nuestros bolsillos)”, dijo. “Tenemos que pensar en lo que es más sostenible a largo plazo y tiene que cumplir esas tres condiciones. Si cumple solo una, no será sostenible”.

O, como indicó Finton, sea cual sea el árbol que elijas este año, lo más importante es hacer un esfuerzo consciente por limitar el desperdicio durante el proceso, aunque eso signifique guardar tu árbol artificial dentro de un armario y sacarlo cada Navidad durante 20 años.

“Los árboles de Navidad son una pequeña pieza del rompecabezas”, señaló refiriéndose al esfuerzo de la humanidad por ayudar al planeta. “La decisión puede ser muy importante para preservar la vitalidad de nuestro entorno local y global, además de proporcionar un beneficio directo a las generaciones futuras”.

David Artavia