Siento que el discurso antirracista 'Armageddon Time' se queda muy hueco

Michael Banks Repeta como
Michael Banks Repeta como "Paul Graff" y Anthony Hopkins como el "abuelo Aaron Rabinowitz" en 'Armageddon Time' de James Gray, producida por Focus Features. (Foto: Anne Joyce / Focus Features)

James Gray, director responsable de películas como Ad Astra, Z: La ciudad perdida o La noche es nuestra, regresa a los cines con Armageddon Time, cinta con la que vuelve a hacer gala de su marcado estilo clásico con estrellas de la talla de Anne Hathaway, Jeremy Strong o Anthony Hopkins. La cinta, a través de una preciosa historia de amistad entre un niño blanco de los suburbios de Nueva York y su compañero de clase repudiado por su color de piel, construye una crítica al racismo sistemático arraigado en la sociedad estadounidense, un discurso que trata de indagar en la raíz del problema desde una época pasada como los años 80. Sin embargo, por interesante y necesario que sea su contenido, siento que su mensaje no me impacta como debería.

No creo que Armageddon Time sea una mala película. He disfrutado mucho con el aroma que James Gray aporta a la narración, deudor del Hollywood clásico y de cineastas como Francis Ford Coppola. Pero siento que marca tanto su discurso, lo lleva a lugares tan evidentes y descuida el relato en sí que, al terminar la película, mi sensación es la de haber visto más de lo mismo que vería en cualquier otra producción de mensaje antirracista.

Por ejemplo, el guion está lleno de mensajes muy literales sobre el racismo, sobre el dónde nos dirigimos como sociedad y sobre cuáles son o no las decisiones correctas para construir un mundo justo e igualitario. Me viene a la mente una escena donde el personaje Anthony Hopkins le explica a su nieto, el joven protagonista interpretado por Michael Banks Repeta (uno de los niños de Black Phone), la necesidad de no olvidar el pasado para mirar al futuro. No recuerdo exactamente la frase, pero el mensaje, que alude a la cultura judía de los protagonistas y al horror de la Segunda Guerra Mundial, se dice de forma literal y brusca.

Michael Banks Repeta interpreta a Paul Graff y Jaylin Webb a Johnny Crocker en 'Armageddon Time' de James Gray, producida por Focus Features. (Foto: Anne Joyce/Focus Features)
Michael Banks Repeta interpreta a Paul Graff y Jaylin Webb a Johnny Crocker en 'Armageddon Time' de James Gray, producida por Focus Features. (Foto: Anne Joyce/Focus Features)

La misma sensación me ha dado el devenir de la trama, en donde el protagonista acaba en un colegio privado cuyo mayor inversor es la familia de Donald Trump. Aunque el expresidente de Estados Unidos no hago acto de presencia (sí su hermana Maryanne Trump con un curioso cameo de Jessica Chastain), sus ideas, las que tan bien ejemplifican este racismo que asola a la sociedad, sobrevuelan en el guion en todo este tramo. Y creo que esto hace caer a Armageddon Time en el recurso fácil, evidente y trillado, porque se apoya en exceso en impactar con estos discursos literales descuidando otros aspectos esenciales.

Y he aquí el problema, que se enfoca tanto en hacernos llegar a estas ideas que, por importantes y necesarias que sean, todo el desarrollo dramático se ve afectado. Aunque tal vez sea impresión mía, puesto que una de las virtudes que siempre he adorado de las películas de James Gray es lo bien que juega con las sutilezas narrativas y visuales, cosa que aquí no ocurre. Además, creo que la sutilidad llega en partes donde menos necesarias se hacen, como es el caso de la vida y del coprotagonista negro, del que apenas se nos muestra nada de su entorno más allá de un par de momentos puntuales y de las descripciones literales de los diálogos.

Aunque la película se enfoque desde el punto de vista del niño blanco, como bien ejemplifica el no parar de primeros planos de su rostro en situaciones clave, siento que narrativamente Armageddon Time debería haber puesto más el foco en el personaje sobre el que gira su mensaje y carga dramática. A ratos, se siente como un mero secundario con importancia casual, haciendo complicado llegar a empatizar con él y con las causas de la historia. Y creo que pasa algo similar con el resto de personajes de la familia del protagonista.

Anne Hathaway o Jeremy Strong, que dan vida a los padres, construyen interpretaciones apabullantes en roles con amplia carga dramática y puntos de vista más que interesantes respecto a la temática. Sin embargo, enseguida se sienten desdibujados y puestos de lado, dejándote con la espinilla clavada de saber más de sus visiones y duelos personales. Y es que Armageddon Time pone la atención en su discurso sin dejar que la emoción adquiera la dimensión necesaria para conectar con su relato y personajes. Así, siento que Armageddon Time se queda hueca a la hora de conseguir impacto y lograr que su mensaje trascienda.

Más historias que me pueden interesar: