Arturo López Gavito se lanza contra el cine mexicano y la respuesta ha sido unánime
El nombre de Arturo López Gavito es motivo de debate. En esta ocasión no es por críticas musicales o por su actitud implacable como juez en La Academia, sino por su percepción sobre el cine mexicano. Su postura en torno a la cinematografía nacional ha sido replicada por un texto que ha unido a personalidades de la industria y del mundo del entretenimiento.
Fue el pasado 2 de junio cuando acudió al podcast Hablando de cine con, conducido por Gaby Meza, y al referirse a la filmografía nacional, sus opiniones mostraron un profundo menosprecio.
A su entender, las obras cinematográficas que se hacen en México carecen de calidad y nivel en todos los sentidos porque hay escasez de talento. Sugirió entonces que los recursos destinados para la producción se destinen a otras actividades ajenas al cine que sean de mayor beneficio para la población.
"El cine mexicano no puede competir porque no tiene los elementos artísticos, ni tiene los elementos creativos necesarios para poder competir. (...) No veo a ningún realizador mexicano, fuera de los tres grandes de Hollywood (González Iñárritu, Cuarón, Del Toro), que diga: ‘bueno, creo que este lo puede hacer de una mejor manera’. Y eso es muy doloroso", comentó.
Sus generalizaciones apuntaron hacia las comedias y comedias románticas que llegan a la cartelera comercial e incluso a plataformas de streaming. Si bien es cierto que son las propuestas favoritas de cadenas de exhibición para efectos de taquilla, no son las únicas opciones mexicanas en la oferta al público. En años recientes han llegado al denominado cine comercial obras de géneros como el terror, el thriller y el melodrama.
En su posicionamiento englobó a productores, realizadores, actores, actrices y guionistas en un mismo concepto para expresar que nadie querrá ver cine mexicano "porque no está bien hecho, porque no hay buenos actores, porque los directores no lo hacen bien y todo tiene que ver con el chiste barato".
"Yo veo los contenidos mexicanos de cine y son como comerciales, hechos por cuates que antes hacían comerciales. Alejandro González Iñárritu hacía comerciales, pero es otra cosa diferente", apuntó.
Sin embargo, luego de externar lo anterior, una contradicción en sus dichos surgió cuando compartió que las últimas películas mexicanas que vio fueron Sexo, pudor y lágrimas (Antonio Serrano, 1999), Todo el poder (Fernando Sariñana, 2000), Amores perros (Alejandro González Iñárritu, 2000) y El crimen del padre Amaro (Carlos Carrera, 2002), es decir, títulos con más de dos décadas de haberse estrenado.
"Me hice una promesa de no ver contenido de cine mexicano", remató.
El problema con los comentarios de @algavito sobre el cine mexicano no es que los críticos lo tomen en serio, sino que el público sí lo haga y repita su discurso dándole la espalda a películas valiosas.
Va mi réplica por escrito.
C.c.p. @GabyMeza8https://t.co/eJw3PgUmyO— Anahí Carbajal con B (@justanahi) June 26, 2024
Las reacciones a sus comentarios no se hicieron esperar, siendo la más relevante un artículo firmado por Anahí Vargas Carbajal, reportera de cine, para la revista Kinema Books. El escrito Réplica a Arturo López Gavito sobre el cine mexicano se publicó el 26 de junio y expone una contraposición de argumentos que refutan su visión acerca de lo que observa como negativo en la industria cinematográfica nacional.
"¿Cómo te atreves, López Gavito, a criticar una expresión artística (o «contenido», como lo llamas tú) cuando tienes más de 20 años que no lo consumes? ¿En dónde está esa responsabilidad comunicativa que tú, después de tantos años de trayectoria haciéndote llamar 'el juez de hierro', tendrías que conocer, manejar y respetar con los ojos cerrados?", escribe la autora para hacer énfasis en la contradictoria posición del crítico musical para desdeñar lo que no ha visto.
Contextualiza con casos recientes de reconocimiento internacional que tienen películas nacionales. Por ejemplo, la laureada Tótem, de Lila Avilés. Asimismo, Issa López es mencionada como una cineasta que trasciende en el streaming con la cuarta temporada de la serie True Detective.
Añade que actores como Diego Calva con Babylon (Damien Chazelle, 2022) y actrices como Melissa Barrera con la renovada versión de Scream (Tyller Gillett-Matt Bettinelli-Olpin, 2022, 2023) destacan en producciones extranjeras. Situación similar vive Manuel García Rulfo con la serie El abogado del Lincoln (2022) y El peor vecino del mundo (Marc Forster, 2022) junto a Tom Hanks y Mariana Treviño.
"Para emitir una opinión, y con más razón un juicio, es imperativo tener los pelos de la burra en la mano y eso no es posible, señor Arturo López Gavito, cuando la última película mexicana que dices haber visto es de hace 25 años. Cuando se tiene el poder de un micrófono, de un medio o de una silla (como dices tú) hay que manejarse con responsabilidad y congruencia", finaliza Anahí Vargas Carbajal en su texto.
Gracias por esta réplica tan acertada y por amar el cine mexicano. Un abrazo Anahí
— Mónica Huarte (@monicahuarte) June 27, 2024
El artículo tuvo eco. Mónica Huarte, nominada al Ariel 66 en la categoría de mejor actriz por Señora influencer, le agradeció. También lo hizo el actor Gerardo Taracena, uno de los histriones que llegó a Hollywood con Apocalypto (Mel Gibson, 2006).
Directores como Ulises Pérez Mancilla se sumaron a la celebración de la respuesta. Críticos de cine como Sergio Huidobro igualmente aplaudieron la iniciativa. Líderes de opinión dentro de la industria del entretenimiento como Óscar Uriel, periodistas de la fuente como Gonzalo Lira Galván, especialistas en data de cine como Edgar Apanco y publirrelacionistas de cine como Rossana Barro, se congratularon.
Así, los comentarios de López Gavito no pasaron desapercibidos. Por el contrario, fueron atendidos al grado de que ha unificado a distintos sectores ligados al cine nacional que desde su respectiva trinchera manifiesta que las producciones nacionales no son como las percibe el crítico musical.