EFE Latam Videos
Guadalajara (México), 7 dic (EFE).- La gastronomía no solo se saborea en los platillos, sino que también se lee, se estudia y se conserva. Esta premisa ha dado lugar al programa ‘Libros al Gusto’, un espacio en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) de México que ha impulsado la difusión de las publicaciones dedicadas al arte de comer. Esta sección abrió un espacio que condensa exclusivamente a la literatura de este género de todas las editoriales, y también un ágora especial para presentar libros gastronómicos que pone en diálogo a chefs, autoras y autores, editoriales y lectores apasionados. "'Libros al Gusto' surgió como una iniciativa un poco por la demanda de nuevos espacios y contenidos que los visitantes requieren en la feria, identificamos que el tema de los libros de gastronomía se ha vuelto tendencia en los últimos años", explicó a EFE, Armando Montes de Santiago, coordinador general de expositores y profesionales de la FIL. Desde sus inicios en 2018, este programa ha evolucionado, aunque el crecimiento en número de actividades ha sido moderado, la calidad ha sido el eje central. Cocinar proyectos Pedro Reyes, periodista gastronómico y autor del libro ‘La República Democrática del Cerdo’ subrayó a EFE el papel de los libros como vehículos para la permanencia de la tradición gastronómica en un mundo dominado por lo efímero. "En este momento donde los contenidos son básicamente efímeros, fugaces con videos de seis segundos o imágenes (pasajeras) es importante que sigamos plasmando la tradición oral, la tradición gastronómica de nuestro país en algo más duradero en cosas que tengan más permanencia y los libros son eso: permanencia", expresó. Este tipo de obras son registros históricos que documentan qué se come, qué se produce, qué se consume y cómo se preparan los platillos en cada región y momento específico por lo que es fundamental conservar estas tradiciones para que no se pierdan, añadió. Reyes consideró que hacer libros gastronómicos es también un acto de resistencia cultural pues son una herramienta para transmitir conocimiento en un momento donde la industria editorial no vive su mejor momento. "Es importante que exista ese movimiento de resistencia para que los libros no dejen de existir, de transmitir, de documentar. Específicamente en la gastronomía es importante que todas esas recetas que conforman el acervo culinario de México se transmitan a través de los libros para que no se mueran”, enfatizó La literatura gastronómica también es registro de la diversidad de cocinas y de formas de comer que hay en el país, como ocurrió en su caso, pues para realizar dicho libro Reyes requirió viajar miles de kilómetros por tierra y aire para llegar a sitios recónditos y documentar la cultura del cerdo en México. Proyección global Como la feria literaria más importante de habla hispana, la FIL no sólo es un espacio para presentar libros, sino también una plataforma para llevarlos al mundo. En la edición de este año ‘Libros al gusto’ recibió a 40 profesionales de la gastronomía e incluyó 22 presentaciones, mesas redondas y paneles. Para proyectos como el de Nicholas Meehan, coeditor en jefe y director creativo de la ‘Guía Domingo’ este foro ha abierto puertas a nivel internacional a los libros que han editado. “Lo más importante de nuestro proyecto es exponer a México y a los mexicanos y pues esta feria que es la más grande de habla hispana justamente hace eso, viene gente de todo el mundo, ven nuestros libros, nos siguen en nuestras redes sociales (y es importante) para la continuidad de nuestro proyecto”, explicó. A partir de su participación en la feria muchas librerías se han llevado sus libros para tenerlo en Nueva York, Los Ángeles, Tokio, París y Londres. “Las historias de los taqueros (que conforman los libros) están en esas ciudades, y los diseñadores y los fotógrafos que aparecen en el libro, y eso es una plataforma muy grande", concluyó. (c) Agencia EFE