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Nerea González París, 5 dic (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, criticó este jueves con dureza a la oposición por haber tumbado el Gobierno de Michel Barnier "para crear el desorden" y, pese al fiasco, repetirá la misma táctica en busca de un primer ministro "de interés general" apelando a la unidad y la responsabilidad. En una intervención televisada al país, Macron explicó que anunciará un primer ministro "en los próximos días" y que le encargará formar un Gobierno que represente a todas las fuerzas políticas dispuestas a "participar en él" o que "al menos se comprometan" a no someterle a una moción de censura. Es la misma táctica que planteó en septiembre pasado y que le llevó a nombrar a Barnier, procedente de la derecha y exnegociador europeo para el Brexit, con el apoyo del centro macronista y los conservadores y bajo la tutela vigilante de la extrema derecha de Marine Le Pen, que al contrario que la izquierda se comprometió a no intentar tumbarlo de entrada. Pero en tres meses ese frágil equilibrio se rompió ante la primera prueba de fuego: la preparación de unos presupuestos austeros que permitan en 2025 reducir el disparado déficit francés (6,1 % del PIB proyectado para este año) y cumplir con las exigencias de Bruselas. "Ha sido sometido a una moción de censura porque la extrema derecha y la extrema izquierda se han unido en un frente antirrepublicano", lamentó el presidente, sin dejar de cargar contra el resto de fuerzas de la izquierda que también sumaron sus diputados para hacer caer a Barnier. Votaron "para deshacer, para crear el desorden", dijo, y la moción ha dejado a Francia sin Gobierno y sin presupuestos "a pocos días de las fiestas de Navidad". "No piensan en ustedes, sino en la elección presidencial" de 2027, aseguró Macron a los franceses. Construir compromisos y prioridad en los presupuestos Pese al descontento social y a las peticiones opositoras de dimisión que se han redoblado en los últimos días, Macron aseguró que cumplirá "plenamente" su mandato como jefe del Estado "hasta el final", en 2027. Matizó que es consciente de que la actual situación procede de su propia decisión de disolver la Asamblea Nacional en junio pasado para convocar elecciones anticipadas, y que esa postura "no fue comprendida". Macron argumentó, sin embargo, que él consideró "necesario" convocar aquellas elecciones y recordó que por mandato constitucional no puede haber otras hasta que se cumpla un año. Eso hace necesario que los partidos políticos se entiendan en una Asamblea Nacional más fragmentada que nunca, con tres bloques aparentemente irreconciliables (izquierda, centro y derecha y extrema derecha) y sin mayorías absolutas claras. Francia y Europa "necesitan un Gobierno", insistió, y por ello "desde hoy debe comenzar una nueva época" en la que "todos tenemos que trabajar por Francia", para lo que "harán falta nuevos compromisos", resaltó. El presidente francés explicó también que el nuevo Ejecutivo deberá aprobar una ley transitoria para prorrogar los presupuestos de 2024, de modo que no se interrumpa la actividad del Estado, y poner en marcha unos nuevos para 2025, a comienzos del año próximo, que será "la prioridad" de ese Ejecutivo. Más de lo mismo para la oposición El discurso de Macron sorprendió poco a la oposición, que inmediatamente criticó la postura presidencial de no asumir responsabilidades y apuntar contra el resto. "Un recordatorio al presidente Macron, que se supone garante de la Constitución: la moción de censura no es antirrepublicana, está prevista en la Constitución de nuestra V República", lanzó Marine Le Pen a través de la red social X. Para la izquierda, el discurso del presidente dejó claro que, como ya hizo en septiembre, no se plantea designar a un nombre propuesto por la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP, que reúne a los socialistas, los insumisos, los ecologistas y los comunistas), a pesar de haber sido la fuerza que quedó en cabeza en número de diputados en las legislativas de julio. "Siento que tenemos ante nosotros a un presidente de la República que es jefe de todo pero no es responsable de nada", manifestó Lucie Castets, que fue la candidata propuesta en verano por el NFP para ocupar el palacio de Matignon. Por el momento, los nombres que más han sonado para el puesto de primer ministro van del centro a la derecha conservadora. Es el caso del fiel macronista Sébastien Lecornu, ministro de Defensa desde 2017, del centrista François Bayrou, o el ministro de Interior, Bruno Retailleau, perteneciente a la derecha tradicional y no tan lejano en muchas posturas a la extrema derecha. La búsqueda del nuevo primer ministro continuará mañana en el Elíseo, donde Macron recibirá a los líderes de los grupos parlamentarios del centro, del socialismo y de los conservadores. (c) Agencia EFE