Yahoo Estilo Atlaquetzalli: la bebida prehispánica de cacao que cautivó a los grandes tlatoanis
Sorbo a sorbo su poder curativo sanaba hasta el más incrédulo. El “agua preciosa” no era para cualquiera, digna exclusivamente para los grandes tlatoanis, esta bebida prehispánica cautivó a quien la tomara. El atlaquetzalli, elaborado de cacao, protegía solo a los más nobles de los mexicas, conoce su increíble historia.
En la actualidad pocos conocen el valor y relevancia de esta bebida. Es complicado encontrar quien la sepa preparar correctamente y mucho menos, a quien comprenda su valor histórico.
El atlaquetzalli es casi una bebida en peligro de extinción, pues pocos conocen de su existencia. Pero afortunadamente para los amantes del cacao, se ha buscado revalorizar este producto, por lo que en algunas comunidades se siguen preparando bebidas ancestrales como esta.
¿Cuál es su origen?
Según la mitología mexica, el cacao fue robado por Quetzalcóatl del jardín de los dioses para los humanos/ Shutterstock
Su significado es “agua preciosa” y se trata de una bebida prehispánica que estaba destinada su preparación exclusivamente para los grandes tlatoanis, sacerdotes o algunos nobles.
A diferencia del pozol, tejate o tascalate, el atlaquetzalli es una bebida que desapareció en el tiempo, posiblemente por su valor segregativo. Principalmente consumida en lugares como Tenochtitlán y Teotihuacán.
¿Cuáles son los ingredientes del atlaquetzalli?
Hecho con ingredientes locales, el atlaquetzalli es una bebida prehispánica elaborada con semillas de cacao/ Shutterstock
Se prepara con semillas de cacao, vainilla, chile, hoja santa, miel de abeja, flor de magnolia, acuyol, teonacaztle y orejuela. Originalmente se consumía después de varias semanas de fermentar, lo que le aportaba un sabor muy ácido.
Los ingredientes se molían, para después remojar, filtrar y por último, espumar. Se consumía fría, en una jícara con un alcahuete para batir al gusto.
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Atlaquetzalli: el legado de amor entre los dioses y el ser humano
Foto: Shutterstock
Alrededor del cacao existen cientos de leyendas, un producto cuyo valor cultural y poder divino para los pueblos prehispánicos es sin límite. El atlaquetzalli guarda entre sus miles de años de preparación una historia imperdible.
En la época dorada de los mexicas, los dioses decidieron premiar a su pueblo con un regalo divino. La leyenda del “agua preciosa” inicia con Quetzalcóatl, quien robó un árbol de cacao del paraíso de los dioses.
Quetzalcóatl decidió plantarlo en Tula y pedirle al gran Tláloc que enviara lluvia a la tierra para que la planta pudiera crecer. Quetzalcóatl al ver la planta crecer, pidió a Xochiquetzal, diosa del amor y la belleza, que le diera a esa hermosa planta unas hermosas flores.
La mitología mexica ha dejado una de las leyendas más legendarias sobre el origen del cacao/ Shutterstock
Al ver la planta llena de frutos, el dios selección y limpió una a una las vainas. Extrajo cada una de las semillas, dejó que se fermentaran, secaran y por último tostaran. Quetzalcóatl pidió a las mujeres que las molieran y de estas obtuvo un licor para preparar la bebida de los dioses.
El atlaquetzalli es el reflejo del trabajo entre el hombre y los dioses, una unión que preserva hasta los días. Amantes y protectores del cacao, aún preservan la tradición de esta legendaria preparación. A pesar de su poco consumo, la relevancia cultural de esta bebida prehispánica vive en comunidades de los pueblos originarios.
El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), dio a conocer una pequeña historieta ilustrada que vale la pena conocer. En ella se narra la historia de Atlquetzalli, “la que prepara el agua preciosa”, una educativa historia que habla sobre la relevancia cultural de esta bebida. Haz click aquí.
