Austin Butler y el peso de pasarse de rosca con la técnica de método en 'Elvis'

Austin Butler como Elvis en 'Elvis' de  Warner Bros. Pictures (© 2022 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.)
Austin Butler como Elvis en 'Elvis' de Warner Bros. Pictures (© 2022 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.)

Hollywood está dividido. Y no hablo de la guerra entre el cine tradicional y el streaming, o de si Will Smith merece una segunda oportunidad o no. Sino de un debate que probablemente haya pasado desapercibido para el gran público pero que tiene a varias estrellas enfrentadas: el de apoyar o rechazar la técnica de método. Si bien este debate existe desde su creación en los años 1930s, lo cierto es que ha sacado de quicio a más de uno. Como el caso de una leyenda como Laurence Olivier que en el rodaje de Marathon Man en 1976 se hartó de las técnicas de método de Dustin Hoffman y le dijo “querido mío ¿por qué no intentas simplemente actuar?”

Ahora se suma al debate la figura de Austin Butler por los extremos a los que llegó para interpretar al rey del rock en Elvis. Pero vayamos por el principio. El tema se fue incendiando en los últimos años a partir de algunas historias, como que Benedict Cumberbatch pasó todo el rodaje de El poder del perro distanciado y sin hablar a Kirsten Dunst para crear el ambiente de temor y rechazo que se percibe en el filme. O que Lady Gaga habló con acento italiano los nueve meses que trabajó en La casa Gucci, o los extremos a los que llega Jared Leto en cada película. Como, por ejemplo, los rumores que dicen que habría enviado una rata muerta a Margot Robbie en el rodaje de Escuadrón Suicida como parte de las técnicas perturbadas de su versión de Joker, o que en Morbius andaba con muletas para copiar la debilidad de su personaje por una enfermedad de la sangre, pero provocaba retrasos de 45 minutos cada vez que iba al baño (IGN).

Evidentemente Austin Butler sabía que interpretar a Elvis Presley era la gran oportunidad de su carrera. Baz Luhrmann lo seleccionó en julio de 2019 tras recibir una recomendación de Denzel Washington (que había trabajado con el joven actor en Broadway), y por encima de otros candidatos como Ansel Elgort, Miles Teller, Harry Styles y Aaron Taylor-Johnson. Butler se preparó a conciencia, adoptando los bailes y movimientos del cantante y entregándose de lleno para dar la actuación que le ha valido el aplauso del mundo entero. No en vano es uno de los nombres más sonados en la carrera hacia los Óscar. Sin embargo, su entrega lo llevó a extremos insospechados a la hora de perfeccionar su interpretación.

Según reveló el actor de 31 años a Janelle Monáe durante un encuentro conjunto para Variety, pasó tres años sin ver a su familia al estar metido por completo en la piel de su personaje. “Durante Elvis no vi a mi familia durante tres años. Me estaba preparando con Baz y luego fuimos a Australia” contó. Pasé meses en los que no hablaba con nadie. Y cuando lo hacía, lo único en lo que estaba pensando siempre era Elvis. Hablaba con su voz todo el tiempo” reveló mientras explicaba que, para él, era el precio que pagar por cumplir el sueño.

Austin Butler como Elvis en la película de Warner Bros. Pictures. (© 2022 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.)
Austin Butler como Elvis en la película de Warner Bros. Pictures. (© 2022 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.)

En su caso, incluso el director recurrió a tácticas supuestamente de método para provocar reacciones en él aunque lo llevaron a llorar sin remedio. Según contó en otra entrevista a VMAN durante la promoción de la película, Baz Luhrmann pidió a todos los presentes durante la filmación en los estudios RCA que lo incordiaran a propósito. Ese día sentía mucha presión dado que rodaban en los mismos estudios de grabación de Nashville donde Elvis había grabado cientos de canciones. “Baz quería que me acercara lo más posible a la actuación. Tenía a todos los ejecutivos y la gente de RCA allí, que habían vuelto a las oficinas [tras la pandemia] y los trajo al estudio de grabación y les dijo ‘quiero que se sienten delante de Austin” y les pidió que me interrumpieran".

Entonces empezaron a burlarse de mi mientras cantaba”. Butler explicaba que aquel momento le sirvió para comprender cómo se habrá sentido Elvis durante sus primeras actuaciones cuando el público lo interrumpía. “Me fui en lágrimas esa noche a casa”.

Sin embargo, resulta inevitable preguntarse si hace falta llegar a semejantes extremos para interpretar a un personaje. Es cierto que cada actor tiene su propia técnica y formas para conseguir la interpretación deseada, pero aislarse del mundo por completo durante tres años puede parecer un tanto exagerado. Evidentemente se comprometió y entregó el máximo, sobre todo teniendo en cuenta que rodaba con un director exigente como Baz Luhrmann. Curiosamente, Leonardo DiCaprio había advertido a Butler de las tácticas extremas del cineasta tras haber trabajado juntos en Romeo y Julieta. “Baz te empujará de formas que no sabías que alguien podría. Te hará perder el equilibrio y te mantendrá fuera de balance” le dijo.

Pero me pregunto si pasar tres años sin ver a nadie, hablando como Elvis, viviendo sus penurias, alegrías y miserias de manera tan viva, no termina por ser contraproducente para la salud mental de un actor. Él mismo dijo que incluso cuando por fin habló con su familia seguía hablando con el acento de Elvis sin darse cuenta. No sé qué opinan ustedes, respeto las maneras en que cada actor busca lo mejor de sí mismo pero, en cierto modo, me parece demasiado tiempo para vivir metido en la piel de otra persona sin alejarse lo suficiente como para ser uno mismo entre medias junto a seres queridos.

Mads Mikkelsen, Will Poulter, Samuel L. Jackson, Robert Pattinson, Brian Cox y Martin Freeman criticaron la técnica de método en diferentes ocasiones. Incluso algunos señalaron el egoísmo o los malos rollos que ciertos actores que utilizan ‘el método’ provocan en los rodajes. Por ejemplo, Brian Cox dijo que le preocupaban “las crisis en las que se mete” su compañero de Succession, Jeremy Strong, “para prepararse”. Mientras Mads Mikkelsen describió a GQ que el método le parece “pretensioso”, Toni Collete dijo a DP/30 en 2018 que es una “tontería” y Jackson apuntó que cualquier rodaje debería ser una experiencia positiva para todos los involucrados. "A veces, cuando trabajas con personas que invierten así, no parece que la estén pasando bien", dijo a Collider. "[Actuar] Es el trabajo de fingir. Lo haces de manera efectiva y de una manera que no te hace daño porque es un espacio seguro. Se supone que debes poder entrar de manera segura a este espacio, trabajar y dar emocionalmente, y no ser dañado por ello".

Martin Freeman criticó el sistema tras recordar el comportamiento de Jim Carrey en el rodaje de Man on the Moon describiéndolo como “tonterías narcisistas”. “Para ser honesto, es un dolor de cabeza cuando alguien se “pierde a sí mismo”. Es un dolor de cabeza enorme porque ya no es un oficio y un trabajo” confesó.

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Mientras otros como Andrew Garfield lo defendieron diciendo que los críticos del método “no tienen idea de lo que es” (vía Variety). El actor británico recurrió a esta técnica para el rodaje de Silencio en 2016 donde interpretaba a un sacerdote jesuita del siglo XVII. Se preparó estudiando catolicismo, entrenamiento espiritual y adoptando el celibato y ayuno antes del rodaje.

Creado por el artista ruso Konstantin Stanislavski en 1930s, el método fue cambiando y evolucionando con el tiempo a través de profesores destacados como Lee Strasberg y Stella Adler, pero, en pocas palabras, es una técnica que busca la interpretación más real a través de la experimentación. Es decir, anima la exploración personal para identificar, comprender y experimentar las motivaciones y emociones de un personaje. Marlon Brando, Daniel Day-Lewis y Robert De Niro son algunas de las figuras más destacadas de esta técnica. Sin embargo, comprendo que a aquellos actores que hayan tenido con trabajar con compañeros metidos de lleno en sus personajes, alejados de la realidad las 24 horas del día, siendo maleducados o distantes porque así son sus papeles, les parezca una insensatez enorme y una manera egoísta de trabajar sin considerar el trabajo en equipo. En el caso de Austin Butler no debe haber sido fácil, ni para él ni su familia, y todo por amor al arte.

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