Ahora sí estoy seguro de que 'Avatar 2' va a ser una revolución épica para el cine

El estreno de Avatar: El sentido del agua está a la vuelta de la esquina. Será el próximo 16 de diciembre, trece años después del estreno de la película original, cuando por fin podamos regresar al planeta Pandora a reencontrarnos con los Na’Vi, fecha en la que comprobaremos si, al igual que ocurrió con la cinta de 2009, la larga espera se ha traducido en un nuevo bombazo tecnológico que volverá a la industria del cine. Por el momento, su tráiler ya apuntaba a ello, dejando entrever cómo la calidad de sus escenarios, criaturas y artificios estaban incluso por encima de lo que vimos hace más de una década. No obstante, ahora me ha llegado la prueba de que el impacto de esta secuela de Avatar va a volver a ser inmenso.

Fotograma de 'Avatar: El sentido del agua' (© 2022 20th Century Studios. All Rights Reserved.)
Fotograma de 'Avatar: El sentido del agua' (© 2022 20th Century Studios. All Rights Reserved.)

Aunque todavía tengamos que esperar tres meses para su estreno, Disney nos invitó a ver unos 20 minutos de la película para que pudiéramos ir catando la experiencia con varias de sus escenas. Del metraje mostrado no nos dejan contar prácticamente nada, solamente dejar una breve reacción en nuestras redes sociales sin desvelar detalle alguno de su trama. Pero esta presentación vino acompañada de un coloquio con Jon Landau, productor habitual de las películas de James Cameron que vino a resaltar su gran empeño en volver a revolucionar la tecnología en el séptimo arte. Y sus palabras fueron muy halagüeñas respecto al espectáculo que nos esperará las próximas navidades en cines.

Según Landau, como bien demostraron con la primera Avatar o con otras producciones recientes de Cameron como Alita: Ángel de combate, siempre han tratado de llevar sus películas “a un sitio donde la tecnología no sabía que podía llegar”, poniendo como ejemplo las escenas acuáticas de Avatar 2 que Disney nos enseñó durante la presentación rodadas a 48 FPS por segundo y en grandes tanques de agua. El productor resalta que, si ya la primera Avatar sorprendió por la recreación de los movimientos de los actores en las criaturas digitales, esta volverá a hacerlo por el realismo de su mundo acuático.

“En la primera Avatar teníamos todas las actuaciones faciales con la cámara. Utilizamos dos cámaras y tenemos una grandísima sutiliza y matices en las actuaciones. Nos dimos cuenta de que el público se mete más en estos personajes”, comenzaba narrando. Hemos hecho cosas que no se han hecho antes en el agua, con un tanque gigante, con olas, movimiento,… para que todo parezca natural. Cuando se ve a los personajes nadando, los actores realmente se encontraban bajo el agua haciendo esos movimientos, para que fuera lo más auténtico posible”.

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Posteriormente, pasó a hablar del ultrarrealismo que aportará a la película los 48 fotogramas por segundo, formato que directores como Peter Jackson y Ang Lee ya utilizaron para El Hobbit o Géminis y que promete mayor inmersión. Normalmente estamos acostumbrados a ver las películas en 24 FPS por segundo, pero Landau defiende que este estándar de ver las cosas no aprovecha todo el espectro de la visión humana, puesto que fue una mera limitación técnica de los comienzos del cine a la que hemos terminado acostumbrándonos.

“Lo que habéis visto hoy está a 48 FPS. Los 24 FPS se crearon como un estándar en los inicios de las películas, porque era el más lento en el que no se distorsionaba el sonido, pero no tuvieron en cuenta el espectro visual de lo que vemos como seres humanos”, explicaba. “Nosotros queremos eliminar esos artefactos artificiales que existen, y al presentar hoy la película en 3D espero que lo hayáis sentido. Nos parece que es una ventana a un mundo, y no un mundo que sale por una ventana. Y el 3D le da una sensación más realista, que se parece a lo que vemos en la vida, y en la vida no vemos nada que se vea como borroso”, continuaba.

Landau lo ejemplificaba señalando que cuando vemos movimientos rápidos en pantalla a 24 FPS por segundo estos se emborronan, algo que no ocurre con la fluidez de movimiento con la que han grabado esta Avatar: El sentido del agua. “Cuando tenemos un actor que está atravesando la pantalla de izquierda a derecha muy rápido, lo grabamos en 48 FPS y nos ayuda a eliminar esta sensación. Tratamos de generar una experiencia mejor. La ventaja de trabajar con Cameron es que entiende el idioma de la iluminación en una pantalla y hace que parezca auténtico y consistente. Y espero que hayamos conseguido algo así”.

Fotograma de 'Avatar: El sentido del agua' (© 2022 20th Century Studios. All Rights Reserved.)
Fotograma de 'Avatar: El sentido del agua' (© 2022 20th Century Studios. All Rights Reserved.)

Como decía, de mi experiencia disfrutando de estas imágenes de Avatar: El sentido del agua no me dejan hablar más allá de una breve reacción, por lo que me limitaré a autocitar el comentario que escribí en redes sociales. Tras salir de la proyección afirmé en Twitter: “Hoy he pasado la mañana en Pandora viendo parte de #AvatarElSentidoDelAgua. Sonará exagerado, pero JAMÁS he visto algo tan ESPECTACULAR en cines como sus escenas acuáticas. El 3D y los 48 FPS son una experiencia inmersiva increíble. James Cameron vuelve por la puerta grande”. Sin embargo, sí puedo hablaros en profundidad de lo que sentí cuando recientemente vi su tráiler en una sala IMAX 3D, que se asemeja por completo a lo que Landau narraba en sus palabras.

Para los que lo desconozcan, las salas IMAX utilizan pantallas mucho más inmersivas y verticales que los cines convencionales, traduciéndose en un mayor porcentaje de imagen en pantalla que, sumado a formatos como el 3D, muchas veces te hacen sentir parte de la acción. No todas películas exhibidas en IMAX consiguen esta sensación, puesto que si no están ideadas para exhibirse en estas condiciones la experiencia es casi similar a la de una sala normal. Pero lo que viví viendo en IMAX el tráiler de Avatar 2 no lo había sentido nunca.

Entre la imagen ampliada verticalmente, la espectacularidad de sus escenarios acuáticos, el realismo de sus criaturas y movimiento o la profundidad del 3D, sentía que podía levantarme y atravesar la pantalla, que estaba dentro del mundo de Pandora y que todos sus elementos se movían a mi alrededor. Y eso que esta proyección solo se exhibía a 24 y no a 48 fotogramas por segundo, por lo que da hasta vértigo imaginar lo que puede conseguir esta película con el total desempeño de su tecnología. Y esto, sumado a los comentarios que cito de Jon Landau, me ha dado suficientes razones para creer que estamos de nuevo ante una revolución tecnológica para el cine.

De hecho, el productor fue muy exquisito a la hora de hablar del cuidado de la experiencia cinematográfica para Avatar: El sentido del agua. Aunque reconoce que no todos los cines podrán exhibirla con todo su esplendor tecnológico (como ya os contamos), desveló que, en cuanto a lo que a ellos respecta, han puesto toda la carne en el asador para que los espectadores recuperen esa ilusión por el cine en la gran pantalla que el COVID-19 nos hizo perder.

De hecho, fue rotundo al afirmar que la película no llegará a plataformas de streaming hasta dentro de mucho tiempo (saltándose así la política actual de Disney de estrenar sus películas en Disney+ 45 días después de su estreno), que la disposición de los subtítulos se adaptará a las condiciones de cada secuencia y no siempre estarán centrados y que el estudio estará muy pendiente de las condiciones de exhibición en todos los lugares del mundo. “Mi objetivo es cambiar lo que la gente siente cuando ve una película. No quiero que la gente diga ‘he visto una película’, quiero que diga, ‘he experimentado una película’”, matizaba.

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