'Avatar: El sentido del agua' encuentra la fórmula para potenciar el éxito de la primera película

Fotograma de 'Avatar: El sentido del agua' (Foto: © 20th Century Studios. All Rights Reserved)
Fotograma de 'Avatar: El sentido del agua' (Foto: © 20th Century Studios. All Rights Reserved)

El fenómeno que supuso Avatar ha sido irrepetible. El mantenimiento que obtuvo en taquilla a lo largo de los meses atrayendo más y más espectadores a las salas se saldó con la corona a la película más taquillera de todos los tiempos, un logro potenciado por la revolución tecnológica de su 3D y la magnitud de un espectáculo que incentivaba a acercarse a verla en la pantalla más grande posible.

Desde luego, repetir jugada con su secuela, Avatar: El sentido del agua, parecía misión imposible, puesto que ni el sector de la exhibición goza de tanta salud como en 2009 ni el público parece tan entusiasmado por tecnologías como el 3D, que acabó por colapsar a mediados de la pasada década. Sin embargo, cuando hablamos de un cineasta como James Cameron, que no ha parado de obtener éxitos con clásicos tan míticos como Titanic, Terminator o Aliens, la palabra imposible desaparece del vocabulario.

Y es que el director no solo nos ha traído una nueva revolución tecnológica, sino que ha dado con una fórmula de guion que a nivel comercial le da incluso más posibilidades que la primera Avatar.

Fotograma de 'Avatar: El sentido del agua' (Foto: © 20th Century Studios. All Rights Reserved)
Fotograma de 'Avatar: El sentido del agua' (Foto: © 20th Century Studios. All Rights Reserved)

La trama de Avatar: El sentido del agua pone el foco en los hijos de Jake y Neytiri, los personajes de Sam Worthington y Zoe Saldana que protagonizaron la primera película. La secuela nos sitúa varios años después, cuando, una vez que estos dos Na’Vi han formado su familia, los humanos deciden regresar a Pandora y el sentido de la aventura y la responsabilidad por los bosques de la luna cobrará un nuevo sentido para ellos. Así, nos encontramos con un nuevo y variado plantel de personajes que abarca roles de todas edades, dando juego a que la historia gira hacia temas como la paternidad, la rebeldía adolescente o la responsabilidad sobre nuestros seres queridos.

Si recordamos, la primera película apostó por un enfoque más militar, ese que tanto suele abundar en el cine de Cameron. Su argumento se centraba en la colonización de Pandora y en el conflicto entre los Na’Vi y los humanos, lo que irremediablemente hacía que el foco estuviera en la guerra, en los conflictos éticos y en su mensaje de respeto hacia el medio ambiente y otras culturas. Es decir, temas mayormente dirigidos al entretenimiento adulto y no tanto a construir una película apta para toda variedad de edades.

No se puede negar que la mayor virtud de Avatar fue su parte tecnológica y público de todo tipo acudió a los cines a disfrutar de su espectáculo en 3D. Sin embargo, en Avatar: El sentido del agua, Cameron lleva a sus criaturas azules a un enfoque más familiar y para todos los públicos que, irremediablemente, le da más posibilidades de destacar en taquilla que las que tuvo la anterior entrega.

Los jóvenes Na'Vi en 'Avatar: El sentido del agua' (Fotos: © 20th Century Studios. All Rights Reserved)
Los jóvenes Na'Vi en 'Avatar: El sentido del agua' (Fotos: © 20th Century Studios. All Rights Reserved)

Al fin y al cabo, su plantel de personajes niños, adolescentes y adultos y el foco en muchas de las preocupaciones que surgen en estas edades en entornos familiares con los que todos nos sentimos identificados, va a llevar a una conexión con un plantel de espectadores más amplio que su predecesora. Y si a eso le sumamos las mejoras tecnológicas en el 3D, que con la tecnología HFR a 48 fotogramas por segundo logra un realismo salvaje en los escenarios de Pandora y su acción, tenemos entre manos un producto mucho más potente que el título de 2009.

Claro, también parte con la ventaja de ser la secuela de la película más taquillera de todos los tiempos, y posiblemente no necesite nada más para arrasar. Pero no me cabe duda de que esta nueva trama va a dar mucho más que hablar que la anterior. Ya no solo porque cualquier persona de cualquier edad va a tener un motivo para sentirse identificado con alguno de sus personajes, sino porque el toque emocional que aportan estos temas sobre la familia y nuestros seres queridos le da un calado mucho mayor que lo que vimos en la primera película.

Además, esto no es incompatible con mantener la esencia de la primera Avatar, puesto que vuelve a situarnos en conflicto similar entre humanos y Na’Vi, cuenta con secuencias de acción militar igual de potentes y hasta recupera a su mismo villano, entre otros detalles. Como toda buena secuela, se ha aplicado la fórmula del más y mejor manteniendo el respeto absoluto a lo que tan bien funciono en el pasado, solo que ahora, con el precedente del éxito masivo de la cinta de 2009 y este mayor cuidado en llegar a todo tipo de público, la sensación de estar ante un auténtico taquillazo se siente aún mayor al salir de la sala de cine.

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